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«Mirando al tendido»… montaje teatral que trasciende

El Grupo Actoral CATARCA se ha propuesto rescatar las obras clásicas del teatro venezolano, "Mirando al tendido" de Rodolfo Santana, dramaturgo y director venezolano,  es llevada a la escena en la nueva sede del Ateneo de Caracas, dirigida por Juan Vicente Pérez y en la producción general de Amry Sierra. Un trabajo que conecta al espectador por su fuerza, tempo, desplazamientos y compromiso.


Por: Julio C. Alcubilla B.

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Fotografía: Lic. Julio C. Alcubilla B.-

En líneas generales al intentar profundizar en el texto de Santana, distinguimos que la reflexión crítica de la fiesta taurina, surge como una síntesis del combate de la existencia y la muerte, en una alegoría hecha diálogo entre un toro y el torero- La fiesta brava permite al espectador unirse en un hilo conductor que le invita a reflexionar en sus valoraciones: amor y violencia, camaradería y enfriamiento, encuentro y desencuentro. Un trabajo psicológico que se transmite a través de dos personajes en una corrida de toros.

El Director.- Juan Vicente Pérez

¿Qué pasaría si el toro y el torero pudiesen comunicarse?, es ésta una interrogante de Santana, que en la concepción escénica de Juan Vicente Pérez, alcanza un acento de innegable factura. Gustavo Casal- Florentino (el toro) y Aitor Aguirre- El Niño (el torero), logran acercarnos con su trabajo energético, develando una historia del hombre en sus circunstancias y valores. Un pasaje inspirado por la cornada que sufriera "El Niño de la Capea" y que recoge Santana, en un texto poético, inspirador de profundas reflexiones.

Ésta alegoría de carga simbólica, asume varios conceptos disparadores de conciencia: la muerte que se ocasiona sin razón alguna, que en muchos momentos compromete al "Niño", impulsándolo a ser más humano, cuando la energía reflexiva y pensamientos de "Florentino", es portadora del valor que subyace más allá de alcanzar un proceso verosímil de la escena. Propiciando una lectura irónica que en el caso del espectador acucioso, identifica como resultado del trascendente valor de morir con dignidad. Sin vacilaciones, energético, debelador, rítmico; éste montaje va más allá de asumir éste texto dramatúrgico de Santana, es connotativo por su fuerza interpretativa, aunque algunos errores de observancia, en el recordar una que otra línea del parlamento. Sin embargo, el trabajo queda claro, dos actores que enfatizan en sus desplazamientos escénicos, el manejo vocal, el gesto y la simbología expresiva, su compromiso. Una obra por otro lado que en el subtexto, se impone por su valor reflexivo.

Director y Productora

La puesta en escena limpia de connotada estética minimalista, sólo 4 elementos semióticos, configurados como actantes. El vestuario  evocativo, sin estridencias, aunque muy destacable en el caso del toro, cuya riqueza creativa y la máscara, nunca abandona al actor Gustavo Casal. El cual se ve obligado, durante toda la acción, a trabajar su personaje enmascarado y con un vestuario un tanto asfixiante,  lo que supone un gran esfuerzo físico. La iluminación compromete la calidez interior, tanto de la escena como del espectador y la musicalización representativa del eje conceptual, logra el propósito planteado por Rodolfo Santana, "desmenuzar comportamientos sociales como catapulta de la lectura intimista". Proponiendo en el eje interpretativo, esa verosimilitud que conecta al público con sus reflexiones existenciales, permitiendo identificar la humanización del toro y la egolatría teñida de mediocridad del "Niño".

Por cierto una escogencia interesante del casting, pues destaca por la fisonomía de ambos actores; la mirada y corpulencia de Gustavo Casal nos describen a un Miura, un toro pura sangre. Y el físico de Aitor Aguirre, nos devela al macho ibérico en decadencia. Ritmo, tempo, desplazamientos, sonidos, entonación, transiciones, todo nos enfrenta a la faena taurina y al mismo tiempo al combate de valores, decálogos, conciencia y decadencia. El valor de la dignidad y el juego de la meta por alcanzar…tejen la trama.

La realidad se poetiza más allá de la acción, intentando a través de la propuesta actoral se llegue a conquistar, la mente y sentimientos del público. Las embestidas taurinas, por encima de las lecturas gestuales primarias, nos hablan de un trabajo de dirección de actores, en el que el proceso de construcción de los personajes, arrojó seguramente grandes diatribas, hasta llegar a un producto final convincente.


"Mirando al tendido", del grupo actoral CATARCA,
define una propuesta, que precisa ser revisada por el espectador, más allá de las lecturas jocosas iniciales o conocer el lenguaje taurino. Es una historia en la que se denuncia con humor, combate y reflexiones; el dramatismo y poesía de Santana. Dibujando en la escena a través de la conexión y camaradería de dos personajes oprimidos por la falta de valores, lo que el gesto impone en la gradación del lenguaje. Identificando esa rítmica interna que surge como síntesis de las acciones.

Ficha Técnica

El Niño: Juan Vicente Pérez/ Aitor Aguirre
Florentino: Gustavo Casal
Asistente de Dirección: Aitor Aguirre
Jefe de prensa y redes: Marcy Alejandra Rangel
Diseño Gráfico: Ioana Bunescu
Fotografía: Belinda Uscátegui /Javier Figueroa
Escenografía y Utilería: Oscar Salomón
Máscara: Milagros Rodríguez y Ana Kogen
Vestuario: Joaquín Nandez
Musicalización: Jesús Cova
Diseño de Iluminación: Héctor Manrique
Jefe Técnico: Francisco Cuervo
Espacio Escénico: Juan Vicente Pérez
Producción General: Amry Sierra
Dirección: Juan Vicente Pérez

Fuente: Lic. Julio C. Alcubilla B.

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