Eventos

La Ópera de Tres Centavos: Primeros análisis sobre la versión de Elio Palencia llevada a escena por Miguel Issa

Antes de entrar en esta primera entrega con valoraciones críticas o análisis del hecho teatral en esta versión, reviso para mis lectores algunos aspectos teóricos que sustentan o han de sustentar, el abordaje interpretativo de la Opera de Tres Centavos.
Por: Julio C. Alcubilla B. 
Periodista-Crítico de Artes Escénicas
En primer lugar, Brecht, tenía una intención tácita para la concepción de esta obra y en su teatro épico: romper los mitos, considerar que sus personajes han de construirse para ser mordaces, satíricos y un poco evocativos, bajo mi punto de vista en el gesto  que tenía el actor Charles Chaplin.
La interpretación actoral ciertamente ha de responder a un comportamiento individual, partiendo del distanciamiento entre el actor y su rol. En esa búsqueda que proponía Brecht, en el que el teatro estaba más allá de la escena…un espacio ocupado por el espectador, pero un espacio teatral por igual. 
El dramaturgo alemán, no intenta significar una propuesta teatral excitante, plena de tensiones o conflictos, sino más bien un proceso reflexivo que permita en el espectador la comparación, en el que el intérprete o elenco, se ha de distanciar de cada uno de sus personajes.
Esto se vio en ésta propuesta de Issa, al identificar sus resultados generales, en los cuáles mas que actuaciones sobresalientes en la mayoría del elenco, los actores narran, insisten en su esfuerzo para actuar, proponiendo en el público la toma de decisiones: muchas veces crítica, antagónica, jocosa, o deleznable. 
El espectador se enfrenta a algo que no se hace parte de él, a lo que ve y lo estudia: recibe la tensión en el proceso y logra discernir cada escena en sí misma. Se conecta a través del montaje y no en la acción creciente evocadora de intensidad interpretativa. 
El espectador logra un proceso en curvas a través de saltos reflexivos, intentando analizar cada escena, razonándola. Esto nos habla del teatro épico de Bertolt Brecht y resume lo vivido en este espectáculo.

Ciertamente como espectadores nos vemos inmersos en una actitud inquisidora frente al proceso representado. 
El juego de tensión muscular nos sirve como atmosfera reflexiva, concluyendo que no se toma en cuenta la existencia de la cuarta pared. Esa pared imaginaria que separa al público del escenario, percibiendo la ilusión de un proceso escénico que se logra en una realidad, más cercana a nuestra identidad latinoamericana.
Los actores citan el texto en casos excepcionales en este elenco junto a todos los matices del subtexto, en otros casos, los actores conciben su trabajo más en la plástica del cuerpo, o en el gesto, siendo acertado en su máscara teatral identificable como universo de la expresión genuina humana.
En muchos se identifica que la arquitectura de su personaje es trasladado a tercera persona o no se alcanza una lectura clara.  Por otro lado se adolece en gran parte del elenco, de haber hecho un trabajo prolijo en lo referente a la manera de decir: la dicción, la posibilidad de las variaciones o matices.  Las cuales habrían de surgir de las relaciones directas con el público, para alcanzar la mayor o menor significación, que debe conferir la letra. 
Cada gesto ha de proponerse en tal sentido, exteriorizar el sentimiento, aunque fuese expuesto con la separación distanciada del "YO" intérprete y el personaje. De esta manera cada actor o actriz, hubiese logrado un trabajo más sobresaliente,  alcanzar una visualización o exteriorización de su personaje. En casos de excepción fue logrado con virtuosismo, en muchos otros velado.
Posiblemente, al ser esta una adaptación de la obra original de Bertolt Brecht, por igual, no se define como una expresión fiel de su propuesta escénica, sino es lo que Issa concluye como una revisión Bretchtiana, pero con un color más nuestro que universal. 
Lejos de precisar valores interpretativos en esta propuesta y en esta primera entrega, describiéndolos en desnivel, se precisa más bien recurrir a una lectura de acuerdos entre lo que un espectador acucioso lleva a la función. 
Reconociendo los valores del teatro épico del dramaturgo Bertolt Brecht y lo que se topa con la escena. No definiéndola desde el punto de vista actoral o de trabajo de actor, como poco lucida, sino más bien un esfuerzo generado a partir de confrontaciones entre el creador venezolano que la sustenta y el arsenal histórico que ha de ser contemplado.
Sería justo revisar que el elenco no puede perder de vista que son portavoces de una crítica social, propia del teatro épico. Emprender su trabajo partiendo de las circunstancias y características del personaje, elaborando aquellos rasgos que identifican a la fuerza de la sociedad.
En entrevista con Domingo Balducci, cantante y actor que interpreta el rol protagónico de Mackie Navaja, me argumentó que la orientación del director Miguel Issa,  se basa en el trabajo del cuerpo fundamentalmente. 
"Issa se diferencia de muchos directores, los cuales trabajan directamente desde el texto".
Para este montaje según la opinión de Balducci, nunca se plantearon hacer un Brecht en un sentido purista: "teníamos el texto, la música y lo que esto nos planteaba lo llevábamos al cuerpo. Lo que nos funcionaba lo íbamos acumulando, luego a ello le íbamos agregando lo que nos daba la partitura del texto, que en este caso es una versión del dramaturgo venezolano Elio Palencia". 
"En su versión, la cual tuvo como referencias el tomar algunos pasajes de otras versiones en español, la palabra, el texto, es muy cotidiano. La desventaja, sin embargo que tiene esto, en la traducción del texto original, es que en algunos casos se pierde esa rítmica propia del idioma alemán, lo cual también se manifiesta en la música".
"Ese ritmo preciso es imposible sostenerlo completamente para una traducción en español, obviamente hay pasajes que uno nota que están metidos de una manera forzada, para que exista una frase en español que sea coherente".
"Al estudiarse la música, recurrí a las versiones originales en alemán y este es un idioma muy rítmico, pero al cantar en español, la dicción es muy importante. En el caso de los hombres es menos complicada, pero para las mujeres, lo es todavía aún más, debido a que los registros agudos logran que esa dicción se pierda". 
"La propuesta del director en cuanto a mi rol como Mackie Navaja, no consideró que hiciese un cambio drástico en el timbre, forma de cantar o de hablar, esto fue un planteamiento exclusivo para mi rol". 
"El Mackie con el que comencé a trabajar el año pasado cuando comenzamos este montaje en la primera temporada, era más dandi. En esta nueva temporada ha variado, es más orgánico y arrojado"
Cómo conclusión para ésta primera entrega, estas son mis valoraciones generales: Acertado registro actoral en parte del elenco, promisorio en otro, sobresaliente en tres casos,  logrado en gran parte el objetivo Brechtiano.  
Una puesta en escena plena de aciertos. Arquitectura lumínica importante y trascendente. Vestuario concebido en la elegancia del  acierto cromático, elogioso en cuanto a su sobriedad.
Lo revisable: proyección vocal en los parlamentos de muchos. Ciertos giros interpretativos. La dicción muy desalentadora. Y hasta cierto punto el trabajo de dirección de actores, pues mucha libertad dejó ver fisuras.
Lo intolerable: La falta de micrófonos y en muchos casos el tempo melódico.

Lo elogioso a gritos plenos: el trabajo de arquitectura y dirección de la concepción escénica. El tratamiento orgánico del texto dramatúrgico.
Lo memorable: la voz y esfuerzo escénico de Domingo Balducci,  las  actuación de Adriana Bustamante y Wilfredo Cisneros.
La Sorpresa Interpretativa: Sandra Moncada

Pronto mis valoraciones en contexto, de cada intérprete

Fuente: Julio C. Alcubilla B. www.recordreport.net
Artes Escénicas

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba