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«El Rompimiento», interpretación en observancia de un clásico Sainete Venezolano

El Festival teatral del autor FESTEA 2014, en su onceava edición, se propuso  como tema "Un país visto desde el humor". Autores como: Aquiles Nazoa, Leoncio Martínez, Rafael Guinand y Humberto Orsini, han sido parte de propuestas escénicas, notables. El Rompimiento" Sainete Venezolano de Rafael Guinand, fue la obra seleccionada por la agrupación "Proyectos en Ebullición", los cuáles concibieron un acercamiento clásico, respetuoso del texto, innovador en su juego con el espectador y no alejado de observaciones. Cuya estética cuidada y la dirección actoral, invitan al público a analizar sus latitudes y divertirse en su espontaneidad. Entrevisté a Alexis Márquez, su director artístico y actor, antes de publicar su entrevista, aquí les dejo mis valoraciones.

Por: Julio C. Alcubilla B.
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Como es mi costumbre, antes de expresar mis visiones de ésta obra,   intento acercar al espectador a la historia del teatro, procurando hacer con mi trabajo periodístico, un modesto aporte para que se consolide esa ansiada meta: "La Escuela de Espectador Venezolano". La historia y claves de interpretación escénica del Sainete Venezolano, son en tal sentido, el hilo conductor que conectará al lector con lo leído en El Rompimiento", obra representada por la agrupación "Proyectos en Ebullición"

Según muchos especialistas, en lo referente al análisis de la interpretación actoral del sainete, surge una figura en los años treinta denominada "el histrión"; el cual bajo mi punto de vista, ha sido revisado por muchos creadores de la escena venezolana y agrupaciones teatrales. El histrión era un actor que construye su escena con base a un abordaje popular, se maneja torpemente por el escenario, con cierta rudeza, poco sutil y sin ningún tipo de decoro interpretativo. Edward Cumare, como Braulio- el sirviente, puede ser fiel a éste contexto.

Por otro lado, en el sainete venezolano, cuando hablamos de interpretación actoral, han sido igualmente revisados los conceptos de "la mueca" y "la maquieta", la maquieta era comúnmente utilizada para personajes cómicos y la mueca para personajes sentimentales, sociales, familiares o políticos. La mueca es basada en una interpretación llorada, en la que la voz se quiebra constantemente, una especie de lectura de risa con llanto. Recurso éste utilizado probablemente por la actriz, que lleva a cabo el rol de la tía Ramona. Por su lado, la maquieta, es una interpretación caricaturesca, teatralizada, artificial, exagerada, no naturalista.

Otro recurso importante, el aparte, en el caso de ésta puesta en escena, fue innovador, pues cada uno de los actores intermitentemente rompía la cuarta pared, adentrándose en el público para valerse del mismo. Utilizado comúnmente  por un connotado sainetista "Parravicini",  quien destacó por éste procedimiento de interpretación, "El aparte", define un eje accionario según el cual el actor se dirige al público como si el oponente no estuviera en la escena, creando una relación de complicidad con el espectador.

El sainete como género interpretativo, por lo ya revisado y por revisar a continuación, impone cierto abordaje clásico, el cual nos servirá para entender la razón de mis conclusiones finales. Con respecto a éste montaje: en el Sainete el dominio del verso y gestualidad, han de circunscribirse a un lenguaje simbólico, más allá de intentar acercarse a una correcta interpretación. La tía Ramona, caracterizada por la actriz Indira Figueroa, muy acertada en su fisonomía, pudiese revisar más allá de su temple escénico, ese simbolismo que ha de ser demostrado en el subtexto de su fuerza interpretativa.

Por igual en todo género teatral, el uso de la declamación o dicción interpretativa, basada en saber decir correctamente un texto, debe lograr una proyección vocal poderosa y dúctil, que sea capaz de envolver al espectador y de producir emociones, transmitirlas o generarlas. Aun estando de espalda al público, o cuando los actores tienen desplazamientos escasamente forzados. La educación de la voz pudiese hasta llegar a una hipercodificación de tonalidades, inflexiones y expresiones. Fundamentalmente en el sainete,  para que ese texto clásico destaque, el elenco debe proponerse un resultado más tangible, pues con excepciones como Alexys Márquez quien  lleva a cabo el rol de Hilario-el tío y la amiga de la tía, Catalina, llevada a cabo por Gustavo Torrealba, el trabajo vocal del resto del equipo actoral,  requirió ser más debelador.

Por otro lado, en el lenguaje corporal, se impone la soltura y elegancia interpretativa. El protagonista o personaje concéntrico en ésta obra, "Esparragosa", interpretado por el actor Saúl Henríquez, no puede olvidar que se trata de un personaje ciertamente viril, pero más que ello, de un conquistador con modales seductores, aún más si se analiza la época en la que trascurre la acción. Debe optar por cierto refinamiento o prestancia gestual y corporal, sin comprometer su virilidad. Hubiese sido considerable, según el canon interpretativo del sainete criollo clásico, proyectar su cuerpo frontalmente, ligeramente con proyección anterior, lo que le hubiese permitido gallardía y elegancia.

Esta expresión corporal, debe  igualmente estar presente en todos los personajes, y sobre todo si se trata del sainete criollo, pues la dicción interpretativa se basa en la modulación de los textos dramáticos, reconociendo que fueron revisiones o inspiraciones del romanticismo o clasicismo europeo. No olvidemos que Guinand, es un autor, actor y poeta, que recorrió hondas reflexiones en ello; por lo tanto, si no expresamente en su discurso vocal, "El Rompimiento", no está alejado de las reminiscencias del teatro "culto" y de la revisión de algunos dramaturgos del viejo continente. En tal sentido, éste sainete venezolano, arrastra como género los aportes o revisiones desde la España del siglo XVII, lo cual impone un tono actoral orgánico. "Esparragosa", requirió acercarse a lo planteado y ser menos contemporáneo en su gestualidad y desplazamiento escénico, menos visceral, deslastrarse de ese hombre viril de nuestro tiempo, para acercarse a un seductor…

Al abordar el texto dramático, se ha de analizar en el mismo que tan claro o rimado sea. En "El rompimiento", al igual que otros sainetes venezolanos, se ha de estar atento de las pausas para entender el efecto cómico del último verso. Es decir, se debe considerar una técnica vocal específica, evitando producir un ambiente sonoro demasiado naturalista, para lograr la teatralidad de la puesta en escena y evitar que las voces no se correspondan con la imagen visual de los personajes. Esa sonoridad, debe gestarse en un ritmo connotativo del sainete, para lograr así que el espectador identifique los textos rimados.  Fue notorio esto en todo el elenco, pero más destacable en Mariangel Hernández, en su rol de Tomasita- la sobrina, al igual que en la tía.

Puesta en Escena
El grupo teatral Proyectos en ebullición, propone un montaje digno, apegado a la estética y atmósfera del Sainete de Guinand, dentro de un contexto actual y minimalista. Escenográficamente, el estudio del color y elementos semióticos, acertados, al igual que la iluminación cálida sin exageraciones conceptuales. El mayor énfasis recae en el vestuario y su concepción estética: limpio, cuidadoso en la inspiración de época, destacable por tonos sólidos como el beige, marrones, ocres, a excepción de una ventana amarilla oro con barrotes turquesa. La utilería clásica, representada por un reloj de época, un cuadro de hierro forjado intervenido con oro viejo, elementos conductores del juego actoral y hasta detalles importantes, como una caneca de ron de cerámica y copas pequeñas, de murano. En definitiva una estética acertada y de buen gusto, sin llegar a estridencias antiguas, ni complicados artilugios. 

La puesta en escena, identifica a plenitud los cuadros artísticos de eje interpretativo, se notan texturas sepia, como de retratos antiguos. En el que las parejas de personajes, al mejor estilo del sainete, proponen sus escenas importantes, al centro del escenario. Por otro lado, pese a revisables actuaciones éste sainete permite que los interlocutores, en cuanto al planteamiento artístico de la puesta en escena, logran trascender en el tiempo. Hubiese sido memorable, que la interpretación actoral, no hubiera  prescindido de los modos y las formas del lenguaje que ésta época propone; intentando ciertamente la relación actual del público desde la perspectiva del texto/contexto.

Lo destacable

Por orden de impacto emocional, me permito revisar lo convincente: Edward Cumare, como Braulio- el sirviente, sin mayores pretensiones estilísticas, su trabajo es genuino, jocoso y conecta al espectador. Ramona, Indira Figueroa, fisonomía que pudo haberse puesta de manifiesto, más allá de una actuación ad hoc. Mayor intensidad interpretativa, sin embargo por momentos su trabajo era disciplinado. Alexys Márquez quien  lleva a cabo el rol de Hilario-el tío, acertado en su eje interpretativo, desplazamiento escénico y gestual. Lo revisable en su caso pudo haber sido el tempo. La tía, Catalina, llevada a cabo por Gustavo Torrealba, realista, convincente, su histrionismo y certeza interpretativa, supera la preconcepción que es un actor travestido.

Ficha Técnica
Dirección: Gonzalo Irigoyen y Cristopher Mariño
Producción: Proyectos en Ebullición
Diseño de Vestuario y Escenografía: Alexys Márquez
Sonido e Iluminación: Gonzalo Irigoyen

Fuente: Julio C. Alcubilla B.-
Artes Escénicas

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