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«Afrodita y el juicio de Paris» el análisis

La Fura dels Baus ofrece la representación de la discordia entre tres diosas, Afrodita, Hera y Atenea, que quieren poseer la manzana dorada "para ser la más hermosa"…una visión atenuada de su espectacularidad escénica de otros tiempos.
Por: Julio C. Alcubilla B. 
Twitter: @editorglobal
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Algunos han coincidido conmigo luego de ver la pieza en el reciente y por demás reconocido en toda su dimensión, Festival de Teatro de Caracas 2015, que en otros espectáculos anteriores de este colectivo de virtuosos catalanes, se alcanzaban mayores estimaciones. Concluyendo en interpretaciones a desnivel y atenuada espectacularidad, despertando probablemente un interrogante, ¿existe algo debajo del ruido y sensacionalismo de estos espectáculos?…otros, quizás la mayoría, se impregnaron con su magia. A través de ésta nota, me es oportuno brindarles a mi entusiastas lectores, un análisis de mis valoraciones.

Partiendo del Simbolismo y los tiempos en los que el teatro de vanguardia era destinado a nuevos modos de interpretación y puesta en escena, intentando alejarse del mimetismo y el  abordaje psicológico, más propio del teatro naturalista, para hallar el camino de la reteatralización, de lo que formulamos o concebimos como  escena.  Basado en el  empleo de muñecos, títeres, marionetas, recursos tecnológicos y un gran etcétera;  se nos haría importante recordar en tal sentido, las propuestas iniciales de Gordon Craig y su Supermarioneta; las de Adolphe Appia y su construcción de espacios mediante la luz; el teatro de la Bauhaus con las creaciones de Oskar Schlemmer y de Kurt Schmidt, como las obras Hombre + Máquina, Hombre-Máquina. En los cuáles, los cuerpos mecánicos adquieren humanidad o animalidad, mientras que los cuerpos humanos han de tornarse mecanomorfos. 

Desde sus inicios, en 1979, la fuerza de las acciones y el predominio de los códigos visuales sobre los verbales, del grupo catalán La Fura dels Baus, han caracterizado su trabajo, su concepción de un teatro en el que se nos ofrecen desechos industriales, artefactos mecánicos, pantallas, sonidos electrónicos, robots, cuerpos de actores en espacios difíciles de delimitar. Muchas veces el claroscuro, aún en recientes montajes, sigue dominando la escena, alternado por  repentinas e impactantes ráfagas luminosas, que intentan impactar al frágil espectador no acostumbrado a tal espectacularidad. Colocándolo en una posición de encantamiento, fragilidad y lograr así que se sienta inmerso en atmósferas repletas de distopías o aquel enfoque de sociedad ficticia, hasta cierto punto indeseable en sí misma, que suele ser manejada en la escena por sus códigos espectaculares, sin que ello suponga una crítica al echo escénico, aunque revisable en el manejo del texto dramatúrgico…

Intentando a través de lo expuesto, marcar la diferencia existente entre los respetables e ingeniosos códigos de producción y recepción del mensaje, que pudiesen existir entre la literatura y el teatro clásico o más convencional, frente al espectador. Debemos admitir o ha de existir, un gran entramado de conexiones entre ambas artes, siendo esto de importancia decisiva en la puesta en escena, para lograr que la producción de una obra de teatro "espectacular", sea apreciada en su justo valor y análisis. Más allá de incentivar en el público, una lectura repleta de sensaciones o códigos tendientes solo a satisfacer la imagen contemplada, como único valor analizable de ese valioso teatro. 

No podemos olvidar la intención de lo dionisíaco que suele ser característico del teatro en Occidente, el cual persigue desde el comienzo de su desarrollo, de manera sagrada o ritual, la representación de una realidad trascendente. Como tal, ¿no sería pensable que sea una estrategia, la de invitar a la imaginación o a los sentidos, más allá del valor dramatúrgico, que ha de ser interpretado o fijado,  a través de unos textos y unos modos particulares de ponerlos en escena?

Encontramos ciertamente una literatura dramática, de carácter no mimético, o referido a ese concepto estético, expuesto por  Aristóteles, que concebía la imitación de la naturaleza, como fin esencial del arte. Ahora otras realidades inobjetables, aunque comprometidas muchas veces en el alcance de sus resultados, se nos ofrecen a través de seres fantásticos, cuyas acciones suceden en espacios y tiempos extraños, presentes en los creadores o dramaturgos de nueva escena; dentro de un marco de posibilidades que incluiría, claro está, las anticipaciones. En tal sentido se nos ofrece, un universo de posibilidades analíticas, un amplísimo margen que iría desde la identificación de lo real mimético hasta lo ficcional inverosímil, la comedia de la Ilustración, las obras de la vanguardia histórica o el teatro posmoderno.

Matt Hanson (2004), en su estudio sobre el Cine Digital, expone cómo "los dispositivos recrean fantasías, simulacros". EL atractivo que tienen para embelesar y revolucionar al público y las sociedades distópicas que desafían nuestro statu quo actual. Por otro lado, la semiotización de todo cuanto ocurre en escena en el teatro actual,  la elección de estructuras discursivas dramáticas que deben ser enunciadas de un modo particular, espectacular, tendiente a ser más artificiosas en la puesta en escena que el contenido dramatúrgico o interpretación actoral. Proponiendo la economía del lenguaje dramático, apalancándose  en las presuposiciones del espectador,  tienen al parecer un valor decisivo.

Estamos ante la presencia de un nuevo teatro para públicos menos versados en el teatro de texto e interpretación, menos analíticos de las artes escénicas y más relacionados con los límites temporales de la representación o el uso particular de objetos e iluminación, entre otros. En definitiva interesado más en códigos que pudiéramos reconocer como cierta especificidad del teatro. 

En este sentido, si éste es el caso, se impone por igual un análisis de lo contemplado, más allá de la satisfacción inicial que nos produce un espectáculo. Reconocer las posibilidades de la técnica y sus usos, las condiciones de los creadores, la elocuencia de la puesta en escena, y responderse a interrogantes elementales: ¿Cómo se da el hecho teatral y sobre qué base se nos comunica?, ¿Cuál es el fin de lo contemplado?,  ¿Qué es lo que se da a contemplar?, ¿Cómo se interpreta lo que contemplamos?, ¿Por qué? 

Ciertamente, pudiésemos a través del ejercicio de nuestras respuestas, comprender que en contra de una representación de teatro "espectacular", intervienen numerosos elementos que pudiéramos relacionar: un texto de proporciones considerables, viajes a través del espacio y del tiempo gracias al impulso de nuestra interpretación como espectadores, la dificultad de conciliar un texto tan rico y tan denso dentro de la estética propuesta, su fórmula escénica dominada por un aparato deslumbrante, dirigido a públicos populares. Su talento poético y su búsqueda de un "teatro total" .

El espectáculo "El Juicio de Paris" o "Aphrodita", también pudiese ser acunado dentro de lo político-social, el cual implica una experiencia novedosa o interesante,  que se vale en cada país que se presenta, ciudad o pueblo, de incluir en sus filas de actuación o elenco, a actores y actrices de cada localidad, quienes logran a través de un minucioso casting, alcanzar el privilegio de estar en escena. Algunas inquietudes ha surgido al respeto, ¿realmente es esta una  plataforma de trabajo que permita heredar un know how, o algún saber instrumental, artístico o técnico que pudiera multiplicarse por la comunidad, para permearse en la generación de nuevos productos culturales o proyectos artísticos, en cada lugar?

La Fura dels Baus y en esto coincido con algunos notables comentaristas alrededor del mundo, satisface muchos indicadores institucionales y crea lazos políticos con personajes más influyentes que los de la comunidad local. Es un espectáculo sustentado en una marca, "Afrodita y el juicio de Paris" representa la discordia entre tres diosas, Afrodita, Hera y Atenea, que quieren poseer la manzana dorada "para la más hermosa". Paris deberá escoger una ganadora. Sobornado con sendas propuestas, finalmente es seducido por la oferta de Afrodita, que le promete la mujer mortal más bella del mundo. Esta mujer es la joven Helena, más tarde raptada por Paris y desencadenante de la Guerra de Troya. La compañía catalana presentó "Afrodita y el juicio de Paris" en los espacios abiertos de Los Monolitos del Paseo Los Próceres, en Caracas.

La fusión de técnicas y disciplinas define el llamado 'lenguaje furero', de  La Fura dels Baus, desde Accions (1984), el primer espectáculo adscrito al lenguaje furero, al cual le siguieron Suz/O/Suz (1985), Tier Mon (1988), Noun (1990), MTM (1994), Manes (1996), 0BS (2000), Mtria 1-Tetralogía anfibia-La Creación (2004), OBIT (2004), Imperium (2007) y Degustación de Titus Andronicus (2010). A partir de los años noventa, la compañía ha diversificado su tarea cultivando el teatro de texto, el teatro digital, la ópera, la realización de grandes eventos (macroespectáculos) y el cine. Para el 2011, La Fura se consolida como una de las compañías más innovadoras del mundo de la ópera. Las claves para ello son el estreno de Sonntag os Licht de Stockhausen en la Oper Köln, Quartett de Lucca Francesconi en La Scala de Milán y Oresteïa de Xenakis en la Karlsplatz de Viena. Además, este año también se representan espectáculos de calle de gran formato en Dubai, Seúl, Reikiavik, Leucate y Portugal entre otros. El año siguiente, en 2012, la compañía realiza hasta 5 macroespectáculos dentro del marco del Guimeraes Capital Cultural. También se hacen espectáculos de calle por todo el planeta (Estambul, Londres, Stockton, Liuzhou, Changsha, Seúl, Zacatecas, etc.) Y se realizan reposiciones de algunas óperas, como por ejemplo Carmina Burana, Mahagonny o Oedipe.

"Afrodita y el juicio de Paris" abordaje crítico
Dentro de la lectura encantadora de un espectáculo "monumental", hubiese disfrutado con mayor compromiso, el mismo, si la iluminación tuviese planos cromáticos y sensitivos más claros, Afrodita, en la mitología griega, la diosa de la belleza, el amor, el deseo y la reproducción, se nos presenta en la mayoría del espectáculo con luces blancas, hubiese apreciado cierto tono malva, que sugiriere pasión.  La actriz, colocada en la estructura de Afrondita, y la cual descansaba en su hombro,  la cual representaba en mi lectura, la conciencia de Afrodita, y a su vez a la sociedad y sus vicios, podría haber destacado más su rol, si sus expresiones corporales, hubiesen sido más sensuales y descifrables en la distancia. Se veía nerviosa, más pendiente de no caerse de la estructura, que de interpretar o hacer su juego escénico…envolver al público. La rueda del tiempo, hermoso recurso…. logrado por la acrobacia y el juego escénico, sin embargo, poco entendible dentro del hilo conductor de la escena. El caballo, un mensaje metafórico sorprendente, que por igual hubiese sido mejor apreciado, si su riqueza lumínica y la arquitectura lumínica, hubiese sido más comprometida. 

Hermoso y resaltante, la pantalla humana, representada fundamentalmente, por los actores y actrices de Venezuela. Quienes con símbolos y escritura escénica, ofrecían en su espectacularidad, fuerza, disciplina, compromiso y poética del cuerpo. En sí, un espectáculo ciertamente importante, onírico, revisable al ver los resultados de anteriores propuestas de La Fura dels Baus, pero pleno en contenido visual y sensaciones. 

Fuente: Julio. C. Alcubilla B.-
ARTES ESCÉNICAS/TEATRO

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