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Se conmemoran los treinta años de vuelos espaciales humanos europeos

Hace treinta años, un ciudadano checo, Vladimir Remek, entró en la historia al convertirse en la primera persona de un país que no fuera Estados Unidos o la antigua Unión Soviética en viajar al espacio. El 2 de marzo de 1978 despegó a bordo de la nave espacial Soyuz 28 en una misión de ocho días a la estación espacial Salyut 6.

CORDIS Noticias recientemente se encontró con el Sr. Remek en Bruselas, donde trabaja como eurodiputado, para averiguar más sobre aquel vuelo histórico y cómo se siente al ser considerado el primer europeo que viajó al espacio.

El Sr. Remek, durante su infancia en la década de los cincuenta, como muchos otros niños de esa época, soñaba con una sola cosa: convertirse en astronauta. En 1957, a la edad de nueve años, contempló sobrecogido cómo el Sputnik 1, el primer satélite artificial puesto en órbita terrestre, fue lanzado al espacio por la Unión Soviética.

El Sr. Remek también quedó impresionado cuando el soviético Yuri Gagarin se convirtió en la primera persona en viajar al espacio. «De repente, todos los jóvenes que querían ser cosmonautas tenían un héroe», afirmó a CORDIS Noticias.

Cuando se dio cuenta de que todos los cosmonautas rusos y los astronautas estadounidenses habían sido pilotos militares, Remek supo lo que tenía que hacer. El eurodiputado conocía el mundo de la aeronáutica; como su padre era piloto militar, de niño pasaba mucho tiempo en bases aéreas y cerca de aviones.

Cuando se alistó en la academia de la fuerza aérea en Moscú, descubrió complacido que la academia se encontraba al lado de la Ciudad de las Estrellas, el centro de formación especializado para cosmonautas. Otro acontecimiento importante fue el lanzamiento del programa espacial Interkosmos para la cooperación entre la Unión Soviética y otros países socios, en 1976.

Ese mismo año se licenció y decidió perseguir su sueño y pedir una plaza en el programa Interkosmos. La competencia era intensa, con más de cien candidatos a la expectativa de conseguir una plaza en ese programa. Finalmente, se eligió sólo a dos personas y Remek, a sus 28 años de edad, era uno de esos candidatos.

El eurodiputado tuvo que esperar dos años más para participar en su primera y única misión espacial a bordo de la nave espacial Soyuz 28. El adiestramiento para la misión fue intensivo. «En aquella época me sentía muy bien preparado y no tenía ningún tipo de dudas», afirmó. Pero treinta años después, a sus sesenta años de edad, se lo pensaría dos veces antes de permitir que una persona tan joven pilotara una nave espacial supersónica.

El Sr. Remek recuerda cómo se sentía aquel día de 1978 en el que se preparaba para el despegue. «Estaba muy entusiasmado pero también tenía un gran sentimiento de responsabilidad», comentó a CORDIS Noticias. «Vi mi vida pasar delante de mis ojos en un instante y me pregunté qué pensaría mi antiguo maestro de la escuela.» No obstante, logró mantener la calma y, después del despegue, «mi mente se quedó en blanco y me concentré en mi trabajo».

Durante los ocho días siguientes, la tripulación de la nave espacial Soyuz 28 realizó varios experimentos médicos y científicos y captó algunas imágenes multiespectrales de sus países respectivos. Las 190 horas que pasó en órbita fueron trascendentales para el Sr. Remek, entre otras cosas porque fue el primer ciudadano de su país y el primer ciudadano ni estadounidense ni soviético en viajar al espacio. Durante el vuelo escuchó con orgullo varias emisoras de radio de onda corta y oyó su nombre y el de su país en innumerables idiomas.

Treinta años después se sigue considerando importante el vuelo de Remek. Según la Agencia Espacial Europea (ESA) representa la entrada de Europa en el vuelo espacial humano. «Es un placer oírlo», dijo el eurodiputado. «Es un gran honor ser considerado el primer astronauta europeo.»

Este primer vuelo también se conmemoró recientemente en un evento celebrado en el Parlamento Europeo, en el que participó el Vicepresidente de la Comisión Europea Günter Verheugen y el Comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades, Vladimir Spidla.

Llevó un tiempo volver a acostumbrarse a estar en la Tierra. «Mi coordinación muscular tardó varios días en volver a la normalidad», explicó. También tuvo que acostumbrarse a la fama y a las expectativas que ésta generaba.

Una expectativa era que el Sr. Remek aprovechara su fama en la esfera política y ayudara a las personas a resolver sus problemas. «Pero me resistí por mucho tiempo», señaló. No se decidió a dar el paso hasta las elecciones europeas de 2004. Como astronauta «yo había logrado bastante para la República Checa a través del viaje espacial», apuntó. Ahora, como eurodiputado, siente que también puede contribuir a la prosperidad futura del país.

Y no es el único ex astronauta que se dedica a la política. Claude Haigneré, la primera mujer francesa que viajó al espacio, fue Viceministra de Investigación durante un tiempo, mientras que Umberto Guidoni, el primer europeo que visitó la Estación Espacial Internacional, (ISS) ahora trabaja como eurodiputado y pertenece al Partido de los Comunistas Italianos.

«Estas personas tuvieron la posibilidad de ver los problemas de la Tierra desde una perspectiva diferente, lo que les brindó un entendimiento más amplio de tales problemas. Rápidamente se dieron cuenta de que, si querían influir de algún modo sobre la vida en la Tierra, la forma más eficaz era a través de la política», afirmó el Sr. Remek.

A pesar de que ahora puede estar dedicándose a cuestiones más terrenales en el Parlamento, el Sr. Remek continúa interesándose por todo lo relacionado con el espacio. A través de su trabajo en comisiones parlamentarias como la de Transporte (TRAN) y la de Industria, Investigación y Energía (ITRE), ha estado implicado activamente en el desarrollo de la política espacial. «El espacio ha demostrado ser un ámbito positivo para la cooperación. Incluso Estados miembros pequeños tienen la posibilidad de ser parte de las actividades espaciales europeas», afirmó; y los logros de Bélgica en el espacio son prueba de ello.

Los sistemas y las tecnologías espaciales se están convirtiendo en una parte fundamental de la vida diaria de todos los ciudadanos y las empresas europeas. Desde las telecomunicaciones a la televisión, el pronóstico del tiempo y los sistemas financieros mundiales, la mayor parte de los servicios clave que damos por sentados en el mundo moderno dependen del espacio para funcionar correctamente.

Por lo tanto, es importante para nuestra prosperidad económica y social que Europa mantenga su posición en el espacio, según opina el Sr. Remek. «Otros países como Brasil, China e India son conscientes de la importancia económica del espacio. Europa no puede permitirse perder la posición a la que ha llegado hasta ahora. Entre los éxitos recientes figuran el laboratorio Columbus en el ISS y el lanzamiento y acoplamiento de la nave espacial de carga Julio Verne.»

Según Remek, para asegurar la presencia de Europa en el espacio, «debe cambiar la actitud de la gente» hacia proyectos como Galileo, el sistema europeo de navegación por satélite. Fue más difícil llegar a un acuerdo sobre Galileo que viajar al espacio, afirmó. Sin embargo, es optimista con respecto al futuro de Galileo y a su capacidad para generar nuevos empleos y una mayor prosperidad para Europa.

Ahora, después de meses de negociaciones, los ministros de transporte de la UE han dado luz verde al proyecto. El 7 de abril acordaron financiar con fondos públicos de unos 3.400 millones de euros la construcción del sistema de navegación de 30 satélites que fue diseñado para competir con el sistema de posicionamiento global (GPS) de Estados Unidos.

El acuerdo alcanzado prevé dar al Parlamento Europeo una mayor capacidad de decidir sobre cómo se llevará a cabo el proyecto. Se espera una adopción rápida del proyecto durante la próxima reunión plenaria del Parlamento.

En 1998, el ex astronauta estadounidense de 77 años, el senador John Glenn, decidió ponerse su traje espacial una vez más y volvió a estar en órbita. Cuando se le preguntó si aceptaría hacer lo mismo, el Sr. Remek afirmó que, aunque le gustaría, cree que no es muy probable; al fin y al cabo, «la República Checa no es Estados Unidos». Y añadió con una sonrisa: «Aquí tengo un programa muy ajetreado».

Para obtener más información acerca de la política espacial de la UE, consulte ec.europa.eu.
Para obtener más información sobre el trabajo del Sr. Remek en el Parlamento Europeo, consulte europarl.europa.eu.

Categoría: Entrevistas
Fuente: Entrevista de CORDIS Noticias al eurodiputado Valdimir Remek
Documento de Referencia: Basado en la entrevista de CORDIS Noticias al eurodiputado Vladimir Remek
Códigos de Clasificación por Materias: Investigación sobre el espacio y satélites

Fuente: Cordis Noticias

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