Miscelánea

Cociente intelectual (que no coeficiente)

Acabo de leer una noticia que dice que según un estudio, la obsesión por los SMS y el e-mail puede reducir el coeficiente intelectual. Ésta noticia sería carne de cañón del blog Malaprensa, ya que no menciona detalles del estudio, pero dado que aquí nos preocupamos únicamente por errores relacionados con la ciencia o tecnología, hablaré del que me ha llamado la atención: coeficiente intelectual.

¿Y qué pasa con el coeficiente intelectual? Pues nada especial, simplemente que no es coeficiente intelectual, sino cociente intelectual. ¿Y cuál es la diferencia? Pues la verdad es que mucha.

Como cualquiera que no se durmiese en las clases de mates del cole sabe, un coeficiente es un factor, un término multiplicativo. Algo que multiplica a otra cosa, vamos. Por ejemplo, si recordamos la forma más genérica de una función lineal: y = ax + b tenemos que a es el coeficiente de x. Y si bien es cierto que en algunos contextos científicos, el término coeficiente se refiere a algún tipo de propiedad de algún tipo de objeto o concepto, no es menos cierto que normalmente se encuentran presentes en ecuaciones, multiplicando a algo. Así, por ejemplo, el coeficiente de dilatación es una propiedad de los materiales que relaciona el incremento de longitud (pensemos por ejemplo en una barra o un cable) con el incremento de temperatura, de forma que la con fórmula ?L = a ?t, podemos calcular el incremento de longitud (?L) multiplicando el coeficiente de dilatación (a) por el incremento de temperatura (?t).

Y como cualquiera que simplemente sepa dividir, un cociente es el resultado de una división. Recordando lo que nos enseñaron en el cole (creo que en 3º de EGB), si queremos dividir 7 manzanas entre 2 personas, nos sale a 3 manzanas cada uno y nos sobra 1 manzana. (7 = 2 * 3 + 1). El 7 es el dividendo (lo que queremos dividir), el 2 el divisor (entre lo que queremos dividir), el 3 el cociente (el resultado) y el 1 el resto (lo que nos sobra). Fácil ¿verdad?

¿Y qué tiene que ver todo esto con los del cociente intelectual? Pues mucho. El primer test para intentar medir de alguna forma la inteligencia de una persona, lo publicó Alfred Binet, en colaboración con Theodore de Simon, en 1905 y se conocía como la escala Binet-Simon. Posteriormente, en 1916, Lewis M. Terman, de la Universidad de Stanford, publicó una mejora del test, al que se le llamó Escala de Inteligencia de Stanford-Binet, y que fue la base para los modernos test de inteligencia.

¿Y? Pues que el test, básicamente calculaba la "edad intelectual" y la dividía entre la edad real. De ahí el nombre de cociente intelectual. Normalmente, se emplea en forma de porcentaje, de forma que si tu edad intelectual es igual a tu edad real, tu CI es de 100, no de 1. Actualmente, los test se realizan de otra manera, pero el término cociente intelectual, se mantiene.

Uno puede ahora decir que lo mismo ocurre con el coeficiente de dilatación, que mencionaba antes. Después de todo, el coeficiente de dilatación de un material se calcula de forma empírica, como un cociente entre el incremento de longitud y el incremento de temperatura. Pero la diferencia es que el coeficiente de dilatación se emplea como coeficiente (valga la redundancia) en la fórmula ?L = a ?t para calcular el incremento de longitud (multiplica al incremento de temperatura). El cociente intelectual, sin embargo, no multiplica a nada en ninguna fórmula, ya que no se usa para calcular nada. Es sólo un indicativo de la inteligencia de una persona (aunque todavía no está todo el mundo de acuerdo )

Por desgracia, el hablar de coeficiente intelectual en vez de cociente, es un error muy habitual en todo tipo de medios. Tanto, que la RAE no ha tenido más remedio que incluirlo en su diccionario.

Fuente: Alf – malaciencia.info

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