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El Niño amenaza con provocar récords de temperaturas mundiales

Las probabilidades de que se produzca el fenómeno del niño son bajas próximamente, pero elevadas a partir de julio y agosto. La posibilidad de que hasta 2026 haya por lo menos un año con las temperaturas más altas jamás registradas es del 93%, según la principal autoridad de la ONU en meteorología.

Tras tres años consecutivos de un inusualmente persistente y prolongado fenómeno La Niña, que afectó a los patrones de temperatura y precipitaciones en distintas partes del mundo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) adelantó la posibilidad de que durante los próximos meses se produzca un episodio cálido del fenómeno El Niño.

Las probabilidades de que se forme este fenómeno natural durante la primera mitad del año son bajas (15% en abril-junio), pero aumentarán progresivamente entre mayo y junio (hasta un 35%) y crecerán notablemente entre julio y agosto (55%).

Sin embargo, la Organización matiza que estas previsiones dependerán de la elevada incertidumbre asociada a las predicciones en esta época del año (conocida técnicamente como barrera de la predictibilidad primaveral).

Pese a los altos registros, La Niña detuvo el aumento de las temperaturas globales

El secretario general de la OMM, el profesor Petteri Taalas, destacó que el enfriamiento provocado por el largo episodio de La Niña contuvo temporalmente el aumento de las temperaturas mundiales, “a pesar de que el período de los últimos ocho años fue el más cálido jamás registrado».

Ante la probable llegada del fenómeno El Niño, Taalas apuntó la posibilidad de que «se produzca otro repunte de las temperaturas mundiales».

Alta probabilidad de que el año más cálido jamás registrado ocurra antes de 2026

Pese a que la combinación de El Niño y el cambio climático provocaron que 2016 fuera el año más cálido jamás registrado, hay un 93% de probabilidades de que al menos un año hasta 2026 supere este registro, y un 50% de probabilidades de que la temperatura global alcance temporalmente los 1,5°C por encima de la era preindustrial, según un estudio del Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido, el principal centro de predicciones climáticas anuales de la OMM.

El actual episodio de La Niña comenzó en septiembre de 2020 con una breve pausa en el verano del hemisferio norte en 2021. Este fenómeno natural se produce por el enfriamiento generalizado de las temperaturas de la superficie de la parte central y oriental del Océano Pacífico ecuatorial, unido a cambios en la atmósfera tropical. En las regiones afectadas, suele tener el efecto contrario que El Niño sobre el tiempo y el clima.

La Niña se vinculó a la sequía persistente que padece el Gran Cuerno de África y amplias zonas de Sudamérica, así como a precipitaciones superiores a la media en el sudeste asiático y Australasia.

Una nueva previsión climática regional publicada la semana pasada advirtió que la catastrófica situación en el Cuerno de África empeoraría aún más debido a que se prevé una escasa temporada de lluvias entre marzo y mayo.

Aunque El Niño y La Niña son fenómenos naturales, se producen en un contexto de cambio climático provocado por la actividad humana que aumenta las temperaturas globales, afecta a los patrones estacionales de lluvias y provoca temperaturas más extremas.

Fuente: news.un.org.

Imagen de cabecera: UNICEF/Josh Este. Puesta de sol en la costa de Tanna, en Vanuatu.

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