Eventos

Javier Moreno, el director de «Una gata sobre el tejado de zinc caliente» del autor Tennesse Williams

Por:Julio C. Alcubilla B.
Periodista y Crítico de Artes Escénicas
Récord Report Internacional en THP
Artes Escénicas/ mail:[email protected]

La visión de un reconocido director de teatro en Venezuela, acerca de una de las obras cumbres de Tennesse Williams. Luego de una entrevista de aproximadamente una hora y poco más de diez y siete preguntas, estas son sus trascendentes declaraciones.

Las emociones contenidas en la obra "Una gata sobre el tejado de zinc caliente" del célebre dramaturgo norteamericano Tennesse Williams, son visibilizadas aunque el tema principal para mi, es explorar en ese misterio de la incomunicación entre los miembros de una misma familia.

En las que pasan cosas tan feas: avaricia, codicia, pasiones ocultas, envidias, etc. Como resultado de la incomunicación. De hecho es tan difícil que dos personas se comuniquen sinceramente. Williams en tal sentido expone un marco absolutamente decadente, visceral, pasional. Exponiendo de forma clara el tema del siglo XX por excelencia, como lo es la incomunicación y la falta de humanidad en las relaciones familiares.

La sexualidad no se tomó en cuenta más que en otras obras, no hago explotación de la misma como tema particular, me centro en la incomunicación.

Esta obra la planteo apartándome de esa visión que se hizo en el cine, porque este formato por lo general plantea una propuesta escénica demasiado alta. Estoy trabajando con la gente de todos los días, pretendiendo que este montaje fuese más cercano. El casting no fue fácil, Verónica Arellano como Edith, con su fuerza y recursos arrolladores, propone un personaje que refresca la escena por donde pasa.


Mayte Parias es Margareth, la gata, (Maggie), esta actriz siempre ha trabajado conmigo, formada en Rajatabla. No llega a ser descollante como figura, sin embargo mantiene una experiencia muy comprometida.

Francisco Obando, Gooper, el cual se mueve entre la comedia franca y el dramatismo oscuro, representando sin tregua a la codicia y el rigor. El padre, Luis Carlos Bofill el Gran Pá, es uno de estos actores de carácter, que tanto le hace falta al teatro venezolano. El cual posee una voz y condiciones impresionantes, para representar al patriarca. 

La madre Marisol Matheus, es un personaje muy particular, porque en la obra original, pudiese leerse como una mujer mas bien ordinaria. En lo particular viré toda su situación, para que ella representase a una mujer sorprendentemente fina y contradictoria.

Los personajes desde su yo se están anulando, negando a afrontar. Por otro lado, otro aspecto considerado en mi propuesta, es la existencia de un universo ambiguo, de lo indefinido.Porque existen elementos no muy claros en el texto, y yo como director no tengo porqué aclararlos. 
El espectador puede terminar pensando lo que quiera, esta no es una obra que está escrita para definir que algo específico pasa, sino para indicar por ejemplo, que un personaje ni siquiera se atreve a discutir. Hasta incluso con su propio padre, existe la lejana posibilidad de la comunicación asertiva. 
De este personaje develar de que esa fuese una relación homosexual, por el contrario, lo que hace Magguie que lo precisa o enfrenta, siendo su esposa, y se asegura de que allí existía una relación homosexual. 
Por su parte a Brick lo concibo como una escultura masculina que tiene "una pata quebrada", esto dentro de mi interpretación, es una figura metafórica, como que le faltase un apoyo. Colocando a su perfección física al frente de una minusvalía. A este personaje siempre lo concebí para un actor joven, de muy buenas condiciones físicas. Que además pudiese ser la contrafigura o enfrentar a Maggie. Ya que este es un personaje tan imponente, con mucho texto.
Profundizando en Brick, psicológicamente no es para un hombre tan joven o para un actor de poca experiencia. Porque este actor debe tener además de experiencia, corporalidad y hasta espiritualidad, para lograr así la gran escena.
Para mi el gran protagonista de la obra, es el personaje de Brick y su mejor escena, es la escena con el padre. Gabriel Duno, el actor que encarna a Brick, ha hecho talleres con Dairo Piñeres y conmigo. Es productor de cine, un hombre ligado a la escena. 


Para desarrollar mi propuesta escénica, tomé en consideración una primera versión que me llegó de la obra, procedente de España, la misma totalmente censurada. En la que no se habla de homosexualidad, no se habla de sexo ni de pasiones.
Luego consigo la versión original en inglés y hago mi propia traducción y empiezo a comprender que aquello es como un colegio de monjas. Manejé tres versiones, considerando que además la obra original entregada a Broadway, es una cosa, y lo que está escrito, es otra.
Como consecuencia de ello, he tenido que unir todo eso y armar ese rompecabezas del texto, en algunas veces tuve éxito, en otras no. Porque incluso, el personaje del padre cambia mucho de una versión a otra.
Tratar de emparejar o fusionar, esos cuatro elementos, quizás nos alejan de esa musicalidad. Como respuesta a ello, he concebido que existen tres escenas centrales, distribuidas cada una en tres actos, en las que además, uno de los personajes es protagonista.
Primero Maggie, luego el padre y por último la madre, todos ellos unidos por los motivos del personaje Brick. Pretendiendo a la vez, que cada una de esas escenas centrales, tienen que ficcionar dentro de una obra de teatro antagónica. Concluyendo el espectador, que al terminar la primera escena, se hacen acuerdos, como si evidenciara en cada una de estas tres escenas,  se llega al trabajo terminado.
Cada uno de estos personajes, a partir de mi propuesta, son casi independientes. Por otro lado cada acto dura media hora. Me acerco hasta cierto punto, como lo propone el autor, a la tragedia contemporánea. Pero siempre he conversado con los actores, que debemos proponer un equilibrio. No podemos negar que somos, lo que nos está pasando aquí. Pero por otro lado, hacer costumbrismo, lo cual representa el otro extremo, no es aceptable.
He solicitado al elenco que sean menos explosivos, más estilizados. Sin embargo la obra empieza con un bolero, el cual me gusta y afecta mucho, logrando que el discurso sea más personal. En medio de la obra incluso incorporo una especie de pequeño show o performance de entretenimiento. 
Mi intención es negociar dos realidades, una la que está ocurriendo en los años 50, al Sur de Estados Unidos y otra la que está ocurriendo en el presente, pero abordada con estilismo artístico.

Propongo que los personajes rompan estructuras y en algún momento esto se entiende como distanciamiento. Observando según algunas lecturas, de que los actores se salen de la trama. Esto no es cierto, no necesitamos como elenco ver al público, para poder comunicarme con el.
Los actores siempre están marcados por una disposición coreográfica. Con sólo ver la escenografía, podemos evidenciar que es el marco para una coreografía. Lo cual por igual se ajusta a lo planteado en el libro original de Tennesse Williams. El cual describe una escenografía bucólica, habla de barandas de los mares del Sur, de los soles etruscos. Considera además como reflexión, que existe mucho espacio para que los actores interpreten más como bailarines.
Esto no se pelea con lo que yo concibo. No existiendo sin embargo en mi montaje naturalismo. Esa naturalidad cotidiana, en la que se asimila el drama como un asunto metafísico. En sus adentros no tiene que ver con lo propuesto por mi, en este montaje.
Concibo una propuesta expresiva, que además al adquirir este compromiso con el grupo Rajatabla, trato de que la propuesta escénica, continúe la linea expresiva de este grupo en su pasado. 

En la cual el naturalismo vencido, queda desplazado por el estilo, en el que la teatralidad surge del valor interpretativo, de su postura correcta y su manera de decir. 
Concebimos elenco y yo, llevar a cabo una propuesta teatral complicada, pero tomamos una posición, en la cual el elenco es cómplice. En el proceso de este montaje, tuve dos bajas, tuve que salir de dos actores. Concluyendo que lo que valida esta experiencia es llegar a la noche del estreno con un elenco convencido, de que este es su espectáculo y que funciona. 
Durante el proceso nos preguntamos cosas, que pusieron en duda mi capacidad para llevar a cabo un espectáculo como éste. Un espectáculo que me coloca en la linea de la inseguridad, que me obliga a dialogar y negociar desde el primer ensayo, hasta lograr entendernos.

Finalmente, esto ha significado un hallazgo, en el que Rajatabla y el espectador, se conectan con nuevas relaciones, reflexiones y verdades, para ese complicado proceso de la comunicación.
Una gata sobre el tejado de zinc caliente se presentará los viernes a las 6:00 pm y los fines de semana a las 5:00 pm en la Sala Rajatabla, ubicada en la avenida México, entre la sede de Unearte y el Teatro Teresa Carreño. Las entradas se pueden adquirir en la taquilla. 

Fuente: Julio C. Alcubilla B./Récord Report Internacional en THP,
Artes Escénicas

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba