Sociología y comunicación

Cómo escribir sobre ciencia

Marina Joubert enseña cómo pasar de escribir para la ciencia a escribir sobre ella, y llegar a un público mucho más amplio.

Como científico, seguro que ya domina el lenguaje técnico y el estilo impersonal de las revistas científicas. Pero la mayoría de las personas encuentra que hablar de ciencia es difícil de digerir y aburrido, lo que aleja a los lectores que no son especialistas.

Sin embargo, cada vez con mayor frecuencia se pide a los científicos que lleguen a nuevas audiencias, por lo que lograr que la ciencia sea entendida y apreciada es una habilidad muy codiciada. Escribir para el público trae muchas recompensas: le proporciona un perfil más alto que impresiona a los financiadores, conquista el apoyo del público y atrae a colaboradores de primera calidad.

Pero captar a una audiencia popular no es una tarea fácil y requiere un enfoque totalmente diferente a cautivar a sus colegas científicos. Esta guía le dará algunas pautas sobre lo que debe y lo que no debe hacer.

Manos a la obra

Muchos científicos se interesan por escribir para las mayorías porque les gusta, mientras otros pueden hacerlo para recibir recompensas o porque sus patrocinadores les piden 'enganchar al público'.

Es más fácil comenzar a escribir sobre su propia investigación, siempre y cuando usted pueda tomar suficiente distancia de ella.

Para publicar por primera vez, inténtelo en una revista interna de alguna universidad o corporación. Los consejos de investigación publican revistas, como el Consejo Sudafricano de Investigaciones Científicas e Industriales ScienceScope, así como las academias y sociedades científicas.

Algunas revistas, como Australian Science tienen como objetivo publicar un gran número de artículos de los investigadores. Y algunos medios de Internet publican blogs de los científicos; también usted puede empezar a hacer el suyo (disponible en inglés y chino).

Sea que contacte a una publicación o viceversa, tómese algo de trabajo previo. Piense cuidadosamente sobre los temas que abarca la publicación y el público al que se dirige. ¿Qué 'estilo' usa?, ¿usa un lenguaje relajado o más formal?

Sus historias con frecuencia interesan a los medios de comunicación, sobre todo si se ajustan a su formato e intereses. Vincular alguna a un evento particular, como el Día Mundial del Agua o el Día Internacional de la Diversidad Biológica, puede incrementar sus opciones de publicación.

Es importante leer ciencia popular. Aprenderá cómo estructuran sus historias los demás, y al sumergirse en el lenguaje le mostrará lo que es y lo que no es apropiado. La lectura asimismo lo familiarizará con mercados de su país (y de otros) que podrían interesarse en sus artículos.

Escoja la publicación correcta y póngase en contacto con el editor, sea por teléfono o correo electrónico. Infórmese sobre los plazos de entrega, ¿cuánto tiempo de anticipación requiere para presentar algo a una revista mensual o a una semanal o a un diario?

Empiece a leer artículos de divulgación científica

Déle forma a su historia

La manera como estructure su artículo dependerá del género. ¿Es una noticia sobre un avance científico o está haciendo una cobertura exhaustiva? ¿O se trata de un comentario, por ejemplo, su opinión? Cada tipo tiene su estructura.

Por ejemplo, las noticias comienzan con una descripción corta y precisa del resultado principal. Las noticias que destacan un documento científico en su encabezado, ponen las conclusiones primero. Los artículos atraen al lector, ambientando el escenario con una prosa más creativa y colorida.

En todos los casos, convierta su investigación o el desarrollo científico en una historia con una narrativa. Los párrafos iniciales deben animar al lector a seguir leyendo: si es difícil de entender desde el inicio, los lectores lo dejarán de inmediato.

El cuerpo del artículo contiene los detalles y hechos, que deben seguir un hilo conductor, haciendo obvio para el lector por qué un párrafo lleva al siguiente en una secuencia lógica. Cuando escriba artículos, encuentre la manera de poner los hechos en una forma narrativa y entreteja alguna emoción y aventura en el argumento.

Los párrafos finales del artículo o comentario deben resumir la esencia de la historia o indicar desarrollos futuros. Puede dejar al lector con pensamientos para reflexionar o podría ser un llamado a la acción. Dele algo en que pensar antes de soltarlo.

No 'enrede': 'aclare'

Piense cuidadosamente quién podría leer su trabajo. ¿Cómo se puede relacionar con sus experiencias personales? ¿Qué podrían saber los lectores del tema y por qué deberían estar interesados en su historia?

El lector imaginario es lo más importante. No piense en otros científicos. Usted no está escribiendo para impresionarlos (un asunto que se trata en esta publicación del blog de Stephen Curry).

Póngase en los zapatos de sus lectores y deje de lado todos sus conocimientos y experiencias. Cubra lo básico, pero no sea condescendiente, hay una línea muy fina entre alienar a la gente y empoderarla. La gente aprovechará las ideas complejas en la medida que use palabras que conocen.

La tiranía de la jerga es la barrera más grande que separa la ciencia de la vida cotidiana. Hace poco entrevisté a alguien que investigaba los programas de alimentación escolar. Le pedí un 'resumen sencillo en inglés' de su investigación y me respondió: "la nutrición óptima es la base fisiológica de una educación eficiente". Una forma mucho mejor de decirlo sería: "no le puedes enseñar a un niño hambriento", e incluso: "si comes bien, aprendes bien".

Elimine definitivamente la jerga, los acrónimos, los atajos y las formalidades que usa cuando escribe para los científicos. Lo que es un conocimiento común para ellos será ajeno a la mayoría de los lectores. Describa ideas abstractas y números complejos en términos cotidianos y vincúlelos a las experiencias del día a día.

Usar analogías y metáforas con las que sus lectores estén familiarizados puede ayudar. La mayor parte de la gente, por ejemplo, será capaz de imaginar el cráter causado por el impacto de un meteorito "del tamaño de diez canchas de fútbol".

Use frases cortas y voz activa preferiblemente. Use citas textuales, estudios de caso y ejemplos de la vida diaria para añadir interés.

Escribir sobre ciencia en el lenguaje cotidiano se hace más fácil con la práctica. Para mí, traducir el lenguaje científico cargado de jerga en uno sencillo es como desenredar el pelo enmarañado de un perro. Es difícil al principio e, incluso, doloroso.

Pero con paciencia y perseverancia se consigue desatar los nudos y enredos (la jerga, los acrónimos, las frases largas y las voces pasivas).
 
Trate de evitar la 'tiranía de la jerga'. Disipe la niebla.

Para medir la claridad, es muy útil el índice Gunning-Fog (en inglés). Calcula cuántos años de educación formal necesita un lector para entender con facilidad su texto en una sola lectura.

Si el texto tiene 12 de puntaje, su lector necesitará 12 años de educación. La mayoría de los escritos científicos marca 40 o más.

Para obtener un menor puntaje se necesita escribir frases más cortas, en voz activa y evitar las palabras largas. Pruebe el índice de niebla de Gunning.

Vender la ciencia

A casi nadie le interesa cómo usted hizo para encontrar algo nuevo. Lo que quieren saber es cómo sus resultados inciden en ellos. Tiene que contestarse la pregunta: "¿y qué?". Concéntrese en lo que la investigación podría significar para la vida diaria de la gente, o cómo podría influir en la sociedad.

Cuando su investigación tiene un factor sorpresa o está a la vanguardia, lo anterior es obvio. Y recuerde, la gente responde a las cosas que tiene cerca, así que use ganchos locales o regionales.

No les cuente a sus lectores todo lo que sabe; a cambio, señale la esencia de su historia con una frase aguda y pruébela entre algunas personas antes de escribir.

Si está dando su opinión –en una columna editorial por ejemplo-no tiene que ser neutral u objetivo. Incluso es aceptable que especule un poco. Si está entusiasmado, emocionado o preocupado, dígalo. Use su sentido del humor.

Y mientras que las personas están menos interesadas en los procesos de investigación cotidianos, sí están interesados en el lado humano. ¿Qué obstáculos ha tenido que superar? ¿cómo se sintió? Describir a una 'persona real' rompe barreras, acerca al lector a la ciencia. Transmita su emoción y orgullo, pero no con exageración y nunca mienta.
 
Cuando escribe artículos de divulgación científica, su ciencia sale del laboratorio

Una imagen vale más que mil palabras

En este artículo (en inglés) de The Guardian,  Brian Cox, profesor de física de partículas de la Universidad de Manchester del Reino Unido, usa su propia experiencia trabajando en la Organización Europea de Investigación Nuclear, CERN, para explicar la ciencia del gran colisionador de hadrones.

Las imágenes pueden conseguir que los ojos se peguen a una página, por lo que si puede enviar imágenes y leyendas con su artículo puede hacer la diferencia entre conseguir que sea publicado o rechazado (y puede prevenir que el editor fotográfico escoja algo completamente inadecuado). Pero si no puede, no se desanime. Las publicaciones encontrarán una imagen para acompañarlo.

Al escribir, piense creativamente acerca de las imágenes y leyendas. La ciencia ofrece imágenes bellas y poco comunes que pueden ayudar a los lectores a visualizar lo que usted está escribiendo. Pase tiempo pensando en títulos pegadizos e informativos, son los puntos de entrada indispensables de su historia.

El toque final

Una vez que ha terminado su artículo, cambie su lector imaginario por uno real. Pídale a algún amigo que no sea científico que lea su artículo y que le indique lo que no ha entendido. Pronto comenzará a encontrar el nivel en el que necesita escribir. Y si ve que bosteza o pierde el interés a medio camino, recuerde que nadie está obligado a leer su historia. ¡Y si es técnica, sosa y aburrida, ni siquiera sus amigos!

Y aunque su historia sea leída, eso no significa que puede satisfacer todos los intereses. El lector –sea que lo satisfaga o no-es siempre el rey.

Marina Joubert es comunicadora científica de Pretoria, Sudáfrica.

Fuente: Marina Joubert – scidev.net

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