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Consumidores más felices generan un entorno más saludable

La búsqueda de la verdadera felicidad puede llevar a las personas a estilos de vida que no sólo son satisfactorios para ellas sino mejores para el medio ambiente, según una visión general sobre la investigación psicológica que se presenta en la 122 Convención Anual de la Asociación Psicológica Americana.

   "Durante décadas, el consumismo ha estado en colisión con el medio ambiente, con el apetito del consumidor mermando los recursos naturales del planeta y acelerando el calentamiento global. Hay quien piensa que tenemos que cambiar el consumo con el fin de salvar el planeta –explica Miriam Tatzel, del 'Empire State College', en Nueva York, Estados Unidos–. Pero, ¿y si lo hacemos al revés? ¿Qué pasa si lo que es bueno para el consumidor coincide con lo que es bueno para el medio ambiente?".

   La psicología positiva o el estudio de la felicidad, el bienestar y la calidad de vida proporciona las respuestas de lo que realmente da la felicidad a los consumidores, según Tatzel. Varios estudios han determinado que las necesidades psicológicas básicas de la población incluyen la competencia, la autonomía, las relaciones positivas, la autoaceptación y el crecimiento personal y la investigación ha demostrado que en lugar de cubrir estas necesidades, la búsqueda del dinero y las posesiones quita tiempo a actividades personales más satisfactorias y relaciones sociales.

   La presentación de Tatzel ilustra cuántos rasgos de consumo tienen vínculos directos con el medio ambiente, tanto buenos como malos, por ejemplo, que el materialismo no sólo es malo para el medio ambiente sino que es malo para el bienestar de los consumidores. "La gente quiere progresar a medida que se cansa de lo que tiene y quiere algo más, que a su vez conduce a un mayor consumo y más residuos en los vertederos, más gasto de energía y más carbono que se emite a la atmósfera", alerta.

   "Cuanto más grande es la brecha entre lo que uno quiere y lo que uno tiene, mayor es la insatisfacción. Menos materialismo es igual a más felicidad", sentencia Tatzel. A su juicio, otro camino hacia el bienestar es el ahorro, lo que significa conservar los recursos igual que el dinero, señala Tatzel. Las personas frugales están más satisfechas con la vida en general, según un estudio de 2014, lo que puede deberse a que se evitan consecuencias negativas de gastar demasiado y tener deudas, una forma de prevenir la infelicidad, agrega.

   La gente disfruta haciendo cosas más que teniendo cosas, como señalan otros estudios que encontraron que las personas se dan cuenta de la felicidad duradera modificando sus actividades más que por el cambio de sus circunstancias materiales. "Las experiencias que perduran en la memoria son incomparables, a menudo compartidas con los demás y no necesitan gastar muchos recursos", apunta Tatzel.

   Esta experta describe otra investigación que ha encontrado que las personas tienen más probabilidades de ser felices cultivando talentos personales y las relaciones más que el dinero y la fama y por tener un sentido independiente de uno mismo, que se traduce en no preocuparse mucho de lo que otros piensan de sus posesiones.

   Cuando se trata de poseer dinero, los análisis han demostrado que altos ingresos pueden comprar la satisfacción, pero no la felicidad, según Tatzel. El bienestar emocional de las personas, que refleja las experiencias diarias de alegría, estrés, tristeza, ira y afecto que hacen la vida agradable o desagradable, se ve afectado de manera diferente por tener dinero que por la evaluación de la vida de las personas, que se refiere a los pensamientos acerca de su vida, según ha detectado la investigación.

   La evaluación de la vida aumenta de forma constante con los ingresos y el bienestar emocional también se incrementa con la renta, pero no hay ningún avance más allá de un ingreso anual de alrededor de 75.000 dólares, según los estudios.

   "Una sociedad en la que algunas personas son idolatradas por ser fabulosamente ricas genera un nivel de éxito que es inalcanzable y nos lleva a tratar de acercarnos a él trabajando y gastanto más", detalla Tatzel. "El enfriamiento de la economía, trabajando menos y consumiendo menos, es mejor para el medio ambiente y para los seres humanos también", concluye.

Fuente: universocanario.com

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