Se está hablando de construir un artefacto humanoide con el cual será posible practicar sexo

Imagen de la película 'Hombre Bicentenario'

Recordemos a Robin Williams en la película el Hombre Bicentenario, basada en una obra de Isaac Asimov… Si vio el film, le será más fácil comprender esta noticia, que sonará escandalosa para muchos, pero es una consecuencia inevitable del desarrollo de la tecnología, especialmente de la informática y la creación de nuevos tejidos.

Lo que ocurre es que ya se está hablando de construir un artefacto humanoide con el cual será posible practicar sexo, pudiendo, imaginamos, escoger a una femme fatale electrónica o un robot semental superdotado. Eso ocurrirá a más tardar, dicen algunos, a mediados de este siglo. Por supuesto, estos aparatos también contarán con la capacidad de conversar después del acto, y, probablemente, también antes para armar el ambiente apropiado…

El robot Gigolo Joe, representado por Jude Law en Artificial Intelligence (AI), capaz de dar más que ayuda emocional, podría convertirse en algo real en unos cuarenta años

Niños interactuando con el robot Aibo de Sony

Todo esto lo publica France Press (AFP), agencia que entrevista a David Levy, PhD en estudios de género e inteligencia artificial, autor de 'Sexo con los Robots: La evolución de las relaciones Humanos-Robots'. Según Levy, el robot sexual Gigolo Joe, encarnado por Jude Law en el cine y habilitado para ofrecer conversación y ayuda emocional, además de placer sexual, bien podría convertirse en algo real en menos de cuarenta años.

Por supuesto todos no comparten con simpatía esta visión de un futuro cuando los humanoides serían fuente de placer en la cama, con la posibilidad de conversar con el robot. De todos modos, muchos piensan que esta visión es factible, habida cuenta de los progresos realizados en la reproducción de los músculos y los movimientos de los humanos, o en inteligencia artificial, concretamente en la imitación de emociones y de aspectos de la personalidad.

Por ejemplo, el pasado mes de noviembre, investigadores de la Universidad de Waseda, en Japón, presentaron un robot que sabe cocinar y usar delicadamente sus suaves manos bañadas en silicona para interactuar con los humanos.

Otros expertos son escépticos. Por ejemplo, Frédéric Kaplan, investigador en la Escuela  Politécnica Federal de Lausana, en Suiza opina que el no cree "que vayamos a tener robots 'parecidos a los humanos' en ese lapso de tiempo". Además, Kaplan, famoso por ser el programador del cerebro del simpático perrito robot Aibo de Sony, se pregunta si de verdad queremos robots a nuestra imagen y semejanza.

David Levy, por el contrario, está convencido de que existe una demanda en este terreno. De hecho, una compañía llamada Axis, japonesa, por supuesto, ya fabricó lo que podría ser considerado como los primeros robots sexuales.

Se llaman Honeydolls. Se trata básicamente de muñecas de resina y silicona de tamaño real, equipadas en cada seno con sensores conectados a un sonido. Si el usuario pellizca sus pezones, la Honeydoll Cindy emite sonidos de placer y susurrará palabras acarameladas al oído del extraño humano que busca estos placeres artificiales.

David Levy dice que las mujeres también se dejarán tentar por los robots sexuales. El estima que esto está más que demostrado por el aumento de las ventas de vibromasajes en el mundo entero y el eventual fin de los tabúes.

Claro, esto que para Levy representa una vida sexual desenfrenada sin sentimientos de culpabilidad y libre del contagio de enfermedades, es, para otros, una pesadilla. Por su parte, la sexóloga estadounidense Yvonne K. Fulbright, opina que "parece descabellado pensar que seres humanos se vayan a enamorar de robots", aunque reconoce que los robots sexuales tienen cabida en el mercado.

Fuente: sociedadytecnologia.net