Miscelánea y otros

¿Morir dignamente?

Casos como, en Francia, el de Chantal Sébire, una mujer que en marzo de 2008 solicitó a la justicia poder recurrir a la eutanasia debido a que sufría de un cáncer terminal que le acarreaba horribles sufrimientos y, ante la negativa, terminó suicidándose en malas condiciones, o, en España, el de Ramón Sampedro, un tetrapléjico que en 1998, tras 28 años de sufrimientos se dio la muerte con la ayuda de algunos amigos o, también en Francia, el de Vincent Humbert, un joven tetrapléjico al que su madre ayudó a morir y por ello debió enfrentar a la justicia, han vuelto a poner en la actualidad el tema de la eutanasia.

La palabra eutanasia, etimológicamente, quiere decir "buena muerte" y quienes son partidarios de una legislación que la haga posible reivindican precisamente esa idea asociada a la de dignidad. "Es la última libertad. Hoy la mayoría de los franceses es favorable a la legalización de la eutanasia y los médicos también, pero tenemos dificultades con las autoridades de las Iglesias", dice Jean-Luc Romero, presidente en Francia de la Asociación por el Derecho a Morir Dignamente.

En Europa, hasta ahora, sólo han legislado en ese sentido Holanda, Bélgica y Luxemburgo y un país como Suiza autoriza el suicidio asistido. Para Jacqueline Herreman, de la asociación belga por el Derecho a la muerte digna, la eutanasia "es también la posibilidad de crear rituales, una manera de apropiarse de su muerte y organizar, por ejemplo, un último encuentro con los amigos, una última cena, ritos que se instalan en el momento del paso de la vida a la muerte".

A un rito así recurrió, por ejemplo, el célebre escritor belga Hugo Claus, quien al saber que el Alzeheimer del que sufría se estaba agravando, acudió al hospital de Anvers en compañía de su esposa y una amiga, tomó con ellas una última copa de champán y luego fue al encuentro del personal médico para que le aplicaran una inyección letal.

Quienes se oponen a la legalización de la eutanasia suelen esgrimir como argumento la necesidad de desarrollar más bien los cuidados paliativos en los casos de enfermos terminales. A lo cual responde César Caballero, de la asociación española por el Derecho a morir dignamente: "los tres países que han despenalizado la eutanasia se encuentran entre los seis primeros, a nivel mundial, con mejores cuidados paliativos". Y Jacqueline Herreman añade, sobre la situación en Bélgica: "estos dos elementos son complementarios y a menudo los casos de eutanasia se practican en unidades de cuidados paliativos en los hospitales o con la ayuda de  un equipo de cuidados paliativos en el mismo domicilio del paciente".

Para Jean-Luc Romero lo que está en juego finalmente es la libertad de cada uno: "Queremos una ley que favorezca la igualdad porque en Francia si se vive con un médico es fácil acceder a la buena muerte y en los hospitales se practica la eutanasia hipócritamente; queremos una ley de fraternidad, queremos tener una ley republicana que permita la libertad de todos".

Fuente: Hernán Rivera – rfi.fr

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