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Mitos y realidades sobre la lactancia materna

Es común que las madres primerizas se sientan asustadas ante la llegada de su bebé, y generen mil y un preguntas acerca de cómo será su alimentación y siestas, e incluso, muchas preparan un cronograma de rutina con el fin de sentirse un poco más en control de toda esta nueva situación. 

Por lo general, durante la etapa previa al nacimiento del bebé, muchas madres se inquietan ante la idea de amamantar a su hijo, ya sea por curiosidad o por temor, suelen preguntarles a otras madres cómo fue este proceso, sin tomar en cuenta que cada persona es diferente, y a pesar de que puedan coincidir en algunas cosas, no cabe duda de que esta experiencia es única e irrepetible para cada mamá. 

Es por esa razón, que en este artículo te contamos sobre los 8 mitos y realidades de la lactancia materna, según el portal serpadres.

1. Dar el pecho duele

Muchas mujeres sufren de molestias cuando dan el pecho, pero esto se debe a factores como la mala colocación del bebé o a una mala postura de la madre. Con la asesoría adecuada es posible aprender la técnica correcta para dar de mamar, evitando así molestias como grietas o dolores. En realidad la lactancia materna no tiene por qué ser dolorosa en ningún caso.

2. El color de la leche es indicador de su calidad

La leche materna no tiene un color homogéneo como la que se compra en el supermercado. Durante los primeros días tendrá un color amarillento: es lo que conocemos como calostro, una sustancia rica en nutrientes y anticuerpos esenciales para el bebé. A medida que pasan los días la leche se va haciendo más blanquecina.
Además, la leche del principio de la toma no es de menor calidad que la del final, solo es un poco más acuosa porque tiene menos contenido graso, pero mantiene todas sus propiedades nutritivas.

3. La ansiedad y el estrés pueden interrumpir la lactancia

Aunque es cierto que el estrés y la ansiedad podrían afectar ligeramente la producción de leche, no pueden hacerlo tanto como para que se interrumpa la lactancia. Aún así, es conveniente que la madre esté lo más relajada posible cuando da de mamar porque su estado de ánimo puede ayudar a calmar al bebé y a relajarlo.

4. En verano el bebé tiene que beber agua además de la leche materna

Si durante los primeros seis meses de vida se alimenta al bebé exclusivamente con leche materna no es necesario que ingiera nada más, ni alimentos sólidos, ni líquidos. El bebé no necesitará ingerir agua hasta pasados los seis meses y aún entonces, las cantidades requeridas si prosigue con la lactancia materna, serán muy pequeñas hasta que llegue al primer año. Por lo que, si el niño es amamantado no necesitará beber agua ni siquiera durante un caluroso verano. La que sí debe hidratarse muy bien es la madre, pues sus requerimientos de líquidos aumentan al producir la leche.

 5. La lactancia es incompatible con el ejercicio

No hay ningún problema en practicar algún deporte mientras se da el pecho. Lo que sí se recomienda es que el ejercicio sea de una intensidad moderada, sobre todo para madres que llevaban un ritmo de vida sedentario antes del embarazo. No existe ninguna contraindicación relacionada con la práctica de actividad física durante la lactancia, todo lo contrario, el ejercicio regular es muy beneficioso para la salud de la madre.

6. Hay que hacer una dieta especial durante la lactancia

No es necesario que la madre haga cambios en su alimentación si sigue una dieta balanceada. Durante la lactancia no hace falta variar los alimentos que se ingieren, salvo en casos concretos en los que el bebé presente alguna reacción alérgica relacionada con la dieta de la madre. Si esto ocurre, se debe consultar con el especialista para ver qué alimentos pueden provocar esta reacción, pero se trata de situaciones muy aisladas. 

7. Si no se consumen lácteos la calidad de la leche es peor

No existe una relación entre los lácteos que consume la madre y la leche que produce para el bebé. Las madres con intolerancia a la lactosa producirán una leche tan rica en nutrientes y anticuerpos como las madres que pueden consumir lácteos de forma regular.

8. El tamaño del pecho y la cantidad de leche producida están relacionados

Este es uno de los mitos que se repiten con más frecuencia y es completamente falso. La producción de leche no está en absoluto relacionada con el tamaño del pecho. Sí lo está con la frecuencia con la que se da de mamar y con los requerimientos del bebé. A más necesidad, mayor será la producción de leche. La Asociación Española de Pediatría explica que la madre produce la cantidad de leche que el niño necesita, salvo en situaciones muy excepcionales que nada tienen que ver con el tamaño del pecho.

Esperamos que este artículo te ayude a dejar a un lado los mitos acerca de la lactancia, y te anime a iniciar este hermoso proceso que crea una conexión inigualable con tu bebé.
Foto de cabecera: Organización Cinilab. 

Fuente: PM – miamidiario.com

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