Farmacología

Efectos de la Disfunción Erectil en la salud mental

La disfunción eréctil (DE) o impotencia erigendi (a veces llamada incorrectamente sólo impotencia) es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual a plenitud. Puede ser una incapacidad total para lograr una erección, una capacidad inconsistente para hacerlo, o una tendencia a tener solamente erecciones breves.

La erección comienza con la estimulación mental y de los sentidos. Los impulsos del cerebro y los nervios locales hacen que los músculos de los cuerpos cavernosos se relajen, para que la sangre fluya, llene los espacios y así cree una presión, pero cuando un hombre presenta incapacidad persistente o recurrente para conseguir o mantener la suficiente rigidez del pene que permita una relación sexual satisfactoria, se habla entonces de DE.

La DE es un problema de salud de alta prevalencia en los hombres. En Venezuela, el estudio DENSA -Disfunción Eréctil en el Norte de Sur América- reveló que alrededor del 52% de los hombres mayores de 40 años puede presentar algún grado de disfunción eréctil, de leve a severo.
Asimismo, diversos estudios han mostrado que esta enfermedad es causada por una amplia gama de factores orgánicos, psicológicos, psiquiátricos, interpersonales y farmacológicos, que traen consigo efectos colaterales que repercuten de forma importante en la disminución de la calidad de vida del hombre afectado y su pareja, en áreas como la estabilidad emocional o la felicidad y las relaciones sociales, hasta el punto de abandonar la práctica sexual y las relaciones sociales, lo que causa un perjuicio en el estado de salud global del hombre y en la vivencia de su masculinidad.

Los factores psicológicos pueden dar lugar a ansiedad en relación con el acto sexual y pérdida de autoestima, lo cual, a su vez, empeora la depresión y/o el estrés, hasta establecer un círculo vicioso. "Cada vez hay mayor demanda de un buen desempeño sexual. Las personas con disfunción eréctil se sienten menos competitivas e, incluso, hay quienes sienten que ya no valen nada o que no tienen la capacidad de encontrar nuevas parejas", señaló el doctor Gabriel Montoya, especialista colombiano en Psiquiatría y Sexología Clínica, quien participó recientemente en el diálogo "Lo bueno del sexo en 36 minutos", patrocinado y organizado por Laboratorios Eli Lilly y llevado a cabo en Valencia, Caracas y Puerto La Cruz.

"Uno de los elementos que más afecta al hombre con disfunción eréctil -apuntó el especialista- es la pérdida del control sobre la relación sexual; es decir, el hombre siente que no puede abordar la relación sexual con la misma seguridad con que eventualmente lo hacía; y se siente menos masculino, un efecto que en nuestra sociedad tiene un alto impacto psicológico, justamente porque hemos hecho una asociación entre la erección y la masculinidad". "La idea -añadió- es comprender que la sexualidad es mucho más que una erección. En la armonía de la relación de pareja debe importar el desempeño sexual adecuado, la capacidad de trasmitir el amor, la compañía y el placer, a través del erotismo".

La DE está estrechamente relacionada con la evolución de enfermedades cardiovasculares, pudiendo actuar como marcador de la progresión de la enfermedadAdemás, y cada día es más evidente que la disfunción eréctil puede ser reflejo de otras enfermedades como, por ejemplo, diabetes e hipertensión arterial, entre otras.
Por lo tanto, es de alta importancia estudiar clínicamente al paciente con DE, ya que el problema puede ser un síntoma de otra enfermedad ya conocida o simplemente la primera manifestación de algo que sucede en el organismo y que, por lo tanto, amerita un diagnóstico y tratamiento adecuado, porque aparte de las alteraciones de tipo psicológico por la disfunción, se puede deteriorar orgánicamente la salud del individuo, por presencia de enfermedades no detectadas.

Sin temor a rechazos

El hombre con disfunción eréctil no debe dudar en dirigirse a un especialista para solucionar su enfermedad, puesto que al conocer las circunstancias e historia clínica del paciente y después de un exhaustivo análisis de su salud, características personales y preferencias, el médico elegirá el tratamiento adecuado para solucionar el problema.

En opinión del doctor Montoya, la terapia farmacológica debe ir acompañada de una terapia sexual y mental que permita, incluso, vincular a la pareja como parte del tratamiento: "los medicamentos han revolucionado el tratamiento de la disfunción sexual, ya que se han introducido progresivamente en la vida de pareja hasta llegar al punto de 'erotizar el medicamento'; es decir, llevarlo a la intimidad con creatividad, mejorando la comunicación y recuperando la capacidad de seducción", subrayó.

El especialista colombiano indicó también que "los principales medicamentos que han estado en el mercado de disfunción eréctil son los inhibidores de la enzima fosfodiesterasa, conocidos como PDE5. Cada uno de ellos presenta diferentes niveles de duración y ciertas características similares, pero en estas situaciones se busca recuperar la espontaneidad del encuentro sexual y, en ese sentido, hay propuestas y moléculas como Taladafil -con cuatro años en el mercado- que ofrece, por ejemplo, rapidez en la respuesta, durabilidad de la eficacia –hasta 36 horas- calidad de la erección, frecuencia sexual, independencia entre el fármaco y la actividad sexual, y valores agregados como el efecto protector sobre la salud de las arterias y del músculo de la erección".

Fuente: Julio César Alcubilla B. – saludytecnologia.net

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