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Bancos centrales y mercados en la misma dirección

Si las Bolsas terminaban agosto con fuertes subidas en la sesión de cierre, y con buen tono, la sesión de cierre de la primera semana de septiembre ha dejado justo el sabor contrario. Tras un inicio de semana bueno, se acabaron imponiendo las fuertes pérdidas semanales ( -4,2% el Ibex, – 3,1% el Eurostoxx, -1,8% el Dow, -2,7% el Nikkei). Esto en sí mismo podría no extrañar dada la previsible volatilidad de las Bolsas en esta fase de digestión de la crisis "subprime", pero es muy llamativa la intensidad y velocidad de los movimientos y la desconfianza tan persistente pese a la actuación de los Bancos Centrales.

De las tres grandes referencias de la semana, el Beige Book, la reunión del BCE y el informe de empleo americano de agosto, las dos primeras cumplieron el guión previsto, pero el dato de empleo americano, con la primera caída mensual de puestos de trabajo desde el 2.003, cayó como una bomba en unas Bolsas que ya antes de conocerse el dato en la mañana del viernes, bajaban.

¿Cuál es el temor que ha llevado a las Bolsas a perder en algunos casos todo y más de lo recuperado en las dos últimas semanas?

Es conveniente, en medio del ruido, escarbar un poco y profundizar en las dos visiones enfrentadas que esta habiendo respecto a la crisis.

Algunos, quienes piensan que la subida de las Bolsas desde el 2.003 se debe fundamentalmente a un exceso de dinero barato creado por los Bancos Centrales, ven esta crisis como una vuelta (por fin!) a la racionalidad, algo así como la venganza final de los mercados frente a todos los que han inflado artificialmente los precios de los activos aprovechando una irresponsable política de los Bancos Centrales de mantener el dinero muy barato.

A nuestro juicio esa forma de enfocar la crisis de los mercados de crédito no es correcta. A pesar del peligro, siempre existente, de que se nos acuse de un optimismo ingenuo, y aun a riesgo de equivocarnos, lo cierto es, en nuestra opinión, que la subida del precio de los activos que hemos visto en los últimos años no tiene como causa única, ni siquiera como causa principal, la abundancia de dinero barato, sino más bien el ciclo de crecimiento económico global prolongado, coincidente, por una serie de motivos estructurales, que sería largo explicar, con una etapa de estabilidad financiera, en la que la baja inflación permite que los tipos de largo plazo se mantengan muy bajos.

Este escenario provoca necesariamente un ajuste al laza del valor de los activos, porque es muy bueno para la inversión , y es un escenario que no ha cambiado, incluso con la crisis en ciertos aspectos ha mejorado, ya que la amenaza de inflación es más lejana que nunca, y los tipos de los bonos del Tesoro están de nuevo muy bajos, en el 4,38% en el bono del Tesoro americano al cierre de Wall Street el viernes.

Es cierto, que, además, ha habido dinero barato, porque hay una serie de fuentes estructurales de creación de liquidez, y que ello ha provocado un exceso en la valoración de algunos activos. Pero no hay burbuja generalizada, como lo ponen de manifiesto los bajos PER a los que cotizan valores de primera línea europeos y americanos. Es más, en un escenario tan novedoso como el descrito, de crecimiento sostenido, baja inflación y tipos largos bajos, los PER deberían subir respecto a su media histórica, y por ahora los de los grandes valores están más bajos.

En nuestra opinión, el único riesgo de que la crisis de al traste con el crecimiento (hablamos no de que rebaje algunas décimas el crecimiento, lo cual parece claro, sino de que provoque recesión que es lo que al parecer descuentan algunos analistas) es que se generalice la desconfianza de forma absurda.

Frente a esa hipótesis, los Bancos Centrales cuentan con un amplio margen de maniobra, ya que han subido los tipos del 1% al 5,25% en USA y del 2% al 4% en la zona euro, siendo así que la inflación sigue siendo muy baja. El único motivo que tenían los Bancos Centrales para subir tipos era la subida excesiva y vertiginosa del precio de algunos activos, como los inmobiliarios, y la alegría excesiva de los mercados de crédito. Es obvio que esa alegría se ha volatilizado con esta crisis, y que los precios de los activos se han moderado, e incluso, según algunos , corren riesgo de desplomarse.

Es por ello por lo que las Bolsas y los Bancos Centrales van, como decíamos hace tres semanas, en la misma dirección, que es la de desactivar los excesos, y por ello, si los mercados hacen su labor, corregir los precios, los Bancos Centrales pondrán de su parte todo lo necesario para ayudar a que la crisis no se generalice, porque realmente no hay motivo y porque además el único argumento para mantener los tipos en los niveles actuales era la alegría excesiva en el crédito, hoy pulverizada. Si eso es así, los precios de los activos en los que no había burbuja, como lo son muchos grandes valores de la Bolsa, volverán a su tendencia alcista de largo plazo.

Esta semana hablan, el martes, Bernanke en Berlín y Trichet en el Parlamento europeo, y además seguiremos teniendo datos de ventas, producción y confianza, así como los primeros resultados de algunos Bancos de inversión, en los que se verá la magnitud de los daños. Rotos algunos soportes débiles, como el 14.000 del Ibex o el 4.200 del Eurostoxx, podría haber un deslizamiento al inicio de la semana hacia niveles algo más bajos, ya que los soportes fuertes estarían más en el 13.600 y en el 4.000, respectivamente, pero realmente vemos ya precios muy bajos en los valores financieros, y en nuestra opinión esto debería servir de soporte.

Fuente: Juan Carlos Ureta – blogs.periodistadigital.com

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