Interconectarse o desaparecer
En un mundo en el que las comunicaciones cobran lugar preponderante la "interconexión" es prioridad en la agenda de cualquier negocio.
Entre los retos que sobresalen en la lista de prioridades de las empresas para permanecer en un mercado ágil, dinámico y altamente competido como el de hoy, figuran aspectos relativos a la incorporación cada vez mayor de la herramienta tecnológica para abarcar los nuevos espacios que se están abriendo con los clientes y consumidores.
Actualmente, la interacción de un cliente con su banco, con los comercios, con el amplio mundo de servicios, hasta con los entes gubernamentales, se está desviando hacia el uso de dispositivos electrónicos que, a través de Internet, permiten el establecimiento de comunicaciones seguras para realizar transacciones. Es un hecho entonces que la tendencia de "interconectarse" con los clientes y usuarios está permeando y que la "virtualización" de procesos, servicio y atención al cliente están en pleno auge.
Dicho esto, hay una especie de mandatario que obliga a los tomadores de decisiones a evaluar una mayor incorporación del elemento tecnológico en sus entornos, aspecto nada sencillo, considerando por un lado la diversidad de opciones disponibles y por otro, quizá más importante, la significación que tiene adecuar la infraestructura física y humana de una empresa a nuevas formas y maneras de "hacer las cosas". El meta mensaje de esto, es decir, lo que está claro de manera sugerida es la necesidad que tienen las empresas de "aliarse" con otros jugadores del mercado, proveedores, etc., que permitan diseñar y construir un "camino rápido" para responder a tantas exigencias presentes en el entorno de hoy.
Lo que está en juego es la supervivencia y si las empresas pretenden abarcar todas las áreas, desarrollando propias competencias para adecuarse a los cambios pueden perder el foco de la estrategia central del negocio y constituirse en su propia amenaza. Es imposible, porque el tiempo para dar las respuestas al mercado y el tamaño de la inversión así lo confirman, desarrollar internamente a la organización en cuanto a procesos, herramientas tecnológicas y talento humano. Además, el camino de la colaboración y de las alianzas estratégicas está más que comprobado como ruta de éxito.
Fuente: Mariam Larrazábal – El Nacional
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Fuente: Mariam Larrazábal – negociosytecnologia.net