Miscelánea

Las Alegres Cantáridas el musical de Augusto Cubillán

Llevar al formato de un musical, esta obra de César Rengifo, artista plástico, poeta y dramaturgo, puede ser considerado un arrojo, hacerlo con adolescentes o jóvenes promesas de las artes escénicas en la Venezuela actual, gestadas en un taller de actuación, simboliza un gran reto. El cual lejos de propiciarnos análisis peyorativos, nos ha de comprometer con lecturas críticas, que nos enlacen con revisiones profundas, intentando colocar al espectador en la aproximación de una conciencia descriptiva del hecho teatral.
Por. Julio C. Alcubilla B.

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Augusto Cubillán, director y productor del grupo de teatro "FEZ"  (centro de formación cultural José Fernández Díaz), ofrece  desde el jueves 29 de mayo la obra musical "Las Alegres Cantáridas" en la Fundación CELARG, Altamira,  una adaptación de la obra de Cesar Rengifo, en la cual se propone un acercamiento con la cultura pop de los años 60's. Asistí ayer domingo, a la función de las 6:00 p.m., a ver Las Alegres Cantáridas con el elenco de adolescentes de teatro FEZ,  logré entrevistar a Augusto Cubillán antes de la función y posteriormente, vi la obra. En una próxima entrega, les ofreceré sus declaraciones, por lo pronto me permito resumir mis apreciaciones.

En primer término destaco ante mis estimados lectores, que debemos comprender la propuesta de Cubillán dentro de la lectura de un gran esfuerzo, que posiblemente amerita ser revisado, pero que no discrepa de una energía puesta de manifiesto en el trabajo de un grupo de muy jóvenes emprendedores de la escena. El cual con mayor dedicación en el estudio del hecho teatral, lograran objetivos más contundentes y certeros. 

El planteamiento de éste montaje parte de unas valoraciones que hizo Cubillán, para dar cabida a ésta interpretación escénica, de la obra de Rengifo; concibiendo su espectáculo acunado en un presagio o idealización para mejores tiempos…En el que se intenta reivindicar al creador escénico de la barriadas populares de Caracas, pues no se ha visto todavía que una obra de teatro musical, venga de un lugar en el que se desarrolla el grupo; en la popular zona de Pérez Bonalde, Catia, en el Oeste de la ciudad de Caracas.  Bajo su óptica, todos los musicales vienen de Broadway o de Inglaterra y se compran los derechos para hacerse en Venezuela. 

Su propósito, no deja de ser innovador en el contexto, el mismo le indujo a pensar… "¿cómo hacer algo que sea de aquí y parezca de aquí, pero que cumpla con los parámetros de una obra de teatro musical?"… En tal sentido, se toma la obra de teatro de Cesar Rengifo "Las Alegres Cantáridas"  inspirados en una lectura sexy, divertida,  de comedia llena de enredos y  esto les invita  a concebir, que perfectamente podía hacerse como un musical. Así comenzó el reto de desarrollar una obra que debería durar una hora convirtiéndose en una de 2 horas, (creo que posteriormente fue recortada, pues  duró  la función que asistí, un poco más de una hora). En un principio se concibió con 10 canciones nuevas y originales; piezas musicales tomadas de los años 30, que ya hubiesen perdido los derechos de autor y se hicieron unos arreglos,  para llegar al estilo de los años 60's. En tal sentido la producción musical, se encargó de grabar voces, música, hacer arreglos a la época y masterizarlo, pues todas las canciones son pistas grabadas, en la voz de los mismos actores, según comenta Cubillán. Músicos de Unearte intervinieron, haciendo su tesis con el grupo actoral.

Por otro lado, Cubillán utilizó a las redes sociales, para ubicar a un coreógrafo o coreógrafa, que prepara al elenco, en ésta materia… así Indira Romero y Leo Bermúdez, bailarines profesionales, se esforzaron por lograr en éste colectivo de adolescentes y emprendedores teatrales, coreografías acentuadas en la lectura sexista, algo complejas, que lograse  ante el espectador la lectura del teatro musical. Un año de trabajo significó alcanzar, alguno que otro movimiento, rescatable artísticamente en la escena… y nuevamente un gran esfuerzo, para quien no bailaba lo hiciera.  Luego se incorpora, al llegar de Panamá, quien fue  el director técnico del trasnocho y de teatrex, José Luis Yépez, como director técnico. Sin duda alguna, convertir a los actores que no son profesionales en bailarines, es un trabajo de encomiable factura. 

Cabe destacar que en el FEZ, el centro de formación José Fernández Díaz, existen otras disciplinas culturales, dentro de sus talleres tienen teatros para niños, adolescentes y adultos. Entonces, Cubillán, se vio en la tarea de fusionar a adolescentes y adultos y así surgen dentro de la temporada, dos elencos diferentes. Aunque hay actores que repiten en ambos elencos, porque unos muchachos que empezaron siendo adolescentes y ahora son mayores de edad, están en los dos.

Lo destacable…
El dispositivo escénico, sin mayores pretensiones estilísticas, coloca su protagonismo como marco referencial; un elemento probablemente poco entendido para un espectador lejano de ser acucioso, que en mi entrevista con Augusto Cubillán me fue aclarado, es la referencia al símil temporal que se hace de la fotografía de Marilyn Monroe de Andy Warhol, la cual intenta hacer alusión al retrato de la Mona Lisa, que existía en las casas de los 60s. Con muy pocos elementos artísticos, se intenta colocar al espectador en un plano secuencial envolvente, pleno de jocosidad. El Diseño Escenográfico es del Director y Productor Augusto Cubillán y realizado por José Gregorio Lira.

El vestuario, bajo la concepción de Cubillán y realización de José Gregorio Lira, por igual, es inspirador de reflexiones y elogios. El mismo rescata la concepción del estilo de la época, en el que las caídas suaves y envolventes, permitían sobre todo en las mujeres, esa lectura libre, sexista, psicodélica, desenfrenada, divertida. El mismo, bajo la estética de Cubillán, se enfatiza aún más, pues se inspira  en la cromática del cuadro de Marilyn Monroe y  esos tonos del pop art, expresados por Warhol. Éstos se mimetizan en el vestuario, logrando un efecto de alto impacto comunicacional, permitiendo que el espectador se sumerja en agradable lectura artística. Para el caso de los hombres, el vestuario del Lic. Carrasquilla, nos recuerda a los Beatles, incluso su estilismo es evocación, muy bien pensado en tonos neutros y el Dr. Zuleta, evoca al clasicismo de la época. Lo que la escenografía no demuestra en su elocuencia, el vestuario lo plasma con animoso acento.

Entendiendo que esta obra simboliza el esfuerzo de un grupo de muy jóvenes creadores de la escena, que representa en muchos casos su primer montaje. Puede ser elogiado con algunas fisuras el trabajo vocal y por momentos el dominio escénico, al igual que en muchos casos, lo acertado de sus entonaciones y semántica gestual. Y las voces al cantar, un trabajo notable, que sin duda alguna fuese mejor apreciado, en vivo.

En otro sentido, sin pretender convertirla con mis comentarios, en la gran estrella de la noche… Kandy Márquez en el rol de Azucena, destaca notablemente, hasta el punto que en muchas escenas arropa al elenco. Lejos de su contundente rol, ésta Azucena de Márquez, además de su presencia escénica, nos cautiva e invita sin arquetipos a ser parte de su poder femenino. Azucena nos  hace partícipes de su deseo sexual, nos hace reír, nos conquista, su voz, traspasa al espectador  hasta dominarlo porque su fuerza es tan natural como  adictiva. Por su parte el Dr. Zuleta, representado por Handerson Angulo, resulta ser muy convincente y teatral, en sus parlamentos dialogados, más que en los cantados… Agradable presencia, en la escena de circo occidental, de los "Gogo Dancers", a saber: Angles Estrada, Richard Noguera y el primer bailarín Kevin Saldovasky; cuyo trabajo coreográfico mantiene alerta al espectador y lo coloca en un oasis dentro de la escena. Además del destacable trabajo de Mariangel Jaime, como Mercedes.

Lo revisable…
El desplazamiento escénico, por momentos es un poco burdo, extremado en algunas escenas, el mismo deja escapar violencia. El trabajo coreográfico, aunque en su concepción plástica anuncia su tenor estético,  pero en su resultado aún amerita ser revisado… pues la expresión se pierde, para darle paso a la técnica o a lo que se recuerda de ella, por parte del elenco.

El desarrollo actoral masculino, considerando que el musical tiende a intensificar en gestos o a transmitir lecturas yuxtapuestas, lo entendí como proveniente de una revisión del cine silente, en el que los gestos en el hombre eran caracterizados con acento femenino. Si bien es cierto que el Dr. Zuleta representa al hombre de ciencia y el Lic. Carrasquilla al intelectual, ambos en la concepción de Rengifo, son dos pilares de la evolución masculina… estos personajes, aunque depurados en su psicología teatral y representativos de una sociedad culta,  son hombres en la escena. En muchos momentos, no sé si intencionalmente, sus gestos eran veladamente femeninos. En conversación telefónica con Cubillán, me explicó que fué intencional, para representar más enfáticamente, la atmósfera gestual del musical de otros tiempos…¿?…El trabajo de dirección actoral en tal sentido, es logrado desde el punto de vista de la demarcación y esfuerzo.  Demuestra un proceso en revisión constante. La iluminación por otro lado, no tuvo cambios importantes, sobre todo en las escenas de la fiesta y del circo occidental; en los cuáles hubiese apreciado ser más identificativa de la época… si eso se comprende, asoma la propuesta de Cubillán.

Otro aspecto a considerar, es la voz que proyecta Mirtha, representada por Scarlett Barreto, su timbre es notoriamente agudo, penetrante, por momentos imprudente, matizado por un gesto sensual, que la suaviza y por esa encantadora belleza, que la hace graciosa en escena. Linda representada por Eliseth Martínez, Katy, bajo la interpretación de Braktz Bejarano, un esfuerzo importante en sus actuaciones, revisable en el manejo de la creencia personal,  o en lo que cada una debe captar de su rol. Es decir conocer a profundidad su personaje, nutrirse de su psicología, para ser plasmado en la escena. En general, el espectáculo permite divertinos, dentro de lo revisable….

Acerca de Rengifo
Las obras de Rengifo, siempre nos llevan a un decir de la realidad, le habla a la sociedad y al individuo. No importa si las tramas parezcan un tanto desdibujadas, lo que importa es el fondo temático que las insufla. En tal sentido su fuerza, la fuerza rengifiana, no escapa de la vivencialidad y del trabajo introspectivo del actor. Asumir la escenificación de su producción dramática, debe alcanzar un objetivo ineludible…"motivar en el espectador" a cambiar su realidad. Ésta obra "Las Alegres Cantáridas", es una comedia, que no puede considerarse, únicamente un vacuo objetivo de mostrar la catapulta de la risa fácil o el poder de hacer reír en todo caso, entretener con Rengifo es arañar muchas veces el alma y proponer conciencia.

Fuente: Lic. Julio C. Alcubilla B.-
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