Miscelánea

El filósofo de Hollywood: Slavoj Zizek

Con una mano en el psicoanálisis, otra en el marxismo y el corazón puesto en el séptimo arte, el filósofo esloveno Slavoj Zizek desvela las interpretaciones de la realidad que se encuentran detrás de las intenciones puramente comerciales del cine hollywoodiense.

"Si tomas la pastilla azul", explica Morfeo (Laurence Fishburne) en la archiconocida escena de Matrix (1999), "la historia acaba: despiertas en tu cama y crees… lo que quieras. Si tomas la pastilla roja, permaneces en el País de las Maravillas y te enseñaré hasta dónde va el conejo."


Pero la réplica esta vez no viene de Neo (Keanu Reeves) sino de un tipo rellenito y barbudo, con el pelo enmarañado como si se acabara de levantar: "La elección entre la pastilla azul y la roja no es en realidad una elección entre ilusión y realidad." Y sentencia: "quiero una tercera pastilla, que permita ver no la realidad detrás de la ilusión sino la realidad en la misma ilusión."

Si hay un arte que ha influido íntimamente en la vida de las personas en el último siglo es el cine. El cine nos ha enseñado a besar, nos ha permitido conocer otras culturas (o avivar los estereotipos que tenemos sobre ellas) o nos ha explicado los acontecimientos históricos. Pero para el filósofo esloveno Slavoj Zizek va más allá: "El cine es el arte pervertido por excelencia. No te da lo que deseas, te dice qué desear."

De ahí viene 'Manual de cine para el pervertido', un documental del año 2006 en el que Zizek pone a prueba sus teorías zambulléndose en algunas de las películas más famosas de la historia para articular su pensamiento, que bebe del psicoanálisis de Lacan y de la teoría marxista. A esta última le dedicó un segundo documental, 'Guía ideológica para pervertidos' (2012), donde analiza el papel de la ideología en nuestras vidas.

En ambas cintas vemos al filósofo (que confiesa que su primera pasión fue el séptimo arte) colándose en la habitación de Dorothy Vallens (Terciopelo azul) o la sala de interrogatorios donde se encuentra Joker (El Caballero Oscuro) para explicar escenas que evitaremos describir para no spoilear al descuidado. Tampoco duda en transformarse en Travis Bickle (Taxi Driver), tumbado en la cama de su cuchitril neoyorquino, o en el recluta Patoso (La chaqueta metálica), sentado de madrugada en las letrinas del cuartel para descubrirnos, por ejemplo, que la fidelidad a una ideología siempre va cubierta por una capa de ironía.

Hitchcock vs Lacan

El amor de Zizek por el cine no acaba en estos dos documentales. Su extensa bibliografía está plagada de textos dedicados a las películas, con preferencia de las de Hollywood, con las que creció al tiempo que rechazaba la cultura yugoslava imperante por considerarla demasiado oficialista (vivió los primeros treinta años de su vida bajo la dictadura de Josip Broz Tito e intentó más tarde desquitarse presentándose como candidato a la presidencia de su país en 1990) o ligada a un nacionalismo retrógrado.

Un ejemplo de esta pasión es la recopilación de ensayos 'Todo lo que usted quiso saber sobre Lacan pero nunca se atrevió a preguntarle a Hitchcock', uno de sus directores favoritos junto a David Lynch, Andréi Tarkovski y Krzysztof Kieślowski, a los que dedica 'Lacrimae Rerum'.

También se le puede ver comprando películas (tantas que no le caben en las manos) en el documental de 2005 dedicado a su figura, 'Zizek!'. El filósofo de Hollywood se ha convertido, precisamente por su intento de explicar los más áridos conceptos desde la cultura popular (y el sentido del humor), en una celebridad entre los intelectuales. Es muy fácil encontrar en YouTube vídeos, algunos de ellos animados con dibujos, de sus conferencias y charlas. Incluso existe un perfil de Twitter en el que un falso Zizek comenta los partidos de la Liga Nacional de Fútbol Americano ligándolos con las mismas obsesiones que muestra en su obra, y con los mismos latiguillos que abundan en su inglés macarrónico de 'Manual de cine para el pervertido'.

Pero el mejor ejemplo de su popularidad, y quizá sea su preferido, ocurrió hace tan solo unos meses, en la presentación de El despertar de la Fuerza, séptima película de la saga Star Wars. Las redes sociales se llenaron de comentarios sobre el gran parecido que Mark Hamill, en su papel de Luke Skywalker y en la vida real, tenía con el filósofo esloveno. El cine ha llegado para él a su perversión máxima.

Fuente: Marcos Domínguez – 20minutos.com / gonzoo.com

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