Miscelánea y otros

Lil' Poison, el pequeño campeón de los videojuegos

Victor de LeónLo suyo son los videojuegos. Participa del circuito profesional desde hace un lustro, gana miles de dólares por año en premios y tiene sponsor, publicista y una página web propia. Se está filmando un documental sobre su historia y ha sido entrevistado en radio, televisión y periódicos de todo el mundo. Se llama Víctor de León y tiene sólo nueve años.

El que está considerado el jugador profesional más jóven del mundo vive en Long Island (Estados Unidos) con su padre, de quien heredó la afición por los videojuegos. Comenzó a imitarlo ante la videoconsola a los dos años y pronto se convirtió en un experto jugador que superaba a su maestro y descollaba en todos los torneos en los que participaba.
A los cinco años Lil' Poison, como se lo conoce en el ambiente, ingresó en la llamada Liga Mayor de Juegos y se ubicó entre los primeros 64 jugadores mundiales, pese a no alcanzar los quince años que como mínimo exige el organismo.

Víctor es un experto en el violento juego de XBox Halo 2. El tema no es menor en Estados Unidos, donde hay una polémica abierta sobre el efecto que pueden tener estas aficiones en los jóvenes desde que en 1999 se produjo la Masacre de Columbine y se supo que los asesinos eran frecuentes jugadores del videojuego Doom, similar al Halo.
Según el New York Times, Víctor recibe unos 20.000 dólares anuales limpios (le pagan aparte los gastos derivados de sus viajes e inscripciones en los torneos) de la firma que lo patrocina: 1UP Network, propietaria de páginas web y revistas sobre videojuegos.

Su padre dice que el dinero que gana el niño va a una cuenta destinada a financiar su educación. Y asegura que Víctor realiza la vida normal de un niño de nueve años y que sólo le dedica un par de horas por día a los videojuegos, salvo cuando se prepara para una competencia y debe entrenarse.
Su historia es todo un símbolo de lo que viven muchos niños atrapados por la videoconsola (con el beneplácito de sus progenitores). Su futuro y las consecuencias de la vida que lleva son una incógnita que pronto, en tan sólo unos años, tendrá respuesta.

Fuente: Laura – carpediemblog.wordpress.com

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