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Máquinas arrebatan al hombre el protagonismo en el espacio

Una expedición humana a Marte tiene prácticamente el mismo coste que el envío al Planeta Rojo de un centenar de máquinas exploradoras. El hombre lleva más de cinco décadas en el espacio, ¿ha llegado el tiempo de regresar a la Tierra?

«Hoy en día el hombre pasa mucho tiempo en espacio. Todos los vuelos tripulados se concentran en la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, si antes conocíamos los nombres de los cosmonautas en la órbita, ¿acaso podemos decir lo mismo ahora?», preguntó el astrofísico ruso Vladímir Surdin.

El experto elogió el aspecto «bello y romántico» de la plataforma orbital, pero cuestionó la eficiencia de las misiones «rutinarias» de sus inquilinos.

«¿Qué hazañas científicas y técnicas trajeron últimamente los astronautas a la Tierra? La humanidad ya no sabe a qué se dedican allí durante años», aseguró durante una clase ofrecida en Moscú para estudiantes de astrofísica y aficionados.

Asimismo, recalcó que ciertos proyectos ni siquiera fueron solicitados por su carestía y quedaron en el olvido.

Abogó por las misiones lunares en sustitución de los viajes a la ISS.

«La Luna es el próximo campo de la cosmonáutica. Es un lugar sumamente interesante, más idóneo que la Estación Espacial para la realización de muchas investigaciones», señaló al tiempo de añadir que entre las ventajas de la exploración del satélite natural de la Tierra está su proximidad a nuestro planeta.

En cuanto a las expediciones más lejanas, Surdin está convencido de que el hombre ya ha cedido el protagonismo a las máquinas por las limitaciones que le impone su condición del ser humano.

«El hombre puede permanecer en órbitas bajas no más de 1,5 años sin poner en peligro su salud. En la Luna puede estar como máximo dos o tres meses. Mientras, el vuelo a Marte duraría unos 8,5 meses solo en una dirección. Durante toda la misión el hombre se sometería a una enorme dosis de radiación», explicó.

Al mismo tiempo, si la humanidad decide arriesgarse y enviar a sus cosmonautas al Planeta Rojo, éstos se verían obligados a protegerse de la radiación en cuevas.

«El hombre no puede estar a una altura superior a 600 kilómetros sobre la superficie terrestre por el elevado nivel de la radiación. Por eso, está condicionado a operar en un corredor entre 400 y 600 kilómetros sobre la Tierra.

Se puede considerar el uso cohetes de propulsión nuclear, como una opción. La misión sería más corta – un par de semanas en cada dirección – y la salud de los cosmonautas no peligraría. Pero, ¿hasta que punto este proyecto sería rentable? Además, en las escafandras se lesionan las extremidades de los astronautas y es poco probable que aguantaran estancias mayores de una semana en Marte, opinó el astrofísico ruso.

Recordó que los robots llevan años trabajando con éxito sobre la superficie marciana. El explorador Opportunity, por ejemplo, lleva ocho años divagando en severas condiciones climáticas del Planeta Rojo. Los gastos de su misión son mínimos, frente al elevado coste de una posible expedición humana.

«¿Qué es lo que queremos? ¿Enviar a un abanderado a Marte o vehículos que darán resultados precisos?», preguntó el científico ruso.

Frase en el dorso de la camiseta: «¡Quiero ir a Marte!» (© RIA Novosti. Anush Janbabyan)

«Los robots serían más rentables para las economías mundiales», insistió Surdin. Además, la presencia del hombre solo obstaculiza el correcto funcionamiento de muchos aparatos orbitales. «Son eficaces porque nadie se pasea constantemente por su interior», sugirió.

La inteligencia, así como los servicios de meteorología, comunicaciones, navegación y otros, desde hace años prescindieron del hombre en el espacio.

El famoso telescopio Hubble, que «revolucionó» el mundo de la astronomía, también funciona en modo automático, al igual que los observatorios Soho y Chandra.

Finalmente, el astrofísico subrayó que en ningún momento pone en duda la necesidad de proseguir con la exploración espacial. La cuestión es quién debe hacerlo, ¿el hombre o las máquinas? «El lugar del hombre está aquí, en la Tierra», dijo sin vacilaciones.

Foto de cabecera: Sonda espacial Curiosity ©NASA.

Fuente: rian.ru

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