Salud

¡Yo no tengo fallas de erección, sólo estoy cansado!

En las primeras situaciones en que se presentan "fallas" en la intimidad, los hombres comienzan a generar preocupación, ansiedad  y su autoestima se ve afectada. El hombre ante esta circunstancia entra en una etapa de negación en la que busca evasivas para enfrentar el problema ¡Yo no tengo fallas de erección, sólo estoy cansado!

Rubén López, médico internista y Director Médico de Laboratorios Eli Lilly de Venezuela explica que la mayoría de los hombres se justifican usando algunas excusas antes de acudir al médico y llegan al consultorio sólo después de meses o incluso años de padecer Disfunción Eréctil, cuando descubren que el problema no ha desaparecido o más allá de ello, ha ido en aumento.

Las fallas de erección son mucho más frecuentes de lo que se piensa y constituyen el principal desorden sexual masculino. En  Venezuela cincuenta por ciento de la población masculina mayor de 40 años sufre en algún grado de fallas en sus erecciones, es decir uno de cada dos hombres.

Alrededor del mundo más de 322 millones de hombres las padecen. Estudios realizados por Decision Resources en 1999, muestran que sólo en 8 países, había a la fecha, 90 millones de hombres con fallas en la erección. En los hombres de 40 a 50 años, la tasa de incidencia es de 39%. Esta tasa aumenta a 46% en hombres entre los 50 y 60 años, y el número se eleva a 67% en los hombres mayores de 70 años. La severidad de las fallas en la erección también se correlaciona con la edad, empeorando conforme los hombres envejecen.

Las fallas en la erección se pueden describir como la dificultad persistente o recurrente para lograr o mantener una erección que permita una relación sexual satisfactoria. Las causas en la mayoría de los pacientes son producto de alteraciones orgánicas y psicológicas, como la hipertensión arterial combinada con depresión. Condiciones como la diabetes mellitus, enfermedades renales, alcoholismo crónico, esclerosis múltiple, ateroesclerosis, y otras enfermedades vasculares son responsables de aproximadamente 70% de todos los casos.

"Las fallas de erección pueden ser un síntoma de algunas enfermedades sin todavía diagnosticar, por lo que debe considerarse como una alerta. Por eso la importancia de no automedicarse y asistir con el especialista. Por ejemplo, debido a que las fallas en la erección se manifiestan 2-3 años antes que la enfermedad de arteria coronaria, sirve generalmente como "guardián del corazón" o advertencia precoz de problemas cardíacos. Ambos, síntoma y patología, tienen tratamiento" explica el Dr. López.

El 95% de las fallas de erección tienen solución
En la actualidad, existen dos diferentes categorías de tratamiento a demanda para la Disfunción Eréctil, las cuales se dividen en fármacos de corta y larga duración. A partir de agosto, los venezolanos cuentan con el tratamiento de toma diaria de Eli Lilly, el cual representa una nueva alternativa de tratamiento que permite a los pacientes ser espontáneos y no tener que prepararse con anticipación para un encuentro sexual. "Esta es una excelente alternativa para quienes necesitan mantener una frecuencia de dos o más veces por semana", explica el Dr. López.

¿Tiene usted fallas de erección? ¿Cree que puede ser por la situación económica, porque hoy no se siente muy bien o porque simplemente no le provoca? El 95% de las fallas de erección tienen solución. Deja de ponerte tantas excusas, consultar a su médico y buscar una solución es lo correcto. Cuanto antes te decidas, más rápido podrás retomar su intimidad sexual.


Acerca de Laboratorios Eli Lilly
Es una corporación mundial fundada en 1876 en Estados Unidos. Basada en la investigación farmacéutica ha contribuido con el desarrollo de nuevos fármacos al tratamiento de enfermedades como la depresión, la esquizofrenia, la diabetes, el cáncer, la osteoporosis, la disfunción eréctil y muchas otras. La misión de Laboratorios Eli Lilly es crear y suministrar productos farmacéuticos innovadores que permitan gozar a las personas de una vida más larga, sana y activa.

Fuente: Beatriz Flamarique – bm.com

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