Miscelánea

Romeo y Julieta de Aramburo… lectura en revisiòn de una poética «Grotowskiana»

Bolivia, nos ofrece un espectáculo en el que se cuenta también la historia de Diego y de Camila, ella enajenada, frágil, vulnerable, el… coautor de su decadencia y arma para su aniquilación.  
Por: Julio C. Alcubilla B. 
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El relato contado en una prosa más actual que la Isabelina, pero sin perder sus comunes rasgos, propone un monólogo interpretado con gran esfuerzo por la actriz Camila Rocha y matizado por intervenciones escénicas, del propio dramaturgo y director Diego Aramburo, como actor. El consumo exagerado de marihuana, LSD, y alcohol, develan las estadísticas sobre el uso de estupefacientes en Bolivia y las condiciones críticas de la población del país suramericano.
Intentando lograr una aproximación crítica a esta pieza teatral, me vi en la necesidad de revisar de nuevo declaraciones en 1965, del director teatral Jerzy Grotowski y su concepción del "teatro Pobre", en las primeras etapas de su abordaje interpretativo. ¿La razón?, ROMEO Y JULIETA de ARAMBURO, pareciese estar acunada en tales visiones.
El concepto del teatro experimental de Grotowski, lejos de recoger o implicar un trabajo tributario, lleno de subterfugios. Una especie de juego con nuevas técnicas en el que la contribución a la escena moderna, se logra a través de: una escenografía que utilice ideas electrónicas o escultóricas a la moda, música contemporánea, actores que proyecten independientemente los estereotipos de circo o de cabaret, lo que hoy muchas veces podríamos considerar teatro de varieté o teatro comercial. Grotowski propone otro camino, el cual en primer lugar evita todo eclecticismo, rechaza la concepción de que el teatro es un complejo de disciplinas. Define al teatro en sí mismo, lo que lo separa de otras categorías de representación o de espectáculo.
Por otro lado, se gesta  en procesos investigativos y  minuciosos, de la relación que ha de establecerse entre el actor y el público. Debemos recordar que Grotowski, fue entrenado en los métodos de Stanislavski; su estudio persistente, su renovación sistemática de los métodos de observación y su relación dialéctica, le permiten apartarse de ello, adentrándose en el estudio de los ejercicios rítmicos de Dulün, las de Delsarte  y su visión sobre las reacciones de extraversión e introversión del actor. Las "acciones físicas", el entrenamiento biomecánico de Meyerhold, la síntesis de Vajtangov. 
Aunque bajo mi percepción, quizás faltó mayor potencia, acciones más concretas, que permitiesen al espectador lograr identificar "madurez" de la actriz. Entendiendo que en ningún momento planteo, su carencia o desnivel interpretativo, el cual logra ser satisfactorio, pero no trascendente. Nos hizo falta reconocer mayor tensión, ya que la misma dentro de una estética grotowskiana, en el caso que este fuese su objetivo inspirador, debió ser elevada al extremo, de una desnudez interpretativa total. Comprometiéndose con el espectador en una exposición absoluta de su propia intimidad, y todo esto sin que se manifieste el menor asomo de egotismo o autocensura. 
El actor ha de entregarse totalmente; en una técnica del "trance" y de la integración de todas las potencias psíquicas y corporales, la actriz Camila Rocha, en muchos momentos lo logra, sin embargo en su interpretación, atenuada, no propone ese emerger de las capas más íntimas de su ser y de su instinto, para que surja esa especie de  "transiluminación". Esto quizás se debió, a que la tensión tropística entre el proceso interno y la forma, no logró ser tan convincente. Aunque su temple escénico, si lo fuera, pareciese una contradicción, sin embargo, perseguía como espectador que su representación fuese como un anzuelo y no reiterativa en expresiones.  
Esperaba ese proceso espiritual  que se produce espontáneamente ante y contra ella, como actriz. Deducimos en su escena, una visión simple de la conducta "natural", que por momentos se desnivelaba oscureciendo la verdad de su personaje. Nuevamente sin que ello suponga, un mal trabajo, todo lo contrario, su esfuerzo se hacía notorio, pero el resultado final y el trabajo de dirección, ameritó ser más comprometido.  Para lograr que el espectador claramente identificase ese sistema de signos,  que demostrasen lo que enmascara la visión común: la dialéctica de la conducta humana. Eliminando de ellos los elementos de conducta "natural", que tienden a oscurecer el impulso puro.
Por otro lado, esta pieza de Aramburo, desafía la noción de teatro como una síntesis de disciplinas creativas diversas; literatura, escultura, pintura, arquitectura, iluminación, actuación, bajo la dirección sigilosa del "maestro de la escena". Para comprometerse y aportar, un teatro que aborda el defecto, permitiendo que los actores puedan actuar entre los espectadores, poniéndose en contacto directo con el público y dándole un papel pasivo en el drama. N o se entendió muy bien, la separación entre hombre y mujeres, de una puesta bifrontal. 
De esta forma, de estar más clara, se hubiese hecho presente una arquitectura de la acción, que sujeta al espectador a un sentimiento de presión, congestión y limitación de espacio, lo irrita, exaspera. La actriz, muestra su cuerpo, como templo de la escena, su cuerpo y su oficio. Sin embargo,  la composición de expresión facial fija, utilizando los músculos del actor y sus propios impulsos, ha de alcanzar el efecto de una transubstanciación terriblemente teatral. Esto unido al maquillaje blanco, en una puesta en escena blanca, en la que la actriz fundamentalmente nos permite viajar a su interior,  nos sumerge  a la vez, en un juego de artificio, o nos asoma una especie de truco.
Comprobamos, que esta propuesta encerró un acto de transgresión, en el que los antivalores, la sangre, las drogas, la enajenación del ser humano contemporáneo, la juventud desorientada, se nos ofrecen como un banquete, carente de urbanidad. Para mostrarnos una sociedad latinoamericana, como espejo, de la decadencia en nuestra región. Se cruzan las fronteras del arte,  y se sobrepasan o exponen nuestras limitaciones. Intentando colmar nuestro vacío, en ese proceso en lo que lo oscuro tiene cabida, es parte activa dentro de nosotros, se vuelve de pronto transparente. 
A la vez, se desenmascara el disfraz vital, el teatro, con su intención de ser percibido carnalmente y concluir que es un lugar de provocación. En el que se han de violar estereotipos de visión, juicio y sentimiento, brotando o catapultando: cuerpo e impulsos internos del organismo humano. Esa sensación de desasosiego interior,  expuesta por Grotowski, el llamado de la blasfemia, la confrontación con el público,  la experiencia colectiva de nuestro tiempo. La dialéctica de la burla y la apoteosis del amor que se manifiesta a través del odio.
Esta es una historia en la que se reinterpreta a  Romeo y Julieta, para hacerla más contemporánea e impactarnos a la vez con la de Diego y Camila. El conflicto entre los jóvenes amantes y la vulnerabilidad de los personajes, emerge como símil en ambas historias. Presentada en el Festival de Teatro de Caracas, se pronunció por igual como una excusa para develar los flagelos de nuestra sociedad latinoamericana, el consumo de drogas y alcohol, el estilo de vida de nuestra realidad alienante. 
Camila Rocha, nos ofrece un trabajo convincente, amén de lo antes expuesto, y nos permite saborear o rechazar, con su impecable manejo del cuerpo, el banquete de una mesa que se hace combate de existencias. Sueños, deseos, frustraciones y disertaciones, sobre el amor hacia Romeo, ahogan al espectador, que observa el paralelismo de un alma atormentada, desquiciada, triste.
El blanco símbolo de pureza y fragilidad, se hace espectral, su vestuario blanco y rostro blanco, polvoriento, junto a su cabeza calva, imagen de una inocencia castrada, que habita en un cuerpo enfermo. La sutileza e inseguridad de su andar, sobre puntas de sus pies, resaltan su estado de alteración psicológica y demostrable fragilidad humana. 
Julieta-Camila, consume drogas, se masturba, intenta hacerse una con el público. Aramburo, expresamente omite ciertos roles de Schakespeare, los cuáles son meras referencias escénicas, deduciendo con ello, que intenta evitar que el espectador fije su atención en el relato y no en la reflexión. Teobaldo y Mercutio, son invocados y Aramburo, dramaturgo y director de la pieza, asume el rol de actor dentro de la misma, desconcertando en el monólogo de Romeo, el cual no alcanza la fuerza interpretativa para ser convincente, haciéndose extenso o revisable. . 
Un acierto, adicional, es el acompañamiento musical en toda la obra, por un violonchelo tocado en vivo, el cual funciona como personaje envolvente, e impulso o hilo conductor de los espacios escénicos interpretativos. Julieta canta algunos temas populares del rock, como "No Surprises de Radiohead", las cuáles son parte del monólogo. El desenlace de la obra, nos muestra la derrota de Julieta. Romeo regresa de su destierro, pero Julieta opta por la muerte para ambos. Logrando así, identificar una lectura poética, en la que el  sufrimiento se nos dibuja como oda  a la libertad. Aramburo considera así que el suicidio es la última entrega de la tragedia de Shakespeare. 

Fuente: Julio C. Alcubilla B.-
ARTES ESCÉNICAS/TEATRO

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