Así morirá el Sol
La fotografía captura, con detalles sin precedentes, la fase final de una estrella que se asemeja a la nuestra, ligeramente menos masiva que el Sol, pero de la misma categoría de estrella amarilla o del tipo espectral "G".
Se sabe que este tipo de estrellas, al agotarse su fuente de energía interna que las hace brillar y desprender radiación (fuente de vida), acaban convirtiéndose en una gigante estrella roja, hinchándose y engullendo a sus planetas, hasta que finalmente sólo queda el núcleo blanco, inerte, tan pequeño como la Tierra.
En el proceso, se crea una nebulosa planetaria, que no es más que la "onda expansiva" de las capas más externas que la estrella está expulsando cuando se queda sin el combustible necesario para seguir funcionando.
En la asombrosa fotografía de NGC 6210 obtenida por el inagotable Hubble, vemos efectivamente en el centro de la nebulosa planetaria lo que queda de la estrella que la originó, y rodeándola, se revuelve la nube de gas y polvo que alguna vez formó parte de la estrella, ahora una enana blanca a punto de extinguirse.
Cuando decimos "a punto" hablamos de una percepción del tiempo cósmica. "A punto", en términos astronómicos, pueden significar 10 minutos, 50 años, 30 siglos, o varios milenios.
Según lo que sabemos acerca de la evolución de las estrellas, nuestro Sol experimentará el mismo final dentro de unos 5.000 o 6.000 millones de años.
Fuente: espaciociencia.com