Negocios y Mercadeo

Jugar con dinero desde el smartphone, una realidad de fuerte adopción

Ahora que podríamos llegar a considerar el smartphone casi como un asistente personal donde llevamos toda nuestra información en el bolsillo, no es de extrañar que incluso actividades de ocio que antes realizábamos de manera presencial las lleguemos a realizar sistemáticamente desde el smartphone. Por ejemplo, es tremendamente sencillo jugar a la ruleta o al blackjack desde la nueva aplicación de casino de William Hill, y esto, por supuesto, afecta directamente a nuestros hábitos.

La aplicación en sí permite jugar sólo por diversión, pero ofrece apostar dinero real con muchas facilidades, por ejemplo trabajando con banca online de primera y con una privacidad y una protección de datos inmejorable. Esto, sumado a los golosos bonos de bienvenida o de fidelización que permiten ganar más dinero, hace que cada vez más personas se introduzcan en el mundo del juego online.

Ya no tenemos el miedo de hace una década a operar con dinero a través de internet. El comercio electrónico supone una gran ventaja para personas que viven en ciudades pequeñas porque amplía su catálogo y le permite llegar a productos que de otra manera serían de complicado acceso. De la misma manera, los casinos online han conseguido captar clientes que por su ubicación geográfica o por falta de tiempo no se desplazaban a los casinos físicos, aportando además confianza y anonimato. Confianza porque pueden practicar sin dinero todo el tiempo que deseen antes de hacer operaciones con dinero, y anonimato porque lo que tienen en frente es simplemente una pantalla, sea de ordenador o de smartphone.

Pero el hecho de que puedan llevar, a través de una aplicación, su casino incluso cuando van de vacaciones, está consiguiendo que personas de todas las edades se lancen a probar suerte a través del juego, muchos de ellos con excelentes resultados y grandes retribuciones económicas. Muchas más personas de las que imaginábamos, y muchas más que antes de la era digital.

 

Fuente: williamhill.es

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