Educación

El lenguaje de mi bebé

El lenguaje de los bebés comienza desde muy temprana edad con balbuceos y sonidos vocálicos, que son una serie de respuestas ante los estímulos del ambiente.
A menudo pensamos que no es importante dirigirnos al bebé con explicaciones y haciendo buen uso del lenguaje, ya que "no nos va entender"; pero esto resulta ser un error.

Es de gran importancia platicar con los bebés, incluso desde el vientre materno, permitiendo al pequeño familiarizarse con la voz de los padres, y para conocer así los sonidos del lenguaje.
Esta comunicación debe permanecer a lo largo de la vida de sus pequeños, primordialmente en el primer año de vida, donde obtiene la motivación esencial para el desarrollo del lenguaje:

En el primer año de vida ( 0 a 12 meses) explicamos al bebé lo que hacemos diariamente: los quehaceres domésticos, lo que hacemos con él (alimento, baño, etc.), y lo más importante, le decimos que lo queremos, y que nos gusta lo que hace; alabamos cada logro.
– Le cantamos canciones y leemos cuentos, le mostramos imágenes para que las relacione con palabras, como cuando le mostramos la foto de mamá. Contestamos cualquier balbuceo del bebé, y hacemos pausas cuando "platicamos" con él para dar tiempo a que nos responda.
– Como recomendación, la pronunciación del adulto debe ser clara, con voz suave y procurando exagerar las gesticulaciones, con la intención de que el bebé nos imite.

En el segundo año de vida ( 12 a 24 meses) los pequeños incorporan varias palabras a su lenguaje, pero también se comunican por medio de señas o gestos.

Es muy común que utilicen para todo una sola palabra, o simplemente señalen lo que quieren, y papá o mamá lo interpretan y se lo dan. Los adultos no debe caer en ese juego, sino ayudarlo a hablar:
– Es recomendable decirle el nombre de las cosas antes de dárselas: "¿quieres agua? ¿si? Dime: dame agua….aaagua" y esperar un momento para que el bebé lo intente; si lo hace le decimos lo bien que lo ha hecho, y le damos entonces el agua; si no dice nada, de cualquier manera le damos el agua, pero seguimos haciendo lo mismo cada vez que pide algo; poco a poco aprenderá a pedir, y luego, con nuestra ayuda, a dar las gracias.
– En caso de que el bebé conozca y use palabras, se le debe insistir poco a poco que pronuncie correctamente; igual que nosotros; le hablamos con dulzura, pero no hablamos "chiple". Hablar por teléfono con alguien que le resulte familiar, animándolo a responder y hacer preguntas, conversar acerca de su día, etc. Grabar su voz con un celular, computadora, etc. y después permitirle escucharse a sí mismo, diciéndole: "esa es tu voz".
– La mejor manera de incrementar el lenguaje del bebé es hablando con él, preguntarle cosas y esperar una respuesta, es decir, hacer pausas, y luego alegrarnos mucho cuando nos conteste.

A partir del tercer año de vida ( 24 a 36 meses) los niños incorporan más frases elaboradas a su lenguaje. Comienza la etapa de los cuestionamientos "¿Por qué…?", tal vez esto resulte cansado para los padres, pero debemos ser conscientes que los pequeños se encuentran expectantes de conocer e investigar todo lo que les rodea, por este motivo es importante que nuestras contestaciones sean correctas para no limitar su aprendizaje.
– Un ejercicio de estimulación distinto que se puede aplicar con el niño, es ponerlo frente al espejo, y el adulto detrás de él; vocalizar exageradamente para que el pequeño observe e imite los movimientos; se pueden pronunciar varios adjetivos como bonito, feo, alto, bajo, etc., y aplicarlos al adulto o al niño.
– También en esta etapa es tiempo de que el pequeño comience a conocer las palabras de cortesía "gracias", "por favor", etc.
– Si al pequeño le es complicado pronunciar algunas palabras, se pueden practicar inventando canciones divertidas, para acostumbrar al niño con el sonido y pronunciación.
– Por lo general, en esta edad, los niños suelen confundir los conceptos del tiempo: Mañana, ayer, hoy, etc. Para ayudarlos podemos hacer con ellos un collage de imágenes dividido en tres partes, que cada uno represente los diferentes momentos del día, y las actividades que se realizan en cada uno de ellos. De igual forma se pueden introducir actividades poco frecuentes que se llevaron a cabo el día anterior, o las del día siguiente, para ayudarlos a construir el significado del tiempo, y las palabras que los representan.

Finalmente, destacamos una vez más la importancia de la comunicación con los niños y niñas, y dirigirnos a ellos empleado un lenguaje correcto, claro, sencillo, pero sobretodo afectuoso, en su expresión y entonación.

Artículo original de espacio-bb.blogspot.com.


NdE

¿Cómo fomentamos el desarrollo del lenguaje?

El lenguaje también se fomenta con ejercicios de estimulación temprana.

· Principalmente, brindándoles afecto, atención y confianza.

· Hablándoles a los niños desde que nacen, aún antes que ellos puedan respondernos.

· Respondiendo a sus gestos, miradas, sonrisas y sonidos.

· Intentando comprender lo que nos están comunicando (a través del llanto, los sonidos, los gestos) y respondiendo en consecuencia, creando un diálogo.

· Aprovechando cada momento del día, mientras comen, lo bañan, lo cambian, juegan, para comunicarse.

· Contándoles cuentos, cantándoles canciones, recitándoles rimas, haciéndolos participar.

· Haciendo juegos con sonidos, canciones, títeres, etc.

· Brindándoles libros desde pequeños. Desde los libros de figuras (de plástico, cartón o tela) hasta los libros de cuentos, didácticos, etc.

· Nombrando los objetos, los juguetes que usan, la comida cuando comen, etc. Alentando el uso de las palabras para pedir las cosas.

· Haciéndoles preguntas, y alentándolos a hacerlas.

· Escuchándolos cuando nos hablan, resistiendo la tentación de interrumpirlos o corregirlos constantemente.

· Brindándoles oportunidades de estar y jugar con otros niños.

· Hablándoles con palabras reales, en lenguaje adulto.

· Mostrándoles fotos de familiares y personas conocidas nombrando a cada uno por su nombre

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Fuente: Erika Pacheco, Ivonne Zapièn, Perla Ballesteros – espacio-bb.blogspot.com

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