Farmacología

El fin de las crisis asmáticas

Cuando un niño es asmático, no solo él sufre los embates de esta patología crónica sino también su familia. La falta de aire, tos, sibilancias y opresión en el pecho a cualquier hora del día, y sobre todo en las noches, son las señales de alerta que indican a los padres que es hora de actuar y con la mayor rapidez posible.

En la actualidad la mayoría de los tratamientos para infantes asmáticos solo se enfocan en controlar la enfermedad una vez que se produce la exacerbación, pero no tienen un carácter preventivo.

El Dr. Arnaldo Capriles, pediatra y alergólogo de la Unidad de Alergología en el Hospital San Juan de Dios de Caracas, explica que los esteroides inhalados utilizados hasta ahora están diseñados para disminuir la inflamación de los bronquios (vía aérea baja), pero dejan a un lado los síntomas nasales (vía aérea alta) que en más de 70% de los pacientes asmáticos se deben a un cuadro de rinitis alérgica.

«La idea es tratar la vía respiratoria en su totalidad. Es por ello que el uso de un antihistamínico no sedante, como desloratadina, en combinación con un inhibidor de leucotrienos, como montelukast, ha logrado la disminución de las exacerbaciones en el niño asmático y en muchos casos, el paciente no tiene que recurrir más a los inhaladores».
Según explica el especialista, al combinar ambas moléculas en un solo fármaco –la desloratadina frena la reacción alérgica y el montelukast disminuye la inflamación al tener contacto con el alérgeno- la efectividad del tratamiento aumenta tanto para tratar los síntomas de rinitis alérgica sola o asociada a asma bronquial.

No solo es una terapia eficiente, sino también fácil de administrar en los niños. «Solo se toma una vez al día y a diferencia de los esteroides inhalados, no necesita de un proceso de educación previo para su aplicación». Esta nueva combinación se puede prescribir a infantes desde los seis meses de edad.

Es importante recalcar que el tratamiento farmacológico debe ir acompañado de otras medidas para controlar los alérgenos ambientales que provocan rinitis alérgica y asma bronquial. Evitar fumar en casa o cerca del niño, que la habitación del pequeño sea lo más sencilla posible, sin alfombras ni peluches. 

Para controlar la humedad del lugar, se recomienda el uso de aire acondicionado, en vez de ventiladores. Además, se debe usar un colchón anti-ácaro y lavar almohadas, sábanas y edredones con frecuencia. Limpiar muebles y juguetes con regularidad.

Fuente: Sthefanie Balcázar E. – TIPS Imagen y Comunicación

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