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¿Influye la alimentación en el estado de ánimo de mi bebé?

Los ciclos de sueño en los niños no sólo dependen del esfuerzo que hagan los padres por acostumbrarlos a determinados horarios.

La Doctora María José Castro, pediatra del Hospital Miguel Pérez Carreño y del Centro Caracas, brinda a través de estas líneas algunas recomendaciones para comprender estos procesos.

El sueño se ve afectado por la cantidad de neurotransmisores estimulantes y tranquilizantes que tenga el bebé en su organismo. La alfa-lactoalbúmina es una proteína del suero de la leche materna y de algunas fórmulas infantiles que constituye una rica fuente de aminoácidos esenciales, como el triptófano y la cisteína. Estas sustancias son la base para la formación de importantes neurotransmisores "relajantes", como la serotonina.

Entre las características que tiene la serotonina está la capacidad de regular varias funciones del comportamiento, como el apetito, saciedad, estado de ánimo, percepción del dolor, ciclo de sueño, vigilia y la capacidad de respuesta a situaciones de estrés.

Cuando los procesos de sueño y vigilia se alteran, el niño va a presentar, entonces, hiperactividad e irritabilidad. Este es el caso de los recién nacidos que están en terapia intensiva, dentro de incubadoras. Estos bebés manifiestan un proceso irregular que les impide lograr la relajación necesaria para poder dormir a sus horarios, lo que interfiere con su desarrollo.

La serotonina, derivada de la alfa-lactoalbúmina, es fundamental ya que se encarga de aportar al organismo una sensación de bienestar. Según la Dra. Castro, esto beneficia al bebé y lo lleva a relajarse para aprender, hacer sus actividades diarias con un estado de ánimo adecuado, y dormir a las horas indicadas sin estar intranquilo o irritable. "Un niño demasiado activo, irritable y que no está conforme con lo que hace es un niño que no se va a concentrar, ni va a adquirir las habilidades acorde a su edad", explica.

La pediatra agrega que el proceso de destete produce en algunos niños irritabilidad e inseguridad, ya que la leche materna es una gran fuente de alfa-lactoalbúmina y, por ende, de serotonina; que contribuye con la tranquilidad, bienestar y buen estado de ánimo de los bebés.

Los niños que, a partir de los seis meses, están en guarderías son capaces de comer todo tipo de alimentos, "pero cuando están con su mamá el fin de semana, no quieren más nada que el pecho". La especialista explica que es una forma de sentirse tranquilos y de que la mamá no los abandona.

También, asevera que al no tener organización de su actividad general, a la larga los niños van a presentar problemas de aprendizaje, adquisición de lenguaje y de nuevas habilidades mentales y psicológicas. Además, al tener un bebé que no duerme bien y que constantemente está irritable, inmediatamente los padres y el entorno familiar se ven afectados; ya que todos llevan ese ritmo de "no sueño", lo que les impide rendir adecuadamente en sus actividades diarias.

A medida que el niño va creciendo, necesita elaborar, a través del aporte de distintos alimentos, estos neurotransmisores que brindan tranquilidad y bienestar al cuerpo. "El más conocido es el chocolate, es un legendario; también algunas fórmulas lácteas infantiles lo contienen", asegura la pediatra, "la idea es que los niños tengan niveles óptimos de serotonina", asevera la Dra. María José Castro.

Referencias bibliográficas: Entrevista a la Dra. María José Castro, realizada el 11 de febrero de 2011 (solicitarla escribiendo a tatiana.thula AT pfizer.com / 58 212 6302583).

Fuente: TecnologiaHechaPalabra.com

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