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Prótesis que pueden sentir

Aún cuando los científicos han hecho grandes avances en las prótesis de extremidades, estos artefactos aún carecen del sentido del tacto. Ahora, científicos de la Northwestern University, en Chicago, han mostrado que transplantando los nervios de la mano amputada al pecho permite a los pacientes sentir algunas áreas de la mano en ese lugar. Los hallazgos son el primer paso hacia el desarrollo de brazos prostéticos con sensores en los dedos (aún bajo desarrollo) que sean capaces de transferir información táctil desde el aparato hacia el pecho, haciéndole sentir al portador que tiene una mano real.

Actualmente, los pacientes manipulan sus prótesis mediante la retroalimentación visual: Ellos saben que han tocado el vaso cuando ven el brazo golpearlo. Sin información sensorial, es difícil para los pacientes determinar si están agarrando el vaso con la fuerza suficiente para sostenerlo sin quebrarlo. "La sensación es la gran pieza que aún falta en las prótesis actuales", dice Robert Kirsch, Director Asociado del Centro de Estimulación Eléctrica Funcional en el Louis Stokes Veterans Affairs Medical Center, en Cleveland.

A principios de este año, los investigadores de la Northwester University, Todd Kuiken y sus colegas en el Instituto de Rehabilitación de Chicago, mostraron que un transplante nervioso semejante podía ser usado para controlar intuitivamente el movimiento de un brazo prostético (ver: "A Prosthetic Arm That Acts Like a Real One."). Los nervios motores, que transfieren las señales motoras desde el cerebro hacia el músculo, fueron transplantadas y, cuando el paciente pensaba en mover su manos, los músculos de su pecho se contraían. Estas contracciones musculares fueron usadas para controlar el movimiento de un hombro, un codo, una muñeca y una mano motorizadas.

En el nuevo estudio, los investigadores tomaron los nervios que normalmente llevan mensajes sensitivos de la mano hacia el cerebro y los implantaron en un parche de piel en el pecho del paciente. Después de permitir a los nervios crecer por algunos meses, Kuiken y sus colegas probaron las habilidades sensoriales de dos amputados. "Ellos pueden sentir ligeros toques y pueden percibir el calor y el frío, tal como sucedía en la mano perdida", dice Kuiken, quien liderea el equipo de trabajo. Estos hallazgos fueron publicados hoy en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Ambos pacientes fueron capaces de diferenciar entre diferentes grosores de papel de lija frotado contra su piel. Pero cada uno de ellos desarrolló diferencias en el sentido del tacto. Para un paciente, la sensación fue bastante amplia, ya que al tocar una zona del parche de piel en el pecho se disparaban sensaciones en tres dedos al mismo tiempo. El segundo paciente tenía un mapa sensorial mucho más refinado, pues era capaz de percibir sensaciones en diferentes dedos ligados a distintos puntos en el pecho, así como otras sensaciones, tales como la percepción de que la piel estaba siendo estirada o que un dedo estaba siendo doblado hacia atrás.

"Nuestras manos son instrumentos increíbles que pueden percibir sensaciones con exquisita sutileza e increíble resolución; emular esto a través de un aparato es un gran reto", dice Kuiken. "Lo que les estamos proporcionando a nuestros pacientes es una ruda aproximación, pero algo es mejor que nada"

Traducido Parcialmente de: Technology Review

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Fuente: Andrés Borbón – tecnoculto.com

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