Especialidades médicas

Diabetes, esa «dulce» enfermedad

Cuando hablamos de diabetes no hablamos de una enfermedad (sé que contradigo el título, lo siento), sino de un conjunto de enfermedades que se caracterizan por la hiperglucemia (tener "mucho azúcar en la sangre"). Esa hiperglucemia se debe al defecto de secreción o de acción de la insulina.

La insulina es una hormona producida por el páncreas. Al ingerir cualquier alimento que contenga azúcares o hidratos de carbono, éstos son digeridos y transformados en glucosa, que es llevada a la sangre. El páncreas secreta insulina, que se encarga de recoger la glucosa para llevarla a las células, puesto que es el "combustible" principal del cuerpo; la que no es aprovechada la transporta para almacenarla, sobre todo en el hígado, el músculo y el tejido adiposo. En el hígado y el músculo se deposita en forma de glucógeno; cuando ambos están saturados y no pueden almacenar más, la glucosa es transformada en ácidos grasos, que se depositan luego en forma de grasa.

Páncreas

El páncreas

Cuando el páncreas no segrega insulina o lo hace en escasa cantidad, o en el caso de que el cuerpo no responda a la acción de esa hormona, hay un exceso de glucosa en sangre que cuando se mantiene durante mucho tiempo da lugar a fallos o daños en varios órganos, sobre todo en los ojos, los riñones, los nervios,el corazón y los vasos sanguíneos. Como la glucosa no llega a las células, se pone en marcha el mecanismo alternativo para conseguir energía, de tal manera que la grasa se descompone para conseguir abastecer al organismo, con lo que el diabético adelgaza de manera notable. Del mismo modo, el exceso de glucosa presente en la sangre debe ser eliminado,lo cual se hace a través de la orina, llevándose con ella gran cantidad de agua porque ejerce un efecto de "arrastre"; ello lleva a que el diabético orine con frecuencia y tenga mucha sed, bebiendo continuamente (lo que se conoce en el lenguaje médico como poliuria y polidipsia, respectivamente).

Existen varios tipos de diabetes. Los más comunes son el tipo I o insulinodependiente (el páncreas no segregan insulina), el tipo II o no insulinodependiente (el páncreas segrega poca insulina y el cuerpo se muestra resistente a la acción de la insulina), la diabetes gestacional (aparece en el embarazo y desaparece poco después,una vez finalizado éste) y la MODY (diabetes del adulto que se manifiesta en jóvenes menores de 25 años).

Se ha demostrado que el control de la glucemia (cantidad de glucosa que permanece en sangre ) impide o retrasa de manera notoria la aparición de las enfermedades y complicaciones mencionadas. Para ello se debe medir a diario y actuar en consecuencia, tal como se explica en la imagen que acompaña este texto. Si se lleva una dieta adecuada, con restricción de azúcares e hidratos de carbono, revisiones periódicas de los órganos más afectados, y se hace ejercicio de manera regular, junto con la toma de antidiabéticos orales o administración de insulina inyectada según el tipo de diabetes y las pautas recomendadas por el médico, es posible llevar una vida normal, sin alteraciones y sin temer enfermedades asociadas ninguna.

Para conocer más: PortalDiabetes.net, Fundación para la Diabetes, American Diabetes Association (en español).

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Fuente: Sophie – mondomedico.wordpress.com

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