Miscelánea

Mi latitud Crítica

Me permito ésta licencia ante  mis estimados lectores, por ésta nota personal. En la misma pretendo dejar plasmadas mis coordenadas, en ésta etapa de regreso, como comentarista del hecho teatral en Venezuela y en los escenarios de habla hispana.

Por: Julio C. Alcubilla B.
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Proponer el abordaje crítico, del hecho teatral en Venezuela y de las artes escénicas en general, luego de un período de más de 15 años de ausencia. Anterior a ello, intentaba en la prensa nacional y de las regiones de Venezuela y en alguna que otra red social, publicar mis impresiones. Reconozco, por comentarios de entrañables amigos y amigas de las artes escénicas, que me dirige la pasión, factor por el cual muchas veces la conciencia ética, me ha hecho cambiar de enfoque, para hacer de mi trabajo un fruto objetivo. El teatro y las Artes Escénicas en general, por éste servidor, son asumidas con respeto, investigación y compromiso.

Podrían todos los conceptos anteriores , describir lo obvio dentro del contexto de un trabajo profesional, sin embargo, lejos de pretender valerme de tales estimaciones, como catapulta para mostrarme, son mi preocupación constante…porque si algo tengo claro, es el valor de la dignidad.

Desde mi regreso, luego de haberme especializado profesionalmente, en otras latitudes, más que nutrir secciones en los diferentes medios de comunicación a los que asisto, dentro y fuera del país; me esfuerzo por comprender los procesos en la evolución e involución de nuestra identidad escénica. Tocar con la profundidad del análisis prospectivo, siempre que me sea permitido por las fuentes primarias, para abordar el derrotero por momentos caprichoso, de nuestro sistema teatral y de las artes escénicas en Venezuela y en los países de habla hispana.

Comulgar con los cambios estéticos que se producen a partir de nuestra puesta en escena, suponiendo solamente esa antigua relación, bajo mi punto de vista sería trasgredir valores. Si se convierte en un espejo superficial en el que miramos la vida teatral, sólo desde la superficie de lo mostrado, para hacer una nota o reseña periodística.

Nuestro teatro de hoy en día, lo dominan muchas veces esos cuadros filo dramáticos, gestados en el seno de un movimiento libertino y veo con temor, cómo desaparece el teatro de autor. Por otro lado, la formación de actores improvisados por igual muchas veces, resumen a un colectivo de aficionados, lo cuáles es común que converjan con aquellos que se animan a una expresión en construcción, dirigida por connotadas figuras de "las tablas".

Éste hábitat heterogéneo en el que nos adentramos todos los amantes de las artes escénicas, desde el punto de vista del crítico o comentarista, no puede ser analizado bajo una visión meramente holística, carente de profundidad, desprovista de pasión. Si por querer satisfacer esto último, se compromete mi rol de crítico especializado en las artes escénicas, llevándolo al del espectador acucioso y por momento…visceral, mi opción ya fue hecha. Simplemente porque hablar de teatro supone un ejercicio de entrega y probablemente para muchos un dogma.

No todo en la crítica debe suponer principios académicos que la modelan o estructuran, más si la crítica es sobre el arte de trascender. En mi caso, propongo un discurso en el que el arte teatral, se aleje del mero ejercicio de cubrir periodísticamente banalidades o individualidades, necesarias para satisfacer el estilo de las páginas culturales, reconocidas. Pretendo ser un mediador para educar al colectivo, para que resurja la "Escuela del Espectador Venezolano". Pobre sería mi ejercicio, si sólo información es mi preocupación a ofrecer, a los lectores o audiencia.

Se hace imprescindible que los aportes que me permita editar, publicar, que salgan al aire en diferentes formatos, que se difunda bajo mi firma o autoría, tiendan a vigorizar el trabajo de la propuesta escénica. Aquilatando valores, señalando posibilidades, marcando con energía todo aquello que aclare el camino de la percepción del espectador o público.

No comulgo y me sería imposible estar de acuerdo, con una crítica teatral generalizada, basada en el inconformismo, sin ubicación en las posibilidades de la escena. Desestimar la perspectiva, cayendo en afirmaciones sin argumentación. Propongo el abordaje crítico del espectador acucioso, que permita orientar. Cumplir una misión más trascendente ante el lector o audiencia… educarlo en la estética, ayudarlo a crecer como espectador exigente con capacidad de discriminar. Estimulándolo en sus valoraciones de género, más allá de las meras sensaciones oculares o auditivas…porque a fin de cuentas…un espectador exigente, hará un teatro mejor, auto exigido.

Julio César Alcubilla Bonnet

Fuente: Lic. Julio C. Alcubilla B.-
Artes Escénicas

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