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Culmina con éxito rescate de mineros en Chile

Desde el día cuando ocurrió el derrumbe, el gobierno Chileno desarrolló un complejo pero bien elaborado plan para recibir en la superficie a los 33 mineros atrapados en un yacimiento de cobre  y oro en el norte de Chile, el mismo incluyó la movilización de helicópteros militares, personales de emergencia, médicos y paramédicos.

De acuerdo a lo datos proporcionados por el personal encargado, estos son los pasos llevados a cabo al momento del rescate:

– La perforadora llegó a los mineros: La perforadora T-130 completó el sábado pasado (09/10) un hoyo de 622 m y 66 cm de diámetro hasta la galería subterránea donde se encuentran los mineros. Por ese hoyo fueron izados los hombres.

– Los mineros usaron explosivos: Los mineros atrapados debieron realizar una explosión controlada en la galería para abrir espacio a la cápsula que va a bajar a rescatarlos.

– El hoyo fue revestido parcialmente: Se revistieron los primeros 56 metros del hoyo, para protegerlo del desprendimiento de rocas.

– Cinco socorristas bajaron al fondo de la mina: Un rescatista minero fue el primero en descender por el hoyo hasta el fondo de la mina, seguido de un enfermero, otro socorrista minero y otro enfermero, para ayudar a los mineros en su proceso de salida a la superficie. Ellos permanecieron en la profundidad de la mina hasta que salió el último minero.

– Los mineros fueron izados en una cápsula: Los 33 mineros fueron izados a la superficie en una cápsula de 4 metros de alto y 450 kilos de peso dotada de oxígeno, equipo de comunicación y arneses de alta tecnología que miden los signos vitales de cada uno de ellos. A los mineros se les proveóy de ropa de material especial, guantes, agua y gafas oscuras para que no sufran daños oculares tras tanto tiempo en la oscuridad.

– Primero los hábiles, luego los frágiles y finalmente los fuertes: Se identificó a cuatro mineros considerados los más hábiles, y de ellos un voluntario subió primero. El escogido era un minero con capacidad para resolver cualquier problema durante el ascenso. Luego de los hábiles, ascendieron los frágiles, entre los que están los de mayor peso, el minero que sufre de diabetes y otro que sufre dificultad respiratoria, mientras que los últimos en salir fueron los más fuertes, capaces de seguir colaborando y manejando la ansiedad de la espera.

– Atención médica inmediata: Cada minero rescatado fue recibido por médicos y paramédicos de la estatal Corporación Nacional del Cobre (Codelco) y la Marina Chilena, quienes aplicaron asistencia médica rápida en una carpa colocada justo al lado de la salida del hoyo.

En una primera evaluación, se les hizo preguntas simples, como si tienen un dolor importante, y se evaluó su lucidez. Luego fueron trasladados hasta un área de estabilización a pocos metros del sitio. En este lugar pasan un mínimo de dos horas durante las cuales se les suministra suero, algunas vitaminas y antibióticos, e inician la evaluación sicológica presencial. Son atendidos por tres médicos y un sicólogo.

– Encuentro con familiares: El plan original requería que se verificara que el minero estuviera en buena condición física antes de pasar a unos módulos especiales aislados, a pocos metros de la carpa médica, donde se reunirían con dos o tres familiares.

– Viaje en helicóptero al hospital: Luego son trasladados en ambulancia hasta un helipuerto en la misma mina, construido para la ocasión, y llevados en helicópteros militares a una base militar y de allí en ambulancia recorrerán unos 300 metros a un hospital estatal de la vecina ciudad de Copiapó. En este lugar permacerían un mínimo de 48 horas, para una revisión más exhaustiva.

Artículo publicado por Luis Huane en tecnowebstudio.com. Contenido amparado con Licencia Creative Commons Reconocimiento 2.5.

Artículo relacionado: La tecnología y el rescate de los mineros chilenos.


NdE

Catalogado como el operativo más profundo en la historia de la humanidad, el rescate en la mina de San José, de la región de Atacama, contó con tecnología de punta aportada por numerosos países que se unieron al esfuerzo de los chilenos por sacar sanos y salvos a sus mineros.

La primera y muy compleja labor fue hallar a los mineros en el fondo de la mina.

Por la profundidad del yacimiento no era posible usar las coordenadas geográficas como referencia… Fue como encontrar una aguja en un pajar.

Para resolver el problema, los ingenieros colocaron en lugares estratégicos nueve máquinas de sondaje que cavaron pequeños orificios. Tomó dos semanas para que solo dos de estas sondas ubicara el lugar.

"El mayor hito de esta operación fue ubicarlos en una mina tan profunda, que no estaba amarrada a las coordenadas geográficas", comentó a la AFP el profesor de ingeniería en Minas de la Universidad de Santiago, Omar Gallardo.

Poco después, un equipo de la NASA ofreció su experiencia de vivir en condiciones hostiles. "Nuestra experiencia en mantener una salud psicológica y nuestra experiencia técnica en el diseño de las naves espaciales demostraron ser valiosas", sostuvo Charles Bolden, administrador de la agencia.

Inmediatamente se intentó la profunda perforación con tres poderosas máquinas distintas. Una, la Raise Bore modelo Strata 950, utilizada para la fabricación de chimeneas de ventilación, fue sustituida, por su lento avance, por la perforadora Schramm T-130, apodada 'La Milagrosa' por las familias de los mineros, apoyada por una inmensa sonda RIG 422, usada para perforaciones petroleras.

Finalmente la T-130 cavó en 33 días el ducto de 622 metros de extensión y unos 66 cm de diámetro. Nunca antes había excavado un pozo de estas dimensiones. Esta máquina fue diseñada para perforar pozos de agua, no para taladrar sobre una roca extremadamente dura, como lo hizo en la mina, lo que obligó a gastar 30 martillos de acero en el proceso. "Lo que se hizo aquí es realmente inédito. La profundidad, el diámetro y con alguien esperándote abajo", comentó por su parte Mijail Proestakis, gerente general de Drillers Supply, que proporciona herramientas de perforación a Geotec.

Entra en escena la ahora célebre cápsula Fénix II, una versión mejorada de la bomba de Dahlbusch, construida por Astilleros y Maestranzas de la Armada de Chile, capaz de albergar en su interior a una persona durante 15 minutos sin quedarse sin aire ya que incorpora tanques de oxígeno. El artefacto es un diseño del ingeniero alemán Eberhard Au, usado en 1955 para salvar la vida de tres compatriotas que quedaron atrapados en el yacimiento minero de Dahlbusch.

Para movilizar la cápsula por el orificio parcialmente recubierto de acero fue necesario traer de Europa un cable especial capaz de sostener más de 50 toneladas y usar un sistema de izaje austríaco, único capaz de movilizar con seguridad toda esta parafernalia.

Finalmente, se adaptaron arneses y equipos para proteger a los mineros en su viaje dentro de la cápsula. Se utilizaron cinturones biométricos para comprobar las condiciones físicas de cada uno mientras ascendía. Estos sensores se enlazaron vía bluetooth con los equipos de los rescatistas. Estos monitoreaban todos los signos vitales, incluyendo la sudoración, respiración, ritmo cardíaco, y presión sanguínea.

En suma, se requirió la aplicación de distintas tecnologías y la colaboración de especialistas procedentes de Canadá, Austria, Estados Unidos, Australia, China y, por supuesto, Chile. Sin olvidar que, al exitoso resultado, calificado por muchos como milagroso, se llegó no solo gracias a la tecnología bien aplicada, sino también a las cualidades humanas de todos los que participaron en la operación.

El gráfico en esta nota es tomado del portal atinachilepro.bligoo.cl. Licencia CC Reconocimiento 3.0.

Fuente: Luis Huane – tecnowebstudio.com / elnuevoherald

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