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Tesla, ejemplo de rebote bursátil extremo en tiempos del coronavirus

En cuestión de semanas, Tesla ha duplicado su cotización bursátil tras el batacazo sufrido por prácticamente todos los mercados del mundo a mediados de marzo. Las acciones de la compañía están experimentando un fuerte impulso alcista.

Parece que la sucesión de noticias positivas sobre Tesla en medio de la tormenta financiera que se vive en prácticamente todas las bolsas del mundo está fortaleciendo la confianza de los inversores.

¿Está justificado este optimismo en un escenario tan complicado como el actual? Hoy trataremos de responder a esta pregunta.

Una recuperación bursátil rápida y asombrosa

La evolución del precio de las acciones de Tesla en los últimos tiempos está dejando a más de un inversor boquiabierto por su gran volatilidad. Desde el desplome de la cotización de la empresa de Elon Musk registrado el 18 de marzo pasado, que llevó a la cotización a un suelo en los 350 dólares, las acciones han vuelto al nivel de precios previo al estallido de la crisis, oscilando en torno a la barrera de los 700 dólares. Hablamos de una recuperación de prácticamente el 100 %.

Se trata de un fenómeno que pocas veces se ve en los mercados bursátiles y que apunta a un crack más que a una visión pesimista de los inversores sobre el futuro de la compañía.

Un futuro repleto de posibilidades

Las pasiones que Tesla levanta entre los inversores tienen su fundamento especialmente en la audacia de sus iniciativas empresariales. La última de ellas: lanzarse a producir respiradores punteros para satisfacer la repentina demanda que ha surgido en los sistemas sanitarios de todo el mundo.

Quizá el único problema de Tesla en este sentido es que a veces su ambición tarda más de la cuenta en materializarse y la cotización de las acciones sufre las consecuencias de la incertidumbre y de los plazos incumplidos. Sinceramente, es difícil cumplir plazos cuando se proponen planes tan innovadores como los de Tesla, una compañía que aborda tantos campos.

Por ejemplo, destaca el proyecto de flota de taxis autónomos, que podría traducirse en una subida astronómica del 1000 % en la bolsa a tan solo cuatro años vista. Tampoco podemos ignorar el despliegue a buen ritmo de la red de supercargadores de Tesla, que está suponiendo toda una revolución en el concepto de las "electrolineras". En apenas unos minutos, los vehículos de Tesla se pueden cargar en medio de viajes de larga distancia, algo que ha sido un escollo importante para la penetración del vehículo eléctrico en nuestras vidas hasta la fecha. Por último, la presencia de infraestructura productiva en todo el mundo está dándole a la empresa una gran resiliencia, como se puede ver en el funcionamiento a pleno rendimiento de la fábrica que Tesla tiene en Shanghái.


Fuente: Pexels.

En resumen, Tesla está demostrando una gran capacidad de adaptación ante las dificultades que plantea la crisis del coronavirus. Es innegable que la versatilidad es uno de los puntos fuertes de la empresa. Parece que, una vez más, Elon Musk ha cautivado por completo a los compradores. Todo apunta, pues, a que el desplome bursátil sufrido por la compañía en marzo fue más cuestión de nerviosismo que de conclusiones sólidas derivadas de un proceso minucioso de análisis de su valor.

Foto de cabecera: Pexels.

Fuente: THP

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