No somos nuestro genoma, sino nuestro conectoma
Hace tiempo que los transhumanistas hipotetizaron la posibilidad de vivir eternamente escaneando millones de slices, de nuestro cerebro, trasladando las imágenes a supercomputadoras, donde serian vaciadas a cuerpos artificiales, permitiéndonos vivir siendo los mismos con pequeñas variantes, por los siglos de los siglos.
Un primer paso en ese sentido fue la construcción del primer conectoma (1970-80: mapa de 7.000 conexiones estructurales-funcionales, asociadas a 300 neuronas), del nematodo C. Elegans.
Ahora en algunos centros del mundo se ha iniciado la colosal tarea de construir el conectoma humano (100 millardos de neuronas). En el Howard Hughes Medical Institute, Sebastian Seung (Computational Neuroscience), dá los primeros pasos en este sentido, creando las primeras hipótesis funcionales, los primeros software y ayudando a construir las primeras máquinas totalmente automatizadas que analizaran los datos obtenidos.
Seung dispone de una colosal cantidad de fotos de neuronas, dentritas y sinapsis, incluyendo crecientes construcciones en 3D. Dado que el análisis manual es lento, Seung apuesta por la construcción de máquinas que vean, prescindiendo de humanos.
Por lo pronto se ayuda con:
1) El serial block face scanning electron microscopy (SBF-SEM), para ver en 3D.
2) El ultramicrótomo automatizado (ATLUM).
3) En tanto la construcción de imágenes tridimensionales cerebrales segmentarias ocasiona problemas de reconocimiento a las máquinas está construyendo software para que ellas mismas resuelvan este problema, mediante entrenamientos simulados. A tal fin, Viren Jain y Srini Turaga han desarrollado el Maximin Affinity Learning of Image Segmentation (MALIS) y el Boundary Learning by Optimization with Topological Constraints (BLOTC), que reproducen las localizaciones precisas de los limites, eliminando errores topológicos.
4) El software Omni reemplazará al ojo humano para analizar redes convolucionales.
5) Para identificar con gran exactitud conexiones interneuronales Seung ha recurrido al marcado mediante métodos genéticos.
Ian Wickersham que trabaja con él, emplea formas recombinantes del virus de la rabia el mismo que al saltar entre sinapsis produce un marcado brillante merced al empleo de proteínas fluorescentes, descubriendo aun los axones mas finos.
Sebastian Seung explica resumidamente sus investigaciones sobre el conectoma humano
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En tanto el conectoma no es estático, evoluciona constantemente (como en la adolescencia), se destruye y reconstruye, Seung postula 3 hipótesis:
1) No somos muestro genoma. Somos nuestro conectoma, verdadera estructura de nuestra conciencia.
2) En el futuro será posible curar enfermedades mentales mediante destrucción o adición de nuevas conexiones neurales.
3) Si al morir pudiésemos preservar nuestros cerebros criogénicamente, podría ser posible reconstruirlos y mejorarlos en el futuro.
Si desea profundizar sobre este tema, puede comenzar en Human Connectome Project.
Fuente: Victor Mechán Mendez – vmechanm.blogspot.com