Miscelánea y otros

Los límites de la humanidad: ¿Qué tan lejos podemos ir?

Lamentablemente, nuestra tecnología y nuestro entendimiento actual de la física nos mantiene atados a la Tierra y el Sistema Solar, pero si esa atadura no existiera… ¿encontraríamos algún límite capaz de derrotar incluso a la determinación humana?

El deseo de la especie humana por explorar, descubrir, y desafiar a la naturaleza es inmenso, y ese deseo se vuelve mucho más grande cuando miramos hacia arriba y consideramos todo lo que el universo tiene para ofrecer. Lamentablemente, nuestra tecnología y nuestro entendimiento actual de la física nos mantiene atados a la Tierra y el Sistema Solar, pero si esa atadura no existiera… ¿encontraríamos algún límite capaz de derrotar incluso a la determinación humana? Tal y como lo explica la gente de Kurzgesagt en su nuevo vídeo, la respuesta es sí.

Imaginemos por un momento que las leyes de la física tal y como las conocemos resultan estar equivocadas, lo que abre paso a viajar más rápido que la luz, o al descubrimiento de cosas al estilo de «subespacio», «hiperespacio», «corriente» o algo similar que nos lleve del punto A al punto B sin tener que ser inmortales, congelados, clonados, o transformados en el punto de partida genético para docenas de generaciones que podrían o no llegar a la estrella más cercana. 

La Vía Láctea tiene unos 100 mil años luz de diámetro, y en el peor de los casos, hay cien mil millones de estrellas para visitar. Ahora, viajemos aún más rápido: Andrómeda está a 2.5 millones de años luz, ¡nuestra vecina! La Galaxia del Triángulo se encuentra un poco más lejos, 3 millones de años luz, pero aún dentro de nuestro supuesto alcance. Estas «tres damas» junto a otras cincuenta galaxias (aproximadamente) forman el llamado Grupo Local. Aquí ya hablamos de un diámetro de diez millones de años luz, una verdadera monstruosidad desde todo punto de vista. Sin embargo, más lejos está el Grupo Maffei, el cual tiene otras dieciséis galaxias para explorar. ¿Qué tal si vamos para allá?
 
Bueno… no podemos. ¿Por qué? La gente de Kurzgesagt brinda una extraordinaria explicación en un vídeo que no supera los ocho minutos, y que en términos muy relajados se reduce a dos palabras: Energía oscura. No sabemos con exactitud qué es, cómo medirla, o qué propiedades tiene, pero sus efectos están allí. Unos seis mil millones de años atrás, la energía oscura se convirtió en la causa para la expansión del universo, y la aceleración de dicha expansión. Con el tiempo, la energía oscura alejará cada vez más a otros grupos y cúmulos que en esencia no estén vinculados gravitacionalmente al Grupo Local, a una velocidad mucho mayor que la de la luz, y provocará que su luz se «desplace hacia el rojo», hasta que en un momento, todo lo que veremos será oscuridad.

Por el contrario, el Grupo Local se volverá cada vez más compacto gracias a la influencia de la gravedad, y llevará a la unión de dos o más galaxias. Andrómeda se acerca a la Vía Láctea con una velocidad de 110 kilómetros por segundo, y los expertos ya tienen un nombre para esta futura «colisión»: Milkdromeda. Se calcula que el encuentro entre ambas galaxias aún está separado por unos cuatro mil millones de años, mientras que la unión definitiva del Grupo Local demandará mucho, mucho más tiempo. 

El hecho de que el universo se aleje cada vez más de nosotros y nos permita ver cada vez menos tal vez haga a toda esta situación mucho más deprimente, pero asumiendo que la humanidad se convierta en una civilización del Tipo 3, una cosa es segura: Habrá mucho para explorar, y mucho trabajo por hacer.
Fuente: Kurzgesagt

Fuente: Lisandro Pardo – neoteo.com

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