Ciencia y Seudociencia

¿Es infalible el pensamiento crítico? ¿Y la ciencia?

Ninguno de los dos lo es. La ciencia siempre comete errores, pero posee mecanismos de autocorrección, entre los cuales destacan: los estudios "doble-ciego" usualmente empleados en los estudios médicos, en los cuales se dispensa el tratamiento experimental a algunos pacientes y a otros se les administra un placebo; el conocimiento de cuál paciente recibe el tratamiento es ocultado tanto del médico que administra la medicina como del paciente para evitar la sugestión conocida como "efecto placebo"; la revisión y crítica de los trabajos científicos por parte de los colegas, el estudio riguroso de la estadística del experimento y la repetición de los mismos para corroborar resultados. Como la ciencia es una forma de pensamiento crítico (con algunos matices propios) puede entenderse el funcionamiento de uno al explorar la otra.

En cualquier área de conocimiento científico se someten los trabajos al riguroso escrutinio de los expertos, para buscar inconsistencias y errores. Sólo tras haber pasado por este proceso se permite la publicación de nuevos trabajos. Incluso después de la publicación otros científicos repiten los experimentos para asegurar que las observaciones sean verdaderos descubrimientos y no simples accidentes. Más aún, hay una gran motivación para probar que las teorías globalmente aceptadas por los científicos están erradas: la fama mundial, el financiamiento para investigaciones, satisfacer la curiosidad del científico acerca del mundo, etc. Sin embargo estos beneficios sólo pueden ser cosechados si se tiene extremo cuidado a la hora de investigar y se hace todo lo posible para evitar errores y fraudes.

Los pensadores críticos y escépticos emplean métodos parecidos a los que emplean los científicos a la hora de estudiar cualquier fenómeno o de tomar decisiones. Evalúan la evidencia en cada caso y, cuando posible, tratan de realizar sus propias observaciones controladas. Sin embargo, los pensadores críticos no son perfectos, pueden cometer errores como cualquier persona. Para evitar cometer errores los pensadores críticos tratan de buscar la ayuda de los especialistas en el área del problema al que se enfrentan: médicos para estudiar tratamientos milagrosos, psicólogos y neurólogos para estudiar fenómenos como la precognición, magos para verificar que no hay trampas de prestidigitación o trucos, etc. Todas estas personas asesoran al pensador crítico para evitar errores en sus decisiones e investigaciones y hacen lo posible para evitar errores y corregirlos cuando son detectados.

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Fuente: Lic. Jesús Pineda – cienciayleyenda.net

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