Génesis

Fast forward, rewind, record, pause, extint

Grabábamos en piedra, en madera, en papiro, en tela, en papel, en piezas mecánicas, película fotográfica, en tarjetas perforadas, en hilo metálico, en cinta, en piezas electrónicas de estado sólido, podría discutirse que ahora se graba también en una suerte de ciber almacén cuasi volátil en línea… De todo lo primero ha quedado algo, incluso algunos instrumentos de almacenamiento siguen usándose (notablemente el papel), pero no todo…

Haciendo la tradicional limpieza de fin de año me encontré con una caja de zapatos repleta de esos, para mis hijas, exóticos casetes de audio. No sabía que hacer con ellos. Escuche un par (porque sorprendentemente los equipos de sonido todavía aceptan casetes) solo para decepcionarme del deficiente sonido. Ni el cuarto movimiento de la novena ni las genialidades de Plant, Bonham y Page lograban tapar totalmente el hissssssss, incluso con Dolby y las más 'modernas' cintas de cromo-vanadio.

Ciertamente es historia. Dos generaciones han nacido desde el Berlín Radio Show en 1964, cuando la venerable Phillips mostró el primer casete perfeccionado. Un reel-to-reel de cinta magnética, cortada en 1/8 de pulgada, contenida en una cajita de plástico, sorprendente por su eficiente simplicidad y sencillez de uso. Todavía hoy día todos los casetes mantienen los estándares presentados hace 42 años por Phillips.

Phillips no exigió pago de derechos por la patente de su invento, con lo que rápidamente fue tomado por otras empresas, pero fue casi un cuarto de siglo después de Berlín cuando el casete llegó a su cúspide. Hace poco menos de veinte años la industria fonográfica coloco en un año 900 millones de casetes, más de la mitad de la venta total de música grabada en el mundo. Hoy día la cantidad total apenas ronda el cuarto de millardo. En 1989 los consumidores compraron 83 millones de unidades solo en Gran Bretaña, durante la cresta de la onda, que hoy se desvanece con menos de 900.000 colocadas en la misma región. Un fenómeno que se repite en prácticamente todo los países, menos en naciones como Afganistán, donde muchos artistas graban directamente en este sencillo y económico formato. Igual ocurre en la India o Turquía, donde todavía muestran ventas por los 80 millones de unidades anuales.

Pocos apostarían hoy día por la supervivencia del casete. Posiblemente ni lo extrañemos en este mundo de MP3 y descargas en línea. En este entorno, vale la pena recordar que en el mejor momento del casete la industria fonográfica manifestaba su preocupación por el aumento de las copias no autorizadas, incluyendo aquellas mezclas o 'compilaciones' caseras, estimuladas por la facilidad de grabación en casete. Un discurso que suena familiar hoy día. Claro, en aquellos tiempos la industria tenía una ventaja, ¨gracias¨ a las falencias del popular formato, que siseaba, se enredaba y sufría de poca durabilidad por perdidas en su capa de oxido usado para grabar.

De modo que, aunque resistan, hasta donde todavía los usan tendrán que adaptarse, ya casi nadie fabrica la necesaria cinta magnetofónica. La mayor fábrica del mundo, que funcionaba en EE.UU. de A., abandonó la producción el mismo año cuando el casete cumplía 40. De modo que de ocurrir un inexplicable renacer, poco duraría, por no tener la cinta necesaria para llenar los casetes.

Pero algo queda. Sobrevive en nichos exóticos como algunos países del oriente, ya mencionados, y también, por su comodidad, para reproducir audio de entrenamiento, idiomas, especialmente libros en audio. De hecho gran parte del número anotado antes de ventas logradas en el Reino Unido corresponde a estas grabaciones, por ejemplo, de El Código Da Vinci, best seller de Dan Brown, ya se han colocado cerca de 80.000 copias solo en Gran Bretaña.

Pero hasta los más duros nostálgicos admitirán que el casete está condenado, siguiendo a otros soportes ya desaparecidos, como el disco de PVC. Con toda seguridad igual ocurrirá con la película fotográfica. Kodak mantiene casi a regañadientes algo de producción en Rochester y Brasil, mientras ya se fueron a la bancarrota la famosa marca alemana Agfa y la inglesa Ilford Imaging (el mayor fabricante de papel para fotografía en blanco y negro). Ambos casos, no sabemos si por coincidencia, ocurridos también alrededor del 40 cumpleaños del casete.

Me atrevería a pronosticar que otros formatos populares hoy día podrían sufrir la misma suerte, particularmente aquellos que requieren de partes movibles para funcionar. Sí, me refiero al CD, cuyo futuro ya se vislumbra sombrío con la arremetida de los nuevos ¨discos versátiles¨ (DVD) de alta definición y capacidad. Pero también serán sustituidos estos últimos, incluso los tradicionales discos duros de nuestras computadoras, cuando las tecnologías de estado sólido maduren y se hagan mucho más económicas, sin olvidarnos de la omnipresente Internet, que en algún futuro no muy lejano nos permitirá guardar en línea la vida entera, con recuerdos y documentos, incluyendo imágenes y sonido.

Regresando a lo que me motivó a esta disertación. Removiendo los cajones hasta una grabación de datos de la vieja Radio Shack encontré ¿Interesado? Recuerde que estoy hablando de preciosos casetes de Deutsche Gramophon y las primeras grabaciones de Madonna. Seguramente tienen un alto valor como piezas históricas, de colección. De modo que las he vuelto a guardar. Eso si, donde no las encuentre la esposa, que es mucho más eficiente en esto de las limpiezas de fin de año.

Fuente: P. Cernik, Computerworld

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