Política y economía

Tendencias y estrategia de gestión de operaciones en seguimiento de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza

Al navegar por las redes sociales o consultar medios de comunicación culturales, económicos o sociopolíticos, habrás notado la creciente referencia a los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG o ESG por sus siglas en inglés) en el mundo corporativo y de las inversiones públicas y privadas. Esta tendencia se puede apreciar, por ejemplo, consultando la popularidad del término de "ESG" en las búsquedas globales de Google durante los últimos 5 años.

De hecho, estos factores ya no se presentan exclusivamente como asuntos éticos o de mera responsabilidad socioambiental. Desde hace algunos años, fondos de inversión, bancos de desarrollo, corporaciones, instituciones multilaterales, entre otros, han implementado estos temas desde una perspectiva más estratégica-por ejemplo, considerando los impactos y beneficios que los criterios ASG pueden implicar en sus operaciones a nivel reputacional, económico y operativo-o simplemente para cumplir con la creciente expectativa social que existe sobre estos temas.

Y es emblemático ver cómo, según las búsquedas de Google en EE.UU., el término "ESG" ya tiene más relación con términos financieros (Equity Fund, Net Asset Value, Private Banking Company) que con términos ambientales.

Aún más representativos son los datos del "Forum for Sustainable and Responsible Investment" (US SIF), la agencia estadounidense que promueve las inversiones sostenibles en mercados de capital que, a finales de 2020, anunció un incremento del 42% desde 2018 en inversiones en activos de ASG en el mercado de Estados Unidos, alcanzando un valor de US$17 billones.

Para instituciones que manejan una cartera extensa de operaciones como el BID, la gestión de estos temas no es trivial. Para asegurar que los aspectos ambientales y sociales estén oportunamente atendidos y considerados, se requieren ciertas evaluaciones técnicas y un seguimiento operativo a lo largo del ciclo de inversión. Esto puede añadir un costo operativo adicional significativo para la institución.

Por lo tanto, es importante que las instituciones prioricen la asignación de sus recursos para el seguimiento de criterios ASG de forma metódica, asegurando que el nivel de atención dedicado a cada operación sea adecuado al riesgo, siguiendo el principio de proporcionalidad.

Principio de proporcionalidad para el seguimiento de criterios ASG en el BID

En el BID los criterios ASG se gestionan en función del Marco de Política Ambiental y Social, en base al cual se evalúan sistemáticamente los criterios ASG de todas las actividades financiadas por la institución. Desde la fase de preinversión, los equipos de proyecto, en coordinación con el equipo de la Unidad ESG del Banco, evalúan y asignan una categoría de riesgo e impacto socioambiental a la operación. Estas categorías determinan los recursos y el régimen de seguimiento de criterios ASG que el Banco dedicará a las operaciones a lo largo de su ciclo de vida.

Para las operaciones de impacto y riesgo más relevante (aproximadamente 250 operaciones, un tercio de la cartera total), el Banco asigna especialistas dedicados al seguimiento y evaluación de los criterios ASG necesarios durante todo su ciclo de vida.

Para operaciones de impacto y riesgo más limitado (aproximadamente 420 operaciones, dos tercios de las operaciones), la participación de la Unidad ASG se focaliza en la fase de preinversión, mientras que en la fase de ejecución son los equipos de las operaciones los responsables de brindar seguimiento a los criterios ASG. Para esos proyectos, la Unidad ASG del BID cuenta con un servicio de orientación de salvaguardias (conocido como "ESG Guidance Service") el cual puede proporcionar asesoría a los equipos de proyecto cuando sea necesario.

Gestión dinámica del riesgo

El sistema de seguimiento de criterios ASG en el BID, y de forma creciente en otras instituciones, responde al principio de proporcionalidad antes mencionado. Sin embargo, no podemos obviar que, a lo largo del ciclo de vida de una operación, ciertos factores contextuales (como puede ser el entorno socioeconómico o político) pueden ocasionar la exacerbación o la atenuación de los factores de riesgo, haciendo que los recursos inicialmente asignados para su gestión ya no sean los más adecuados.

Por eso, el BID ha establecido e implementado una metodología dinámica orientada a optimizar y revisar periódicamente la asignación de recursos ASG en el monitoreo y evaluación de las operaciones. Un pilar clave de ésta es la gestión sistematizada del proceso de supervisión de cartera, que se fundamenta en una combinación de técnicas cuantitativas y cualitativas.

En lo que respecta a las técnicas cuantitativas, el análisis de datos para fortalecer la recopilación de indicadores de desempeño sobre la operación, la efectividad de los planes de acción y la forma en la que se monitorean y miden los riesgos a nivel de cartera constituye una herramienta clave. Es además una manera para transformar información de desempeño en indicadores globales de cartera, identificar patrones y tendencias, y obtener lecciones aprendidas, ayudando de esta forma a la toma de decisiones para futuras operaciones.

En relación con las técnicas cualitativas, se emplean metodologías basadas en la recopilación de información de múltiples partes involucradas en la operación a través de entrevistas con informantes clave y discusiones de grupos focales, como con agencias ejecutoras y ministerios responsables de implementar las operaciones.

La optimización de la gestión con la tecnología más moderna

Para la optimización de los sistemas de gestión ASG de cartera será clave la mejora continua y el uso de herramientas innovadoras, como la inteligencia artificial y los sistemas de aprendizaje automático (machine-learning) que permiten detectar y analizar datos no estructurados y automatizar los procesos de búsqueda de patrones predictivos en los criterios de ASG de la cartera de operaciones.

Tales sistemas facilitarán aún más el monitoreo de los resultados de todas las operaciones, permitiendo un seguimiento global de los criterios ASG más preciso e informado a nivel de cartera, así como la identificación de tendencias y alertas tempranas en indicadores de riesgo y de desviaciones en las medidas de ASG acordadas. Esto nos permitirá mejorar el panorama socioambiental general de las operaciones en conjunto, con un enfoque a largo plazo y un proceso de toma de decisiones basado en una evaluación socioambiental global y de amplio alcance. Adicionalmente, nos permitirá adaptarnos a circunstancias imprevistas, permitiendo resolver problemas de cumplimiento o desempeño socioambiental de forma inmediata, evitando además un riesgo reputacional para la institución.


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Alessandro Sidore es consultor senior del equipo de Soluciones Ambientales y Sociales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en donde desde Junio de 2019 ha brindado asesoría respecto a aspectos ambientales, sociales y de gobernanza en procesos de financiación del banco. En los últimos 10 años, Alessandro ha liderado actividades de asesoramiento sobre temas ambientales y de sostenibilidad, abarcando un amplio abanico de proyectos financieros e industriales en colaboración con instituciones de inversión públicas y privadas, incluyendo fondos internacionales de capital privado, instituciones financieras firmantes de los Principios de Ecuador y bancos multilaterales (IFC, IDB, EBRD entre otros). Desde 2010 hasta 2019 Alessandro se desempeñó como consultor y gerente de proyectos en firmas de consultoría internacional líderes en el sector (incluyendo ERM – Environmental Resources Management), colaborando con equipos internacionales en España, Italia, Reino Unido con operaciones de inversión en Europa, Asia, África y en las Américas. Alessandro ha acreditado tres maestrías, robusteciendo con ellas su amplia experiencia profesional sobre asuntos de negocio y sostenibilidad: Maestría en Gestión de Negocio por la Escuela Imperial de Londres (Reino Unido, 2020), Maestría en Energías Renovables por la Escuela de Organización Industrial de Madrid (España, 2010) y Maestría en Ingeniería Ambiental en la Universidad de Cagliari (Italia, 2009).

Álvaro is an Environmental Engineer working for the ESG Unit of the Inter-American Development Bank. He has more than 15 years of experience providing technical expertise on key issues related to environmental and social impact assessment and on sustainability risks in the design, preparation, implementation, and supervision of operations in both the public and private sectors taking into consideration best industry practices and standards. He holds an MSc in Environmental Engineer, a PhD Program in Sustainable Development, and a Master in Integrated Management: Environment, Quality, and Prevention. He has also a strong passion for the promotion of the circular economy, the management of environmental risks, and the conservation of biodiversity.

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Fuente: Alessandro Sidore / Alvaro Adam (*) – iadb.org

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