Inclusión y ciber-libertad

La globalización ¿oportunidad o amenaza?

La globalización trae consigo la unificación del mundo en muchos aspectos, pero al mismo tiempo genera una división entre los países desarrollados y aquellos que se encuentran en vías de desarrollo, como lo es el caso de Venezuela. Cada país de acuerdo a su nivel de capacidades en cada ámbito, avanzará a distintas velocidades en lo económico, social, cultural y político. Incluso muchos países tienen momentos de retrocesos que los distancian aun más de aquellos que mantienen una continuidad en su proceso de avance y actualización. Es por esto, que muchos de ellos no tendrán necesariamente la rapidez necesaria para alcanzar y mantenerse al ritmo que requiere el proceso que vive el mundo globalizado.

El fenómeno de la globalización ha aumentado la competencia entre compañías en todo el mundo. Hoy en día para obtener éxito y sobresalir, tanto las compañías como los individuos deben necesariamente manejar y comprender este nuevo reto de formar parte de un mercado global y con cada día menos fronteras.


Nos trasladamos al caso venezolano, para referirnos a tres casos específicos:


En un mundo globalizado "puro", sin barreras comerciales ni políticas (en forma de aranceles o de obstáculos no arancelarios), la pequeña cooperativa de zapatos "Pretty Feet" (su nombre, en el idioma inglés, refleja la influencia en ella del proceso de globalización) ubicada en el Barrio José Félix Rivas de Petare tiene probablemente menos oportunidades dentro de un mundo que se encuentra en un proceso cada vez más acelerado de globalización. Pero las sigue teniendo, para progresar y crecer, más allá de simplemente subsistir.

Si superamos la simplista visión del mercado dominado únicamente por el precio del producto final, de las economías de escala, podemos ver más allá y encontrar nichos donde un producto único tiene oportunidad.

Por una parte, la producción en masa no está preparada para manejar pequeños pedidos ni trabajos especiales. Además, las grandes fábricas también requieren, de otras pequeñas, los elementos que utilizan en sus líneas de producción. Es decir, en muchos campos, las empresas grandes y las pequeñas no pueden sostenerse las unas sin las otras.

La zapatería local puede ofrecer un producto distinto, también, por su contenido cultural, distinto en lo separado a lo obligatoriamente homogeneizado que ofrece un mercado globalizado centrado exclusivamente en las economías de escala.

Por otro lado, si la zapatería cuenta con acceso a los 'recursos humanos' apropiados, o a las fuentes de financiación para un adecuado proceso de investigación y desarrollo, podría dirigir sus esfuerzos en este camino y encontrar y producir así una ventaja competitiva que sea única o propia, permitiéndole competir en el ámbito nacional y entrar con pie firme en el mercado global.

El personaje que motive e impulse tal cambio deberá poseer un alto grado de coraje y visión, además, requerirá de dotes de líder político para convencer a sus "socios", un proceso con sus propias y seguramente interesantes complicaciones dentro de una estructura de cooperativa.

Además, tanto en el caso de los consumidores locales como los globales, los cooperativistas deben entender la necesidad de invertir en las investigaciones que les permitan tomar decisiones informadas, es decir, conocer las oportunidades, obstáculos, proveedores, distribuidores, precios y competidores de los productos que quiere vender, información sin la cual no será posible formular una estrategia local y exportadora eficaz.

Como es natural, no es común o al menos no es fácil imaginar la existencia de esos bien entrenados y experimentados especialistas dentro de nuestra cooperativa petareña. Por otro lado, sin tales profesionales capaces de, al menos, levantar un plan estructurado, difícilmente se asegurarán los importantes recursos económicos necesarios para toda la investigación y desarrollo y posterior fabricación adecuada. No será nunca suficiente uno de los bien intencionados micro créditos oficiales para avanzar.

La realidad es que, aunque hay ejemplos de éxito en países del tercer mundo, han sido muy pocas las micro empresas y pequeñas PyMEs de América Latina que tienen acceso a tales inversiones financieras o humanas. Por ello, muchas, entre las más atrevidas, han preferido seguir sus instintos, intuiciones y algo de la información recuperada de los medios de comunicación. Es verdad que este enfoque ha funcionado, pero solo excepcionalmente. Casi siempre los impulsos apoyados de puro músculo financiero oficial o privado y la valentía en estos sectores, sin la amplia y masiva asesoría técnica, han terminado con la quiebra, y la consiguiente ruina para comunidades enteras y para las economías nacionales.

Por otro lado está @dv@nce, una pequeña empresa de software ubicada en los Palos Grandes. Ésta, aunque también requiere de inversiones y estudios de mercado, creemos que goza de tres significativas ventajas en relación con la zapatería.

Primero, no se requiere de inversiones de tan alto alcance como las necesarias para un proceso de fabricación de bienes tangibles.
Segundo, es de suponer que los ejecutivos y trabajadores de la empresa de software gozan de un nivel de educación que les permite conocer mejor y aceptar más fácilmente la necesidad de estudios de mercado y de investigación y desarrollo.
Por último, la estructura de la organización hace mas fácil la toma de decisiones, siendo solo necesario que la gerencia, además de ordenar los cambios, tenga la capacidad de convencer y motivar al resto del equipo.

Las pequeñas y medianas empresas hacen contribuciones significativas tanto a los países desarrollados como a los que se encuentran en vías de desarrollo. Incluso, en el caso de los últimos, las PyMes han hecho grandes contribuciones en lo que se refiere a la reducción de la pobreza. A pesar de que nuestra pequeña empresa de software opera en industrias menos globalizadas, igualmente puede y seguramente experimentará, los efectos del proceso de la globalización. Por ejemplo, la liberalización del comercio significa menores costos de importación.

El tema del "software libre" podría significar un peligro para una organización que quiera centrarse en crear capital intelectual, de cumplirse los pronósticos de algunos analistas que auguran la 'comodatización' del software. Esta decisión, continuar o no como fábrica de software ante ese potencial futuro, puede ser de gran trascendencia para el futuro mediano, pero la adaptación, aunque trabajosa, no sería monstruosa (aunque peligrosa de no hacerse a tiempo), ya que podría la organización convertirse en una empresa de servicios de software, o, adaptarse a decisiones más drásticas, como, por ejemplo, decidir dejar el negocio de desarrollo de software, para dedicarse a la consultoría y la tercerización.

Ahora bien, como producto de sus estudios de mercado podría llegar esta empresa a la conclusión de que no cuenta con todos los especialistas indicados para atacar el mercado internacional que encontraron más atractivo. Aquí, irónicamente, entra en juego la posibilidad de enlazarse y asociarse, a modo de cooperativa, con otras empresas complementarias. Esto le permitiría "crecer automáticamente", bajo esquemas de cooperación y asociatividad empresarial para afrontar los grandes cambios generados por el mercado globalizado y así poder responder eficazmente a las necesidades emergentes. De este modo, aumentará la capacidad para generar nuevos productos y servicios diferenciadores e integrar soluciones para mantenerse siempre vigente dentro del mundo tan cambiante de la tecnología. Así mismo, se espera que las empresas asociadas cuenten con alguna trayectoria y focos de negocios especializados y reconozcan la significación de estar en constante investigación y desarrollo de productos y servicios asociados a las TIC.

Hay que hacer notar otra diferencia importante entre la zapatería que quiere entrar al mercado globalizado y la industria de software. La primera requerirá de importantes inversiones en instalaciones y maquinaria, pudiendo funcionar con un pequeño grupo de expertos y un gran grupo de empleados (cooperativistas) no tan especializados, mientras que la empresa de software está obligada a contar con personal de características bien distintas, más tecnificado, concentrando su inversión en este aspecto, pero con menos uso de infraestructura.

¿Y que pasa con Patricia Cernik, estudiante de la Universidad Metropolitana? Creemos que es este personaje el más favorecido, si esta inmerso en el paisaje descrito al comienzo, es decir, en un mundo globalizado "puro", sin barreras comerciales ni políticas, tampoco para la mano de obra y de los servicios intelectuales. No hay, creemos, discusión alguna, que, para un joven profesional bien preparado, sería una fascinante aventura ofrecer sus servicios en un mundo sin fronteras…

Es muy importante destacar la importancia de la existencia del Internet para ella o para cualquier otro estudiante de la UNIMET. Gracias a este importantísimo factor de la globalización, se ha acelerado el proceso de comunicaciones a escala mundial. A través de Internet, Patricia se comunica de manera inmediata y sin costos importantes con familiares en Austria y con amigos y conocidos en todo el mundo. Al mismo tiempo le permite realizar consultas para apoyar y complementar sus clases y para realizar investigaciones para trabajos. Gracias a esto, rinde mejor su tiempo y es más efectiva a la hora de realizar sus tareas tanto universitarias, como laborales.

Estas no son las únicas oportunidades que le ofrece el mundo globalizado a Patricia. El intercambio cultural acelerado, permite que antes de salir al mercado laboral, logre el dominio de varios idiomas dentro de la misma universidad, los cuales le abrirán aun más puertas a la hora de querer trasladarse a realizar estudios adicionales en el exterior o de trabajar en empresas trasnacionales. Adicionalmente, como estudiante de la UNIMET, tiene también la posibilidad de participar en numerosas competencias internacionales de las que forman parte hasta cientos de universidades de todo el mundo. El intercambio de culturas y conocimientos que se experimenta en competencias de este estilo es inspirador y claro está que esto no sería posible en un mundo no globalizado.

A pesar de todo esto, no podemos olvidarnos de la competencia que se genera internacionalmente en el ámbito laboral al eliminar barreras y generar tantas facilidades. Esto significa que estos estudiantes ya no compiten sólo con el resto de los venezolanos, compiten con todos y cada uno de los habitantes del mundo. Un estudiante cualquiera de la Universidad Metropolitana, o para los efectos de cualquier universidad venezolana, debe esforzarse por superarse en todos los aspectos necesarios para así poder destacarse y tener la posibilidad de competir con estudiantes de universidades de países desarrollados que ofrecen aún mayor cantidad de oportunidades y que son más reconocidas mundialmente a la hora de buscar empleo.

Las consecuencias no son muy positivas, lamentablemente, para los países menos preparados o deseosos de mantener sus mejores mentes. Quizás, algún organismo global podría encontrar la manera de incentivar a los locales a permanecer en sus países. Una fórmula, en el ámbito deportivo, podría ser adaptar las ideas usadas por las ligas de ciertos deportes profesionales, donde los equipos mas poderosos deben financiar las posibilidades de equipos menores para permitirles también lograr buenos jugadores.

Por otro lado, independientemente de la llegada de ese mundo (ideal o no) ultra globalizado y abierto, será inevitable el crecimiento de otros modos de intercambio comercial y profesional, ante el ritmo acelerado del cambio tecnológico y la creciente implantación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Esto permitirá que quienes estén mejor preparados, puedan colocar y ejercer sus habilidades intelectuales a través de las geografías y las fronteras artificiales.

Fuente: Patricia Cernik V.

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