Miscelánea

¿El mundo está preparado para una moneda global?

Las escuelas de negocios nos enseñan que los tipos de cambio son y han sido un dolor de cabeza para las multinacionales, empresarios, bancos de inversión e incluso para el viajero. Su evolución ha pasado desde la época de los bi-metales, pasando por el estándar de oro y sistema Bretton Woods (tratados particulares entre naciones),  hasta la actual liberación del tipo de cambio bajo el gobierno de Reagan, lo que gatilló la fluctuación cambiara a la cual estamos expuestos hoy,  y bajo la cual operan las transacciones internacionales.

Esta flotación cambiara, regulada o completamente flotante, ha permitido que la tasa de cambio entre naciones sea ajustada bajo el modelo de libre mercado y sean aplicadas las variables de riesgo de cada nación y su interrelación entre economías. Hoy el FOREX (Mercado Electrónico de Divisas), es el mercado más grande a escala mundial, con transacciones diarias por casi 4 billones de dólares diarios, los cuales están divididos principalmente en spot, forward, swap y opciones.

Por otra parte, luego de la segunda guerra mundial, el dólar ha sido la moneda de mayor demanda global y bajo la cual se realiza el mayor número de transacciones internacionales. El Federal Reserve Bank of New York señala que hay aproximadamente $829 millardos de dólares en circulación, de los cuales su mayoría se encuentra en el extranjero. Además cuando se analiza la distribución por tipo de divisa que el Fondo Monetario Internacional mantiene, sobre el 40% es en dólares, seguido por el Euro con un 37.4%.

Obviamente para los Estados Unidos, el hecho que el dólar sea la moneda de mayor uso y bajo la cual se mueve la economía global, tiene ciertas ventajas. Estas ventajas incluyen desde tener mayor control sobre el precio de los insumos provenientes desde el extranjero, hasta el poder que tiene el País frente a otras economías que son dólar-dependientes. No es de menor importancia que la balanza de pago de Estados Unidos este fuertemente inclinada hacia la importación a nivel de cuenta corriente y al ingreso de inversión bajo la cuenta de capital, haciendo que la economía de Estados Unidos sea un ancla de otras economías.

Bajo esta premisa, ciertos grupos han abierto la discusión sobre cuál será el rumbo de la economía, la actividad cambiaria y el dólar como tipo de cambio. Rusia y China se han manifestado frente a estos temas y han propuesto soluciones que primero, llevan a la des-dolarizar de la economía mundial y junto a esto a una moneda única.  Uno de los principales actores de este movimiento ha sido el Primer Ministro de Rusia, Dimitri Medvedev, el cual hizo presentación de la moneda global a mediados del 2009.

Esto nos lleva a preguntarnos, ¿Por qué se ha iniciado a esta discusión?, y ¿Cuáles son sus implicaciones?

Primero veamos los problemas del sistema actual de múltiples tipos de cambio, bajo el concepto más básico, el de un viajero. Digamos que usted se prepara para ir a Europa, usted vive en Estados Unidos, por lo tanto deberá cambiar dólares por Euros pero además piensa en ir a Inglaterra, por lo que también requerirá libras. El primer problema se presenta al realizar el cambio de las divisas, ya que claramente esto es un negocio y por ello las agencias de cambio y bancos le cobrarán por la transacción en términos de tasa de cambio utilizada. Lo segundo es el tiempo que usted utilizará en realizar el cambio de divisa, ya que mal que mal, tiempo es dinero.

Si ahora sumamos que para su mala suerte usted perdió su avión a Londres, esto implica que no podrá hacer uso de las libras que había cambiado. Al regresar a Estados Unidos esas libras deben ser llevadas nuevamente a dólares y esta transacción tendrá otro costo en transacción y tiempo. Ahora siguiendo el ejercicio financiero, multipliquemos el volumen de transacciones en cientos y los montos por millones, esta es la realidad de las multinacionales, bancos de inversión y otras entidades de similar tamaño. Una moneda global permitiría una reducción sustancial de tiempo y costos relacionados con la realización actividades en el extranjero, lo que podría abrir oportunidades de intercambio internacional que hoy no existen. Para países que desean abrir su mercado internacional, pero donde su moneda no es de amplio uso internacional, una moneda global puede ser una opción.

El segundo punto de discusión está relacionado con el destronar al dólar como la moneda de mayor uso internacional. El análisis de esta posibilidad no solo tiene relación con el control económico que esto permite a los Estados Unidos, si no con lo que ha sucedido en los últimos años con el prestigio y validez del dólar como moneda. Las continuas fluctuaciones del dólar, debido a la situación interna de la economía norteamericana, hacen que países de alta transacción en dólares se vean afectados. Grandes exportadores de bienes y servicios a Estados Unidos, ven sus productos fluctuar en precio de forma inestable y lo mismo sucede con la inversión extranjera. El riesgo es uno de los factores que cualquier productor e inversionista trata de evitar y el dólar ya no se percibe como una herramienta para disminuir ese riesgo sistémico.

Pese a existir claras ventajas de un sistema monetario único y el llevar las transacciones internacionales bajo esa vía, no es tarea sencilla de llevar a cabo. Países tienen diversas necesidades y estructuras, donde la libertad de aplicar políticas monetarias individuales les permite la flexibilidad que una moneda única no entrega. Luego aparecen otras incógnitas como, quien se haría cargo de esta moneda y la política monetaria global, intercediendo por países en situaciones de desventaja o con una menor actividad económica. Ya se ha visto con la actual situación del Grecia y España, que aun cuando las políticas de colaboración internacional suenan bien en papel, son difíciles de aplicar.  Aún queda mucho por analizar y discutir, por ahora solo el futuro nos dirá si este nuevo mundo globalizado será capaz llevar este sistema monetario único a la práctica.

El autor es Dir. Administración y Finanzas / Académico de Innova College – Business School.

Fuente: Mario Herane – miamidiario.com

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