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Alimentos «orgánicos» ¿Son realmente mejores que los «inorgánicos»?

El científico, José Miguel Mulet, opina que el movimiento pro alimentos orgánicos está influenciado por motivos ideológicos y no por bases científicas sólidas.

"Los alimentos orgánicos tienen más riesgos sanitarios y no son mejores para el medio ambiente", así indicó el científico español, José Miguel Mulet, doctor en química y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, quien publicó el resultado de su trabajo científico en el libro "Los productos naturales ¡vaya timo!".

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos define los alimentos orgánicos como "aquellos que se siembran, cultivan y cosechan usando recursos renovables y cuidando la conservación del suelo y el agua".

La meta de este tipo de agricultura es minimizar el impacto ambiental. Por ejemplo, al ganado y a las aves no se le dan antibióticos u hormonas de crecimiento. Los vegetales se producen sin usar pesticidas o fertilizantes tradicionales. 

Aunque muchas personas invierten más comprando productos orgánicos creyendo que son más saludables y mejores para el ambiente, el investigador español alega que no existe evidencia científica de que éstos sean mejores para la salud o el medio ambiente. 

En su libro, Mulet habla de todos los mitos que rodean al mercado de "lo natural" y clarifica que el movimiento pro alimentos orgánicos está muy influenciado por motivos ideológicos y no tiene una base científica sólida.

La palabra natural "sólo hace referencia al origen, no indica que sea mejor o peor," destacó el científico.

Por ejemplo, una analogía que el autor presenta en su libro es que la bacteria E. coli es muy natural pero ha causado líos de envenenamiento con alimentos en Estados Unidos y Europa.

La E. coli es una bacteria fecal y algunos tipos de agricultura orgánica utilizan fertilizantes naturales que son ricos en esta bacteria y ocasionan problemas de vez en cuando. 

"La agricultura orgánica apela a nuestras emociones, no a nuestra razón. Todos queremos proteger el medio ambiente", argumentó el científico.

"La realidad es que la ola de los productos orgánicos tiene poco de científico y mucho de ideológico. Hoy por hoy, el que un alimento sea orgánico no garantiza que sea mejor para el medio ambiente, ni más sano, ni que esté más bueno.", añadió. 

Según Mulet, se han completado cientos de estudios comparando la calidad nutricional y los efectos a la salud de los alimentos tradicionales y los orgánicos.

La conclusión fue que, en general, las propiedades eran similares a pesar de que el precio de los alimentos orgánicos puede llegar a ser tres o cuatro veces más alto. 

Contrario a la creencia popular, la agricultura ecológica también utiliza fertilizantes o plaguicidas, pero no siempre son los más eficientes.

Hay insecticidas o fertilizantes tradicionales mucho más específicos y menos agresivos para el medio ambiente, pero no los utilizan por ser considerados "artificiales".

Además, continuó el científico, al emplear técnicas de cultivo que no ofrecen la mejor producción necesitan más suelo agrícola para alimentar a todo el mundo, se tiene que quitar al bosque o a la selva, lo que lleva a más deforestación.

"Resulta una producción que de ecológica tiene poco", reveló Mulet. 

Desde el punto de vista del impacto ambiental, muchas prácticas autorizadas en agricultura ecológica suponen un mayor nivel de emisiones de dióxido de carbono (CO2) o de otros gases de efecto invernadero como metano u óxido nitroso.

 El científico concluyó diciendo que distinguir entre los alimentos orgánicos y los no-orgánicos crea una dicotomía falsa.

Lo más respetuoso para el medio ambiente es consumir productos con un proceso de producción optimizado, de forma que sus emisiones y su impacto sean lo menor posible", detalló.

Lo que la gente debe hacer, sugirió Mulet, es consumir lo que mejor se ajuste a sus bolsillos. Y sobre todo, que intenten consumir productos de la agricultura local. 

Fuente Ciencia PR.

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Fuente: Alex Fernández Muerza y Wilson González-Espada – http://dialogodigital.upr.edu / Ciencia PR

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