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Mercados bursátiles de Latinoamérica, de la euforia a la depresión

Los mercados bursátiles de América Latina se mostraban saludables y esperanzados a mitad del 2008, sin el menor indicio de que la tormenta perfecta estaba a punto de desatarse en Estados Unidos para destruir todo lo que encontrara a su camino.

El vendaval arrasó bonos, monedas y bolsas de la región, que en algunos casos tocaron valores completamente inesperados semanas después de haber registrado máximos históricos.

El ejemplo más paradigmático fue la potencia sudamericana, Brasil, donde el índice líder Bovespa pasó de la euforia al alcanzar en mayo su máximo histórico de 73.920,38 puntos a la depresión de caer un 41,2 por ciento en el 2008, su peor año desde 1972.

Pese a los esperanzados análisis que se escuchaban a mediados de año, América Latina no logró desacoplarse de la crisis financiera, que comenzó con el colapso del mercado de hipotecas en Estados Unidos y pasó a ser una desaceleración global que muchos comparan con la depresión de 1930.

De la turbulencia financiera inicial en Estados Unidos y Europa se pasó a un escenario aún más complejo para la región cuando los precios internacionales de sus principales rubros de exportación también cayeron en picada.

El crudo que exportan Brasil, México, Venezuela y Ecuador, la soja que venden Argentina y Brasil, el cobre chileno, el café para Colombia y Brasil y los metales peruanos sufrieron fuertes pérdidas.

Y la recesión de las potencias globales aleja la posibilidad de una recuperación importante de los precios de los bienes primarios, por lo que seguirán sufriendo las principales empresas que cotizan en las bolsas de la región, que ahora se aferra a la demanda de China.

"El 2008 demostró que los mercados emergentes no estaban tan desacoplados de la crisis de hipotecas de Estados Unidos. Este problema perjudicó a los 'commodities' (materias primas) y por ende a los mercados de la región, afectando a las bolsas", dijo Marcelo Trovato, analista de Caja Social de Inversiones en Argentina.

El ciclo de oro que vivió la región en los últimos años, de baja inflación y alto crecimiento, entre otras cosas gracias a los elevados precios de las materias primas, está llegando a su fin y las plazas bursátiles son un exponente.

El mercado bursátil mexicano, que se acercó a su máximo histórico en abril, cerró sus operaciones el martes -penúltima rueda del año- acumulando una caída anual del 24,1 por ciento.

Argentina, que también en mayo se acercaba al máximo histórico que había alcanzado en octubre del 2007, concluyó el año con un retroceso de casi un 50 por ciento, en su peor desempeño desde 1992.

El IPSA, de las 40 acciones líderes chilenas, cerró el 2008 con una baja de un 22,1 por ciento.

"El 2008 es un año que va a quedar en nuestra memoria como uno de los peores en la historia del mercado, pero también como el año en que le dimos un completo nuevo significado a la palabra 'riesgo", dijo BICE Inversiones en un reporte en Chile.

Incertidumbre en 2009

El escenario para el 2009 es incierto mientras los gobiernos de los países más ricos del planeta siguen tomando medidas para frenar la caída de sus economías.

Los Gobiernos de América Latina también buscan apuntalar sus economías domésticas con un sinfín de medidas de estímulo, mientras organismos como el Fondo Monetario Internacional vuelven al ruedo con posibles líneas de crédito, luego de pasar los últimos años cobrando viejas deudas.

"Vamos a seguir muy cerca del piso, intentando aguantar", dijo Adolfo Lazaro, un operador de BullTick Capital Markets en México al proyectar los primeros meses del 2009 para los mercados de la región.

Diciembre mostró síntomas de recuperación en los índices bursátiles de la región, pero los analistas y los operadores prefieren la cautela a la hora de proyectar.

El principal índice de la Bolsa de México, el IPC, "podría ver volatilidad durante el primer semestre, pero se recuperaría en la segunda parte del año", dijo Jaime Ascencio, analista de Actinver operadora de Fondos en México.

La región esperará el efecto de las medidas de estímulo aplicadas a nivel global y rezará porque no se apague la demanda de China. Mientras tanto, transitar los mercados será una tarea que requerirá audacia.

"El 2009 será un año de grandes negocios cortoplacistas, ya que si bien espero una menor volatilidad y que lo peor de la crisis financiera ya pasó, todavía no podemos decir que la crisis económica lo haya hecho", concluyó Trovato.

Publicado por José Hurtado en economiayfinanzasdeperu.blogspot.com con material original de Lucas Bergman (reporte adicional de Lizbeth Salazar y Michael O'Boyle en México, Walter Bianchi y Guido Nejamkis en Buenos Aires y Antonio De la Jara en Chile; Editado por César Illiano).

Fuente: José Hurtado – economiayfinanzasdeperu.blogspot.com

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