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Nuevo BMW M6, solo para un público selecto

■ La firma reversiona el modelo con motivo del 40 cumpleaños de BMW M GmbH.
■ 144.000 euros será el precio del M6 Coupé y 154.000 euros para el modelo Cabrio que los interesados ya pueden encargar.
■ Este dos puertas se presenta infinitamente elegante con una carrocería no muy estirada y de visibilidad algo escasa.

Hace 40 años que se fundó la empresa BMW M GmbH, aunque por aquel entonces su nombre oficial era BMW Motorsport GmbH.

Desde entonces, la fábrica deportiva se ha dedicado casi en exclusividad a mejorar estética y técnicamente los modelos de serie de BMW, y también ofrece cursos de conducción para los que deseen hacerse con un de sus bólidos de altas prestaciones. Y qué mejor regalo para este aniversario que la nueva reedición del M6.

Es oír la letra M y los aficionados a los BMW ya piensan en deportividad al máximo nivel y en un desarrollo imponente de la potencia. Seguro que nadie se atreve a poner en duda que la nueva apuesta de la marca M GmbH muestra una figura extraordinariamente atlética y musculada, como tampoco que su tiempo de aceleración de 4,2 segundos le hace situarse en los primeros puestos de la escala.
 
Sin embargo, esta posición no es gratuita, ya que 144.000 euros será el precio del M6 Coupé, que estará disponible en los concesionarios a partir de septiembre, y 154.000 euros el del modelo Cabrio que ya se puede encargar.
 
Un coche que, efectivamente, no se puede permitir cualquiera, pero que además tampoco debería permitirse cualquiera. Según afirman seguros de sí mismos desde la oficina de prensa de BMW: "durante la semana, los clientes de un M6 disfrutan de un Serie 7 con chófer". Por lo tanto, parece que el M6 no será en ningún caso el coche principal del parque móvil de su futuro propietario.

Desde entonces, la fábrica deportiva se ha dedicado casi en exclusividad a mejorar estética y técnicamente los modelos de serie de BMW, y también ofrece cursos de conducción para los que deseen hacerse con un de sus bólidos de altas prestaciones. Y qué mejor regalo para este aniversario que la nueva reedición del M6.
 
Su tiempo de aceleración de 4,2 segundos le sitúa en los primeros puestos de la escala. Es oír la letra M y los aficionados a los BMW ya piensan en deportividad al máximo nivel y en un desarrollo imponente de la potencia. Seguro que nadie se atreve a poner en duda que la nueva apuesta de la marca M GmbH muestra una figura extraordinariamente atlética y musculada, como tampoco que su tiempo de aceleración de 4,2 segundos le hace situarse en los primeros puestos de la escala.
 
Sin embargo, esta posición no es gratuita, ya que 144.000 euros será el precio del M6 Coupé, que estará disponible en los concesionarios a partir de septiembre, y 154.000 euros el del modelo Cabrio que ya se puede encargar.
 
Un coche que, efectivamente, no se puede permitir cualquiera, pero que además tampoco debería permitirse cualquiera. Según afirman seguros de sí mismos desde la oficina de prensa de BMW: "durante la semana, los clientes de un M6 disfrutan de un Serie 7 con chófer". Por lo tanto, parece que el M6 no será en ningún caso el coche principal del parque móvil de su futuro propietario.
 
Derroche discreto de personalidad
 
Y no será por falta de cualidades en lo que respecta a su puesta en escena, ya que los diseñadores de BMW han logrado no sucumbir a la tendencia hacia una voluptuosidad excesiva y, en cambio, en ocasiones uno echa en falta una dosis adicional de chulería. En lugar de eso, este dos puertas se presenta infinitamente elegante con una carrocería no muy estirada y de visibilidad algo escasa.
 
Nuevas tomas de aire, difusor trasero con doble tubo de escape, rejillas de ventilación en los laterales y, en el caso del Coupé, un techo modelado hecho en material de fibra de carbono son algunas de las características que le otorgan toda su fuerza estética.
 
El interior tampoco se diferencia mucho del Serie 6 convencional -quizá el volante resulta un poco grande para tratarse de una versión deportiva-, pero la parte trasera se ha reducido casi a la nada, por lo que el M6 no resultaría funcional como primer vehículo de una familia.
 
Turbo V8 en lugar de un propulsor de 10 cilindros
 
En esta nueva reedición, el motor de diez cilindros y 5,0 litros de cilindrada ha sido sustituido por una mecánica de ocho cilindros y 4,4 litros que compensa su menor cilindrada con dos turbocompresores Twin Scroll.

Al igual que en el actual M5, el propulsor de inyección directa montado en la Serie 6 desarrolla 560 CV, 43 CV más que su predecesor. El par motor máximo, disponible entre las 1.500 y las 5.700 vueltas, se ha incrementado hasta los 680 Nm, una evidente diferencia con respecto al V10, cuyas prestaciones eran de 580 Nm no antes de las 6.100 vueltas.
 
Tras pulsar un botón, y acompañado de un profundo rugido, el turbo se despierta de su letargo y, tras familiarizarnos con la lógica de cambio algo inesperada del cambio de doble embrague de siete velocidades-solo en EE. UU. hay disponible un cambio manual de seis marchas-, ya podemos ponernos en marcha. 
 
Pero con cuidado, puesto que el M6 es rápido. Muy rápido, incluso. Un solo parpadeo y ya rodamos –o superamos– los 50 km/h; transcurridos algo más de 4 segundos nuestra velocidad alcanza, como por arte de magia, los 90 km/h y poco después la aguja ya muestra la velocidad máxima regulada de 250 km/h.

 
Más de 300 km/h
 
Si el lapso de tiempo entre el inicio de la aceleración y la entrada en funcionamiento de la regulación electrónica de la velocidad le resulta demasiado corto a alguien, también puede solicitar el incremento de la velocidad máxima hasta los 305 km/h. Su precio es superior a los 2.000 euros, pero incluye un curso de conducción específico.

Sin ningún tipo de limitación el Coupé alcanzaría los 325 km/h -310 km/h en el caso del Cabrio- antes de que la resistencia aerodinámica pusiera coto a su despliegue de potencia.
 
También es posible regular la sensibilidad con la que el M6 reacciona a los toques del pedal, al igual que la dureza del tren de rodaje, la resistencia direccional y la estrategia de cambio, es decir, uno puede cambiar de marchas a voluntad con la ayuda de las levas o con la habitual palanca de cambio.
 
Lo que sí ha de superar siempre el M6 es un efecto turbo de una fracción de segundo antes de que las ruedas traseras trasladen toda la fuerza al asfalto.
 
El V10 tenía una respuesta ligeramente más directa, aunque de la presión que nos empuja contra el asiento solo podemos disfrutar con un turbo. Y solo cuando la carretera se encuentra en buenas condiciones, ya que de lo contrario las gomas de 295 mm en el eje trasero tienen ciertos problemas, el M6 no tiene dificultades en trasladar todo el par motor al asfalto. Incluso sobre un piso mojado el indicador del ESP se iluminó en alguna que otra ocasión.
 
Sumamente preciso
 
La tendencia a sobrevirar es algo que se puede aprovechar magníficamente si uno quiere trazar la curva de forma dinámica; para ello se puede desactivar a medias el sistema de estabilidad, lo que permite alcanzar un buen ángulo de derrape.

Sin embargo, el M6 de 1.900 kg de peso es extremadamente ágil y también sabe trazar una curva de forma elegante y precisa, ya que –a diferencia del Serie 6 normal– cuenta con una dirección asistida hidráulica en lugar de electromecánica, que ofrece al conductor una respuesta aún más directa.
 
Todos los M6 están equipados con un excelente y seguro sistema de frenos que, de forma opcional y por casi 10.000 euros más, se puede sustituir por un sistema de frenos cerámicos de fibra de carbono aún más eficientes, aunque solo en combinación con las ruedas de 20 pulgadas de 2.000 euros.
 
A pesar de que el nuevo M6 ha aumentado considerablemente su potencia, en condiciones de laboratorio su consumo se ha reducido en casi un tercio: hasta los 10,6 litros. El Coupé logra incluso un consumo de 9,9 litros.
 
Sin embargo, para poder firmar estas cifras el conductor ha de moderarse bastante y mantener bajo control su pie derecho, ya que de lo contrario podría registrar cifras más cercanas a los 20 litros. Además del peligro que tiene avanzar a paso de tortuga, este experimento también esconde otro riesgo: el de no encontrarle sentido al conjunto.

Fuente: 20minutos.es

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