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Comunicación y Liderazgo, una simbiosis indispensable

En su comprensión más sencilla, las comunicaciones en las organizaciones se definen como la difusión de informaciones de interés general o particular para los públicos que conviven en la organización o que comparten un en espacio común, ya sea físico o virtual, y de manera permanente o eventual. Dependiendo del tamaño y la dinámica de la empresa, a las comunicaciones se les definirá sus funciones y responsabilidades.

De manera natural, aunque planificada, el ejercicio de las comunicaciones suele ampliarse en función de las complejidades que vaya adquiriendo la organización, hasta convertirse en un área estratégica, y hará uso de los medios que mejor le convenga para cubrir sus necesidades (medios tradicionales como boletines, carteleras, memorandos, etcétera y medios más modernos como video carteleras, correos electrónicos, redes/medios sociales, entre otros).

Ahora bien, en teoría y en la norma general del "deber ser", la comunicación interna es una función indispensable para cualquier organización que desee ser exitosa, y eso es lo mismo que decir que es para todas las empresas porque todas desean ser exitosas.

En este campo, una de las premisas fundamentales es que la comunicación interna está estrechamente relacionada con el liderazgo. Es un círculo virtuoso que debe funcionar armoniosamente.

En la primera parte de este círculo tenemos una de las consecuencias inseparables del ejercicio de las comunicaciones, y es que "según sea el estilo comunicacional de la organización así mismo será percibido el estilo del liderazgo", por los públicos internos y externos, y en la segunda parte del círculo vemos cómo "las comunicaciones son el reflejo del liderazgo".

Es una relación bidireccional, simbiótica, que no tiene un principio y un final, sino que operan paralelamente y se construyen de la mano.

Por eso es fundamental que el líder moderno tenga formación en temas de comunicación efectiva y, además, la ponga en práctica, porque podrá visualizar de manera más clara la importancia de la oficina de comunicaciones, de igual forma, disponer de los recursos necesarios para fortalecerla.

Por un lado porque si este conjunto de percepciones sobre el liderazgo se forman de manera natural, derivados de la interacción cotidiana, es una extraordinaria oportunidad para trabajarla de manera formal, metódica y planificada y así obtener los resultados deseados en el campo de la identidad y la imagen corporativas.

Asimismo, la oficina de comunicaciones al ser vista como un área estratégica ya no será tan sensible a los típicos recortes financieros que suelen padecer en tiempos de crisis. Por el contrario, seguramente formarán parte de la estrategia general para salir adelante.

Fuente: Gabriel De Freitas
Socio-Director, ConComunicaciones
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Twitter: @dfgabriel / @ConComunica
www.concomunicaciones.com

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