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La automedicación no es la opción

Qué le parece… "Un antibiótico para el resfrío. Un analgésico para el dolor de cabeza. Una vitamina para estar fuerte. Un calmante para la molestia en la espalda. Una pastillita para dormir… Y todo por decisión propia o por consejo de algún amigo o vecino. Nada de consultar a un médico" (Iglesias, 2004). ¿Acaso le resulta familiar? ¿Cuántas veces, en vez de ir con un médico o un especialista, usted decide qué es lo mejor para tratar su enfermedad? o ¿Cuántas veces ha ofrecido un medicamento que normalmente usted consume, a otras personas sin haber consultado a un médico? o simplemente ¿alguna vez se ha detenido a leer las indicaciones del medicamento? Si usted realiza alguna  de las dos acciones de las dos primeras preguntas o si responde que no a la tercera, tal vez usted no esté enterado del daño que ocasiona la automedicación.

Desde hace mucho tiempo, comenzó la producción de medicamentos, que son sustancias que se administran con el fin de curar a las personas u organismos por medio de distintos principios activos, los cuales dependen de la función que se requiera.

Hay distintos tipos de medicamentos y diferentes clasificaciones de éstos. Por ejemplo, hay medicamentos que para poder ser administrados, se necesita la supervisión o prescripción médica, mientras que hay otros que no necesitan de la prescripción del médico. (Historia del medicamento, 2008)

Sin embargo, mucha gente consume medicamentos sin saber o aun sabiendo que necesitan de una receta médica o al menos saber las indicaciones para ingerirlos. Al acto de tomar medicina sin haber consultado a un médico o especialista se le denomina automedicación. Según la OMS, la automedicación es la "selección y uso de los medicamentos, que no requieren prescripción, por parte de las personas, con el propósito de tratar enfermedades o síntomas que ellos mismos pueden identificar" (Zimmer, 2006). La automedicación o auto-prescripción es un grave problema hoy en día. Esto no sólo sucede en México, sino en muchos otros países. Este problema afecta a gran parte de la población, incluyendo a personas de todas las edades y de todos los niveles sociales.

El término de automedicación abarca a todos los medicamentos que se consumen sin prescripción médica, lo cual quiere decir que no sólo tomar medicamentos para curar gripe o dolor de estómago es auto-medicarse, sino también incluye a productos farmacéuticos como son los sedantes. Muchas personas se auto-prescriben y es por eso, que considero importante hablar de este tema en el que mucha gente se ve involucrada. En este ensayo, voy a exponer las principales causas que llevan a la gente a tomar la decisión de auto-medicarse, así como también expondré las consecuencias de la automedicación en las personas. Y para finalizar, expondré algunas formas para evitar la automedicación o intentar ponerle un alto a esta práctica.  

Las causas de la automedicación son varias, mas en este ensayo sólo tomaré en cuenta las que considero son las principales: la economía y la influencia de la familia, amigos o conocidos. En cuanto a la economía, podemos dividir las causas en sub-categorías, por ejemplo: consulta médica, costo de medicamentos y salario o estado económico. Gran parte de la población gana tan sólo el salario mínimo. Con esto, muchas familias deciden ahorrarse el dinero que tienen que pagar por la consulta y por el medicamento recetado, que por si fuera poco, también tienen precios elevados la mayoría de éstos. Así que hasta pueden terminar comprando medicamentos genéricos, que son muy parecidos a los medicamentos de patente ya que contienen los mismo principios activos, sólo que son de menor precio y su actividad en el organismo, es menor que uno de patente.

Los médicos tiene que cobrar por su trabajo, por razones obvias, y muchos de ellos, en especial los que tienen un alto grado de estudios o especialidad y a los cuales les podríamos llamar "los mejores o los buenos doctores", cobran la consulta a un precio demasiado elevado que no todos pueden pagar, además la mayoría de éstos recetan uno o varios medicamentos dependiendo del caso y estos medicamentos, la mayoría de las veces, son costosos.

En México por ejemplo, la mayoría de la población es de clase media o baja. Muy poca gente pertenece a la clase alta, que no sufre de necesidades por razones económicas. He aquí unas cifras sobre el estado económico de la población:

El número de mexicanos en condiciones de pobreza patrimonial se situó en 44.7 millones (42.6 por ciento del total de la población), es decir, cada uno tenía un ingreso mensual hasta de mil 625 pesos, monto menor al necesario para cubrir el patrón de consumo básico de alimentación, vestido, calzado, vivienda, salud, transporte público y educación. (León, 2007)

Éstas son razones para practicar la automedicación, ya que de esta forma, se estarían ahorrando pagarle la consulta al médico. Cabe mencionar que la gente que se auto-medica, no es sólo gente de escasos recursos económicos. El Dr. Sergio Zimmer, en Proyecto Salud menciona que:

En la población de nivel social medio alto el porcentaje de automedicación alcanza el 40%. El 38% de los habitantes que tienen una cobertura prepaga y el 44% que cuentan con una obra social se auto-medicaron en el último año. En tanto, el 56% de las personas que se atienden en hospitales públicos y el 55% de los que no tienen cobertura social, también tomaron esa conducta durante el mismo período. Por este motivo hay un uso indiscriminado de los medicamentos, predominando la automedicación en todos los sectores sociales, con mayor incidencia en el sector de clase media, como resultado de consultas con pacientes, vecinos o referentes barriales válidos. (Zimmer, 2006)

Con esto podemos darnos cuenta de que no sólo la gente muy pobre se auto-medica. Esta acción también la llevan a cabo otros niveles sociales. Y las razones en cuanto a lo económico cambian de acuerdo a su estado financiero. La diferencia es que la gente pobre no puede comprar el medicamento o bien no puede pagar las consultas médicas, mientras que los que sí tienen o pueden pagar la consulta, prefieren ahorrar ese dinero de consulta y así es como deciden auto-medicarse.

Hay varias formas de auto-medicarse, que se podrían ver como factores, aparte de la economía, que incitan a la auto-medicación. Tomar el medicamento que haya sido prescrito con anterioridad es otra causa. Con esto quiero decir, que pueden auto-medicarse productos farmacéuticos que hayan sido previamente recetados por el médico para curar cierta enfermedad o para remediar cierto mal.

A veces la gente decide que, como presenta los mismos síntomas o está enfermo de lo mismo que la última vez, debe de ingerir los mismo medicamentos para recuperar su salud. Aunque muchas veces logran curarse, ésta no es la mejor forma de volver a su estado de salud. ¿Por qué no es bueno? Pues la razones pueden variar, por ejemplo, tal vez esta vez su estado de salud es peor y necesitan una dosis mayor o por el contrario la dosis que consumen es más de la que necesitan. Esto en vez de ayudar a la persona puede agravar su estado de salud, mas no se darán por el momento, detalles de esta consecuencia, ya que se hablará de ello más adelante.

Aparte de las causas económicas y las de exponer síntomas parecidos con anterioridad, también están las causas familiares. Con "causas familiares" quiero decir que mucha gente en vez de consultar a un médico para que les recete el medicamento adecuado, deciden pedir consejos a sus familiares o bien, a amigos o conocidos. Mucha gente cree que por manifestar los mismos síntomas que otra persona puede tomar los mismos medicamentos, incluyendo la dosis recomendada para esa persona, lo cual no siempre es así. Y no siempre es así, porque podría darse el caso de que en realidad sí necesite ese medicamento y con esa dosis el enfermo.

Ya hemos visto los factores que muchas veces llevan a la gente a auto-prescribirse, mas falta mencionar algo muy importante: las consecuencias de la automedicación. Se considera que todos, alguna vez en nuestra vida (sino es que más de una vez), se han auto-medicado. Todos lo hacemos, sin duda alguna, con el fin de ayudar a nuestro organismo para recuperar nuestro estado de salud, sin embargo muchas veces no estamos conscientes del daño que nos podemos estar haciendo. Al auto-medicarnos, podemos recuperar la salud o bien agravar la enfermedad y también como consecuencia, podemos transmitir esta costumbre a nuestros seres queridos o bien a la gente que nos rodea.

Como se mencionó al principio, mucha gente se auto-medica sabiendo que es malo para su salud, pero el problema es que tal vez lo hacen porque no saben qué tan malo puede resultar el tomar un medicamento sin una prescripción médica. Por ejemplo, en un trabajo de investigación realizado por la Universidad Nacional del Nordeste en Argentina, se realizó una encuesta en la que obtuvieron el siguiente resultado al preguntar a los estudiantes sobre la automedicación: "(…) el 61% (70 encuestados) contestaron que esta práctica [automedicación] podía ocasionarles algún tipo de daño pero ante la pregunta si lo volverían a hacer el 96% contestó que volvería a auto-medicarse." (Achor et al., 2004)     

Esta universidad en su investigación realizó diversas preguntas relacionadas con la automedicación para poder comprobar su hipótesis, entre éstas, un resultado interesante es el siguiente: entre los fármacos más utilizados para la auto-medicación el 61% es AINEs, 23% le corresponde a Atb, 10% digestivos y el 6% es otros (1).

Los analgésicos y antibióticos son los principales medicamentos que la gente se auto-prescribe. Sin embargo mucha gente no sabe que "El indebido consumo de analgésicos produce malestares gástricos, úlceras y aumento de la presión arterial. Los antibióticos le siguen en el segundo lugar y su inadecuado consumo produce resistencia bacteriana, o sea, la necesidad de utilizar antibióticos más potentes y costosos." (Zimmer, 2006)

Como podemos ver, la automedicación no es nada recomendable. Hay infinidad de cifras que demuestran claramente que la auto-prescripción no nos lleva a nada bueno. Por ejemplo los analgésicos, que seguramente mucha gente consume sin consultar a un médico para mitigar el dolor de cabeza, puede tener reacciones adversas si no se tiene el debido cuidado. Como menciona el doctor Gilberto Castañeda Hernández, presidente de la Asociación Mexicana de Farmacología (Amefar), citado en el artículo Analgésicos antiinflamatorios, el cuidado de su uso (2008):

El dolor de cabeza es un malestar muy común, y seis de cada diez personas lo padecen constantemente, por causas tales como malos hábitos alimentarios, estrés, problemas visuales y de sueño u otras razones. Para aliviarlo, los mexicanos tenemos el hábito de recurrir a cualquier medicamento. Así, una persona puede ingerir una aspirina u otro tipo de analgésico (….) y en algunas ocasiones su dolor se elimina por completo. Pero cuando los dolores son constantes, también persiste la práctica de no acudir a un médico para su revisión y diagnóstico. Ante ello, muchas personas comienzan a auto-medicarse con un sinfín de píldoras y pastillas que calmen su mal, sin darse cuenta que de esta manera corren el riesgo de sufrir reacciones adversas a su organismo.

Éstas son algunas de las consecuencias ocasionadas por la auto-prescripción, aunque no las peores, ya que lo peor que podría pasar es que tengamos una fuerte intoxicación o algún otro problema que conduzca a la muerte del paciente ¡Cuidado! Sin embargo no todo siempre puede salir mal, cuando la auto-medicación se realiza conociendo el medicamento o bien informándose, se puede recuperar la salud sin problemas.
Por otro lado, hay medicamentos que no necesitan de una prescripción médica para ser consumidos y estos podrían de algún modo ser tomados sin tantos problemas de efectos secundarios por su mal uso. De hecho, la OMS acepta la automedicación, siempre y cuando sea por medio de medicamentos libres o medicamentos que no necesitan prescripción médica, además de que estos deberán ser usados para tratar males como son la tos, dolor de garganta, dolor de estómago, entre otros síntomas leves, siempre y cuando el paciente se mantenga en  contacto con el médico. 

Así que, como consecuencias podemos agravar nuestra salud o bien, podemos recuperarla, además de esto, cabe mencionar que este mal hábito puede ser pasado a otras generaciones, lo cual no es nada bueno. Los niños tienden a imitar las acciones de los padres o bien, siguen los pasos de su papá y mamá pues piensan que todo lo que hacen, lo hacen porque saben o porque es lo correcto.

El último aspecto a tratar son las formas de evitar la automedicación, ya que hemos visto las causas y consecuencias de este acto. La forma más fácil de solucionar el problema de la automedicación, es haciendo la contrario, yendo con médico. En vez de que nosotros, como personas no médicas decidamos qué medicamento es el adecuado, debemos acudir con un especialista para que nos revise y de acuerdo al diagnóstico obtenido, pueda recetarnos el medicamento que más nos convenga. El médico, como el especialista, realiza un análisis general sobre nuestro cuerpo y de acuerdo a los síntomas que presentemos, decide cuál es el medicamento que debemos tomar. Siempre se debe decir la verdad al médico, de otra forma no nos podrán ayudar a recuperarnos adecuadamente.

Tal vez para muchos no sea fácil cambiar a esta actitud, de acudir con el médico cada vez que nos sintamos mal, pero es la mejor opción. Tal vez no sea fácil, por varias razones, entre ellas las mencionadas con anterioridad como las causas económicas. Como dice la frase: "Lo barato sale caro", nuestra salud nos puede costar más de lo esperado si no tomamos los medicamentos indicados. Al auto-medicarnos, elegimos cierto medicamento por nosotros mismos para no pagar tanto por nuestra salud. Mas, sin el debido cuidado, podemos empeorar y terminar pagando de más.

Si ya está decidido a no acudir con un médico, por lo menos se recomienda leer las indicaciones del  medicamento y checar la fecha de caducidad. A veces podríamos evitar sorpresas como son los efectos contraproducentes, si tenemos cuidado con el medicamento. Siempre se deben de leer las indicaciones que vienen en la caja del medicamento y se deben de tomar en cuenta. Por ejemplo: no se administre a menores de 18 años, no se administre en periodo de lactancia, no se use por tiempo prolongado, dosis: La que el médico señale, su venta requiere receta médica. Tenga cuidado especial con estas indicaciones, ya que por algo están ahí. 

En cuanto a la caducidad, hay que poner atención en las fechas para que no nos hagan daño. Además de la caducidad hay que seguir indicaciones como la temperatura a la que se debe mantener al medicamento, ya sea en lugar seco o en refrigeración. Estas indicaciones pueden parecer poco significantes pero en realidad son muy importantes porque de esta forma se asegura el buen funcionamiento de las mismas, así como su efectividad y eficacia.

Otra forma de evitar la automedicación es por medio de la educación. Más que educación general es informar a la gente para que sepa y esté enterada de las consecuencias que trae a su salud la automedicación. Mucha gente al no estar informada sobre las graves consecuencias que tiene la auto-prescripción, pues decide hacerlo. Así que para evitar esta causa, lo mejor sería informar a la gente sobre las consecuencias de su consumo inadecuado. Esta información la deben de vulgarizar los farmacéuticos, las industrias productoras de los medicamentos, los centros de salud y principalmente el gobierno y sus instituciones en relación con la salud pública.

Así como existen anuncios para dar a conocer ciertos medicamentos, deben de haber anuncios o información sobre las consecuencias de la automedicación. Se debe de informar a la gente en general, no sólo a los que se considere que pueden ser vulnerables a auto-medicarse.  

Para concluir, quisiera recordarles que las causas de la automedicación son varias, como mencioné: La economía, que muchos evitan pagar nuevamente a un médico y se auto-medican si presentan los mismos síntomas que la última vez.  Siguen los consejos de los amigos o familiares, toman lo que les recomiendan los demás. Y usan recetas viejas, para verificar que medicamento se les prescribió con anterioridad en casos  parecidos al que presentan en el momento. 

En cuanto a las consecuencias, pues también hay muchas y pueden variar, entre ellas están: recuperar la salud, agravar la enfermedad y afectar a la familia,  pues transmitimos esa costumbre a los demás. Para evitar estas consecuencias,  podemos visitar al médico, ser cuidadosos y revisar los medicamentos (como es la caducidad) y leer las indicaciones, así como también informarnos: conocer las consecuencias del medicamento, así como sus efectos secundarios.

Quisiera recordarles que la automedicación no es algo inevitable, considero que hay muchas consecuencias malas, más que buenas, que son buenas razones para dejar este hábito. Si buscamos estar sanos, lo mejor es consultar siempre con un médico que seguramente sabrá que recetarnos si le explicamos nuestro malestar. Si nos estamos muy convencidos del diagnóstico pues podemos consultar a varios o bien, acudir con algún médico recomendado o que sea de nuestra confianza.

Los exhorto a pensar mejor las cosas, porque aunque muchas veces creemos saber qué es lo que nos puede mejorar nuestro estado de salud, lo mejor siempre es recurrir con un experto en el tema. Cada ser humano tiene un organismo que funciona de manera diferente al del otro y por tanto sus reacciones ante un medicamento, puede ser diferente. 

(1) Según Stalin Tello Vera y Angela Yovera Puyan, estudiantes de medicina de la Universidad Pedro Ruiz Gallo – Lambayeque en Perú:
Los AINEs son un grupo de fármacos que se han relacionado con una mayor de incidencia de úlceras gástrica y duodenales, por disminución de las prostaglandinas I2 y E2, así mismo prolongan el tiempo de hemorragia por disminución de la producción de tromboxano-A2 en las plaquetas, prolongan el tiempo de gestación y de hemorragia posparto por disminución de las prostaglandinas E y F y se conoce que las mezclas analgésicas pueden ocasionar cuadros de nefritis intersticial. (Tello & Yovera, 2005)

Referencia bibliográfica:

Analgésicos antiinflamatorios, el cuidado de su uso (2008). Investigación y Desarrollo. En línea. Recuperado el 11 de Marzo de 2009.

Historia del medicamento (2008).  La robótica. En línea. Recuperado el 11 de Marzo de 2009.

Achor, M., Storti, N., Arce, A., Wille B. Ojeda, J., Bogado, Z. & Lojo, J. (2004). Automedicación en el ámbito universitario (pdf). Universidad Nacional del Nordeste. En línea. Recuperado: 12 de Marzo de 2009.

Iglesias, M. (Mayo, 2004). La automedicación se triplico en los últimos cuatro años. (Clarín.com) En línea. Recuperado: 14 de Marzo de 2009.

León, G. (2007). La pobreza en México, sin cambios estadísticamente significativos: Coneval. (La Jornada) En línea. Recuperado: 12 de Marzo de 2008.

Tello, S. & Yovera, A. (2005). Factores asociados a la incidencia de la automedición y al nivel de conocimientos de sus complicaciones en menores de 18 años del Distrito de Chiclayo-Perú enero marzo de 2005. (Monografías.com) En línea. Recuperado: 12 de Marzo de 2009. 

Zimmer, S. (2006). Automedicarse puede traer graves consecuencias. (Proyecto salud.com) En línea. Recuperado: 14 de Marzo de 2009.

Artículo original de ramosh_an8079 scribd.com amparado con Licencia Creative Commons Reconocimiento 3.0.

Fuente: ramosh_an8079 en scribd.com

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