Especialidades médicas

Hepatitis E: Causas, síntomas y tratamiento

¿Qué es la hepatitis E?
• Es la inflamación aguda del hígado causada por el virus de la hepatitis E.
• Es benigna y poco frecuente.
• Puede afectar a varias personas de una comunidad en un período corto de tiempo (epidemia).
• Afecta principalmente a adultos jóvenes. Es rara en niños.
• Es grave cuando el virus de la hepatitis E afecta a mujeres embarazadas.

 
¿Qué síntomas puedo tener?

Las molestias aparecen de dos a diez semanas después de que se adquirió el virus de la hepatitis E. Los síntomas iniciales son parecidos a los de un resfriado, seguidos por fiebre, dolor en el abdomen, náusea y vómitos, color amarillo de la piel, orina oscura, diarrea y en ocasiones pequeñas manchas en la piel.

La enfermedad dura de una a cuatro semanas, y es importante saber que el virus de la Hepatitis E se erradica, es decir únicamente es una infección de tipo agudo.

Es grave cuando afecta a mujeres embarazadas, principalmente si cursan el último trimestre del embarazo, por lo que sí aparecen estos síntomas deben acudir a un hospital especializado.
 
¿Cómo puedo saber si la tengo?

Si existen los síntomas de la enfermedad en un adulto joven o mujer embarazada, puede detectarse la infección mediante pruebas en la sangre. La detección de anticuerpo IgM contra el virus indica infección aguda. También existen pruebas para detectar el virus en las heces.
 
¿Cómo se trata?

• No hay tratamiento específico contra el virus de la hepatitis E.
• Se da tratamiento para calmar los síntomas.
• El propio organismo controla la infección y se cura en una a cuatro semanas.
 
¿Qué puedo hacer para prevenirla?

Actualmente se está desarrollando una vacuna contra el virus de la hepatitis E.

Es posible prevenir la infección con medidas de sanidad adecuadas, como:
• Hervir el agua y evitar comer alimentos preparados sin higiene.
• Lavarse las manos antes de preparar alimentos y después de ir al baño.
 
No es necesario el aislamiento de las personas afectadas, debido a que la transmisión de una persona a otra es rara; sólo deben seguirse las medidas de higiene mencionadas.

Encuentre más información sobre hepatitis en asscat-hepatitis.org.


NdE

En su "Nota descriptiva N.° 280" de Junio de 2014, la OMS ofrece datos interesantes como los que destacamos a continuación.

Datos y cifras

– La hepatitis E es una dolencia por lo general autolimitada, pero puede convertirse en una hepatitis fulminante (insuficiencia hepática aguda).

– China ha producido y autorizado la primera vacuna capaz de prevenir la infección por el virus de la hepatitis E, aunque todavía no está disponible a nivel mundial.

– La hepatitis E es una enfermedad hepática causada por el virus de la hepatitis E, un virus ARN monocatenario positivo y sin cubierta.

– El virus se transmite principalmente a través del agua de bebida contaminada.

– La hepatitis E es por lo general una infección autolimitada que se resuelve en 4-6 semanas, pero a veces se transforma en una forma fulminante de hepatitis (insuficiencia hepática aguda) que puede conducir a la muerte.

Transmisión

El virus de la hepatitis E se transmite principalmente por vía fecal-oral, como consecuencia de la contaminación fecal del agua de bebida. Otras vías de transmisión que también se han observado son:

– la transmisión alimentaria por ingestión de productos derivados de animales infectados;
– la transfusión de productos sanguíneos infectados;
– la transmisión vertical de una embarazada al feto.

Aunque se considera que el huésped natural del virus de la hepatitis E es el hombre, se han detectado anticuerpos contra ese virus u otros estrechamente relacionados en primates y en varias otras especies animales.

La hepatitis E es una enfermedad transmitida por el agua, de ahí que haya habido brotes importantes atribuidos a alimentos o agua contaminados. La ingestión de marisco crudo o poco cocido es otra vía de infección en algunos casos esporádicos registrados en zonas endémicas.

Los factores de riesgo de la hepatitis E están relacionados con las deficiencias de los sistemas de saneamiento en amplias zonas del mundo y con la diseminación del virus causante a través de las heces.

Síntomas

– ictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica de los ojos, orina oscura y heces pálidas);
– anorexia (pérdida de apetito);
– hígado agrandado y con dolor a la palpación (hepatomegalia);
– dolor y dolorimiento abdominal;
– náuseas y vómitos;
– fiebre.

Estos síntomas son prácticamente indistinguibles de los sufridos en la fase aguda de cualquier enfermedad hepática y suelen durar entre una y dos semanas.

En raras ocasiones la hepatitis E aguda se convierte en una hepatitis fulminante (insuficiencia hepática aguda) que conduce a la muerte. La hepatitis fulminante es más frecuente durante el embarazo. Las embarazadas presentan un mayor riesgo de complicaciones obstétricas y mortalidad por hepatitis E, que puede dar lugar a una tasa de mortalidad del 20% en esa población en el tercer trimestre de la gestación.

Se han notificado casos de hepatitis E crónica en personas inmunodeprimidas. También se han observado casos de reactivación de la enfermedad en pacientes inmunodeprimidos.

Diagnóstico

Los casos de hepatitis E no se pueden distinguir clínicamente de otros tipos de hepatitis víricas agudas. Por consiguiente, el diagnóstico de la infección por el virus de la hepatitis E suele basarse en la detección en la sangre de anticuerpos IgM e IgG específicos contra este virus. Otra prueba es la reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (RT-PCR), que detecta el RNA del virus de la hepatitis E en la sangre o las heces, pero puede necesitar laboratorios especializados.

Se debe sospechar hepatitis E en los brotes epidémicos de hepatitis transmitidas por el agua que se declaran en los países en desarrollo, especialmente cuando la enfermedad es más grave en las mujeres embarazadas, o si se ha descartado la hepatitis A.

Tratamiento

No existe ningún tratamiento que pueda alterar el curso de la hepatitis aguda. La prevención es la medida más eficaz contra la enfermedad.

Como la enfermedad suele ser autolimitada, por lo general no se requiere hospitalización. Sí se requiere hospitalización, en cambio, en los casos de hepatitis fulminante, y se debe considerar también esa posibilidad en el caso de las embarazadas infectadas.

Prevención

El riesgo de infección y transmisión se puede reducir:

– garantizando la calidad de los sistemas públicos de suministro de agua;
– estableciendo sistemas adecuados de eliminación de los residuos sanitarios.

Cada individuo puede reducir el riesgo de infección:

– adoptando prácticas higiénicas como lavarse las manos con agua salubre, sobre todo antes de manipular alimentos;
– evitando beber agua o consumir hielo de pureza desconocida;
– observando las prácticas recomendadas por la OMS para garantizar la inocuidad de los alimentos

La OMS organiza además el 28 de julio de cada año el Día Mundial contra la Hepatitis, para fomentar el conocimiento y comprensión de las hepatitis virales.

Encuentre el informe completo en http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs280/es/.

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Fuente: asscat-hepatitis.org

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