Leyendas Urbanas

La gripe aviar: ¿Una conspiración?

Actualmente está circulando en Internet una cadena titulada "¿Estamos locos, o somos idiotas?" en la que se expone una supuesta conspiración del gobierno estadounidense para crear pánico alrededor de la gripe aviar, orientada a beneficiar crematísticamente a altos funcionarios de dicho gobierno. Copiamos aquí el párrafo final de dicha cadena:
"O sea que el resumen del cuento es el siguiente: Los amigos de Bush deciden que un fármaco como el TAMIFLU es la solución para una pandemia que aún no se ha producido y que ha causado en todo el mundo 100 muertos en 9 años. Este fármaco no cura ni la gripe común. El virus no afecta al hombre en condiciones normales. Rumsfeld vende la patente del TAMIFLU a ROCHE y éste le paga una fortuna. Rochead quiere el 90% de la producción del anís estrellado, base del antivírico. Los Gobiernos de todo el Mundo (sic) amenazan con una pandemia y compran a ROCHE cantidades industriales del producto. Nosotros acabamos pagando el medicamento y Rumsfeld, Cheney y Bush hacen el negocio…"

El texto en cuestión es en realidad un resumen del editorial del número de abril de este año de DiscoverySalud (1), firmado por José Antonio Campoy, otrora director de la "prestigiosa publicación científica" Más Allá. Campoy, belicoso defensor de disímiles inutilidades alternativas, ha demostrado ser un campeón a la hora de defender cualquier teoría conspiranoica que involucre a la perversa industria farmacéutica y a la nociva medicina "alopática". A continuación analizaremos qué tiene de cierto y qué de disparate este pretendido complot contra la humanidad.

Pandemia: ¿una alarma innecesaria?

En el siglo XX ocurrieron tres pandemias de influenza. La primera, en 1918, conocida como la "gripe española", ocasionó un estimado de 40.000.000 muertes en un año. La "gripe asiática" de 1957 se saldó con dos millones de víctimas fatales. Finalmente, la pandemia de 1968 o "gripe de Hong Kong" ocasionó solo un millón de fallecimientos.

La composición genética de los virus de la gripe cambia continuamente y de manera impredecible. Aparte del ser humano, los virus tipo A afectan también a aves y mamíferos. El virus de la gripe de una especie es capaz de intercambiar material genético con el de otra en un proceso llamado "redistribución", produciendo un nuevo virus híbrido; esto se conoce como "cambio antigénico". Las poblaciones humanas carecen de inmunidad frente al nuevo virus, lo que ha dado lugar históricamente a grandes pandemias. Un virus pandémico puede surgir por otro mecanismo, denominado "mutación adaptativa", en el que en el curso de la infección humana los virus adoptan paulatinamente una forma cada vez más eficiente de propagarse. Se cree que la cepa causante de la "gripe española" sufrió este proceso (2).

La cepa de gripe aviar que afecta actualmente a las aves de corral en Asia (conocida como H5N1) es extremadamente contagiosa entre aves, y ha ocasionado la muerte o provocado la destrucción de alrededor de 150 millones de estas. Los brotes, iniciados en 1997, son los más severos y generalizados que se hayan registrado, con casos reportados en al menos 30 países (3).

La gripe aviar raramente afectaba a los humanos; sin embargo, la actual cepa es capaz de ocasionar enfermedad en mamíferos, y existen reportes de infección en cerdos y felinos, por no hablar de los casos humanos bien documentados.

Para que ocurra una pandemia deben darse tres condiciones: la aparición de una nueva cepa de virus; la capacidad de esa cepa para infectar seres humanos y causar enfermedad seria; la capacidad de contagiarse fácilmente entre seres humanos.
La razón por la cual el H5N1 no logra trasmitirse fácilmente entre humanos es que solo las células situadas profundamente en el árbol respiratorio tienen los receptores de superficie necesarios para que el virus pueda infectarlas, lo que dificulta la transmisión a través de la tos y los estornudos. Se requieren varias mutaciones para que se produzca una hemaglutinina viral que pueda ser reconocida por los receptores del tracto respiratorio alto de los humanos (4).

En definitiva, ¿ocurrirá o no una pandemia de gripe humana a consecuencia de una mutación del H5N1?

La respuesta corta es: nadie lo sabe con seguridad, aunque muchos expertos insisten en que la cuestión no es si ocurrirá o no, sino cuándo. Lo que claramente no constituye una opción es sentarse y cruzarse de brazos a la espera de que nada ocurra. Un virus mutante que conserve la letalidad del H5N1 ocasionaría una hecatombe sin precedentes a escala mundial. Y mientras más se extienda la infección aviar, mayores probabilidades habrá de que las mutaciones necesarias se produzcan. De hecho, ya existen unos pocos casos de posible transmisión de persona a persona, si bien a través de un contacto íntimo y prolongado, y la Organización Mundial de la Salud sigue considerando que "el riesgo de pandemia es elevado" (5).

"Apenas" 100 personas muertas…

Obviamente, tanto a Campoy como al anónimo redactor de la cadena la pérdida de un centenar de vidas les saben a poco, pero al margen de ello sus estadísticas están groseramente equivocadas.
Campoy habla de "una media de once fallecimientos al año" desde hace nueve años. Pero la situación real es diferente. El total de fallecimientos registrados por la OMS hasta el 24 de marzo de 2006 fue de 105, desde el 2003 (los primeros tres casos confirmados ocurrieron ese año en Vietnam). Es decir, en menos de cuatro años, no en nueve. Y esto, sobre un número total de casos de 186. ¡Una mortalidad de más del 56%!
Aún más ilustrativa es la progresión en el número de muertes: 3 en el año 2003, 32 en el 2004, 41 en el 2005 y 29 solo en los primeros 3 meses del 2006. De mantenerse esta tendencia, los fallecimientos para este año podrían superar cómodamente el centenar. Téngase en cuenta, además, que la OMS solo registra los casos confirmados por laboratorio (6).

Oseltamivir: ¿un tratamiento inútil?

Solo existen cuatro fármacos con alguna eficacia contra la influenza: el oseltamivir (Tamiflu®), el zanamivir (Relenza®), la amantadina y la rimantadina. Por razones que veremos después, el primero es el que ha estado en el candelero de los conspiranoicos.

Los virus aislados en los casos recientes de gripe humana A (H5N1) han resultado ser muy resistentes a la amantadina y la rimantadina, por lo que estos fármacos han sido dejados de lado. De los dos inhibidores de la neuraminidasa, oseltamivir, y zanamivir, el segundo debe emplearse por vía inhalatoria y no ha sido bien estudiado en casos de gripe A (H5N1) en humanos.

No es este el lugar para hacer una exhaustiva revisión sobre la eficacia del oseltamivir. Existe una extensa bibliografía en la que se reseña la disminución de la severidad de los síntomas, de las complicaciones y de la duración de la enfermedad (7) (sin que nadie intente pretender que sea una especie de "bala mágica" contra la influenza). Y una disminución de la severidad o de las complicaciones puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, así el fármaco no "cure" la enfermedad.

Obviamente, el oseltamivir no es la panacea contra una pandemia. Pero el desarrollo de una vacuna efectiva solo será posible después de que haya aparecido el virus que la produzca. Que el virus mutante sea resistente al oseltamivir es obviamente una posibilidad alarmante. Ya se han reportado casos de resistencia, si bien no están claros los factores que influyen en ella (8). Pero tampoco existe la menor evidencia de que el virus mutante tenga que ser obligatoriamente resistente, en especial debido a que la mutación debería centrarse específicamente en la enzima neuraminidasa.

La "conexión Rumsfeld"

El núcleo de esta "conspiración de la gripe aviar" gira en torno a la conexión entre el gobierno de Bush y su actual secretario de defensa, Donald Rumsfeld, con la empresa que originalmente desarrolló el Tamiflu, Gilead Sciences, Inc. Veamos qué hay de cierto y de exagerado o tergiversado al respecto.

Rumsfeld fue el presidente de Gilead Sciences, Inc. Entre 1997 y 2001, y se supone que aún es uno de sus principales accionistas, aunque no forma parte de su directiva (9). Gilead desarrolló en los años noventa el oseltamivir, que en 1996 licenció al consorcio suizo Roche. El Tamiflu fue aprobado por la FDA para su uso contra la influenza en octubre de 1999 (10), más de un año antes de que George W. Bush fuera electo presidente, y bastante antes de que se considerara su uso en la gripe aviar.

Nótese que quien comercializa el producto actualmente es Roche, y no Gilead Sciences, de manera que no se entiende muy bien por qué razón el gobierno de Bush estaría sembrando el pánico para beneficiar a una empresa suiza.
De hecho, los de Gilead parecen haberse dado cuenta algo tarde de que licenciar el producto a Roche no fue una gran idea, y en junio del 2005 intentaron terminar el acuerdo con esa empresa y recuperar los derechos sobre el Tamiflu (11), arguyendo infracciones por parte de los suizos. Al final la cosa no llegó a tanto, y cinco meses más tarde Gilead anunciaba que las dos empresas habían llegado a un acuerdo por el cual Roche comenzaría a pagar regalías de entre un 14 y un 22% a Gilead sobre las ventas del producto, aparte de un retroactivo de 62.5 millones de dólares (12). Todo lo cual suena impresionante, siempre que no se pierda de vista que los derechos sobre el Tamiflu y la parte del león en el negocio siguen en las manos de Roche. Por lo visto, Mr. Rumsfeld es menos poderoso de lo que parece.

El dato que liquida por completo la factibilidad de la existencia de esta conspiración es quién recomienda el oseltamivir como tratamiento de la influenza aviar. ¡Y ciertamente esta sugerencia no viene de Bush y sus amigos!
La recomendación del oseltamivir como terapia de la influenza aviar, y la de mantener inventarios para el caso de que ocurra una pandemia, son parte de las líneas estratégicas dictadas por la Organización Mundial de la Salud (13). Así, el Comité Redactor de la Reunión Consultiva de la OMS sobre la gripe humana A/H5 ha establecido como recomendación que los pacientes con diagnóstico de presunción de gripe A (H5N1) deberán recibir tratamiento inmediato con un inhibidor de la neuraminidasa en espera de los resultados de las pruebas de laboratorio (14).

De hecho, los Estados Unidos se encuentran en situación de inferioridad respecto a los inventarios de medicamentos antivirales para enfrentar una pandemia. Para septiembre de 2005, Canadá, con una población de 32.000.000 habitantes, tenía en stock un millón seiscientos mil tratamientos (un tratamiento por cada 20 habitantes), en tanto que Estados Unidos, con 298.000.000, apenas tenía dos millones trescientos mil (¡un tratamiento por cada 129 personas!) (15).

El momento crítico para cualquier teoría conspiranoica es aquel en que sus postulantes se ven obligados a involucrar a más y más gente con el fin de que la misma se tenga en pie. En este caso, tendrían que incluir en el complot nada menos que a la OMS en pleno, actuando al alimón con la administración Bush, y todo para que una sola empresa obtenga una participación secundaria en el mercado de un antiviral. Que será menos de lo que se cree pues, como suele suceder, ya hay países dispuestos a saltarse las limitaciones de las patentes, y se ha ideado un procedimiento de producción que obvia la necesidad de tener acceso al anís estrellado.

Esperemos que la historieta de esta conspiración no vaya a encontrar partidarios (como ha ocurrido antes) entre algún grupo gobernante, pues las consecuencias de no tomar previsiones podrían ser nefastas.

El autor es profesional de la medicina y miembro de la Asociación Racional Escéptica. Más trabajos de su autoría pueden ser encontrados en el sitio web www.geocities.com/escepticosvenezuela.

REFERENCIAS
(1) El Tamiflu, Donald Rumsfeld y el negocio del miedo. www.dsalud.com/editoriales_81.htm.htm
(2) Pandemia de gripe: manual de la OMS para periodistas. www.who.int/csr/don/Avian_Spanish.pdf
(3) Avian Influenza, or Bird Flu: What You Need to Know. America Council of Science and Health.
www.acsh.org/docLib/20060309_birdflu.pdf
(4) Cell barrier shows why bird flu not so easily spread among humans. www.news.wisc.edu/releases/
12345.html
(5) Respuesta a la amenaza de una pandemia de gripe aviar: Medidas estratégicas recomendadas.
www.who.int/csr/resources/publications/influenza/WHO_CDS_CSR_GIP_05_8-SP.pdf
(6) www.who.int/csr/disease/avian_influenza/country/
cases_table_2006_03_24/en/index.html
(7) Inhibidores de neuraminidasa para la prevención y el tratamiento de la gripe en adultos sanos .
Jefferson T, Demicheli V, Deeks J, Rivetti D. Biblioteca Cochrane Plus, número 1, 2006.
(8) Oseltamivir Resistance during Treatment of Influenza. http://content.nejm.org/cgi/content/full/353/
25/2667
(9) Página web de Gilead. http://www.gilead.com/wt/sec/leadership
(10) FDA Talk Paper. www.fda.gov/bbs/topics/ANSWERS/ANS00982.html
(11) http://www.gilead.com/wt/sec/pr_723430
(12) http://www.gilead.com/wt/sec/pr_1132123241
(13) Guías de la OMS para el uso de vacunas y antivíricos en las pandemias de influenza.
www.who.int/entity/csr/resources/publications/influenza/
WHO_CDS_CSR_RMD_2004_8es.pdf
(14) Infección en seres humanos por el virus de la gripe aviar del tipo A (H5N1). N Engl J Med
353;13:1374-87.
(15) www.cmaj.ca/cgi/content/full/173/7/743-a

Fuente: Javier Garrido – Lúcido
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Los virus aislados en los casos recientes de gripe humana A (H5N1) han resultado ser muy resistentes a la amantadina y la rimantadina, por lo que estos fármacos han sido dejados de lado. De los dos inhibidores de la neuraminidasa, oseltamivir, y zanamivir, el segundo debe emplearse por vía inhalatoria y no ha sido bien estudiado en casos de gripe A (H5N1) en humanos.

No es este el lugar para hacer una exhaustiva revisión sobre la eficacia del oseltamivir. Existe una extensa bibliografía en la que se reseña la disminución de la severidad de los síntomas, de las complicaciones y de la duración de la enfermedad (7) (sin que nadie intente pretender que sea una especie de "bala mágica" contra la influenza). Y una disminución de la severidad o de las complicaciones puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, así el fármaco no "cure" la enfermedad.

Obviamente, el oseltamivir no es la panacea contra una pandemia. Pero el desarrollo de una vacuna efectiva solo será posible después de que haya aparecido el virus que la produzca. Que el virus mutante sea resistente al oseltamivir es obviamente una posibilidad alarmante. Ya se han reportado casos de resistencia, si bien no están claros los factores que influyen en ella (8). Pero tampoco existe la menor evidencia de que el virus mutante tenga que ser obligatoriamente resistente, en especial debido a que la mutación debería centrarse específicamente en la enzima neuraminidasa.

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Fuente: Javier Garrido – Lúcido
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